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Las promesas se vuelven borrosas

Arenas cambia el compromiso de medidas concretas por el ofrecimiento de luchar para conseguirlas

Arenas en un mitin en Los Palacios (Sevilla).
Arenas en un mitin en Los Palacios (Sevilla).EDUARDO ABAD (EFE)

Tan cerca ve Javier Arenas la presidencia de la Junta andaluza, que sus pocas promesas concretas --que antes solía regalar con un guiño cómplice a la concurrencia de los aforos locales-- se han convertido ahora en propuestas difusas. El “si yo soy presidente haré...” ha mutado en “pondré todas mis energías para...”, “lucharé por...”, “hablaré con...” o “encargaré un estudio de...” No se quiere coger los dedos. Sin descuidar la máquina de propinar bofetadas a los socialistas del caso de los ERE, el candidato del PP condiciona cada vez más el cumplimiento de sus medidas, refugiándose en la doctrina del dependismo de estos malos tiempos y las reformas genéricas que nunca entran al detalle.

 En un pequeño mitin mañanero en la localidad sevillana de Los Palacios y Villafranca, Arenas eliminó de su discurso el viejo compromiso de evitar que la N-IV atraviese este municipio por una conversación con la ministra de Fomento, Ana Pastor. Según explico, esta le ha trasladado que incluirá el proyecto en un plan de infraestructura de su departamento. “Si soy elegido presidente, pondré todas mis energías en solventar el problema y lucharé para que figure en los Presupuestos Generales”. Ni siquiera se mojó del todo en su tantas veces anunciada renuncia a usar el Palacio de San Telmo como sede presidencial —que el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, que le había precedido en la palabra, dio por hecha— y habló de encargar un estudio para ver cuánto cuesta y si es viable el traslado a la Casa Rosa. “Yo no me quiero sentar en este palacio, ejemplo de despilfarro de los gobiernos del PSOE. Veré si se pueden quedar allí las oficinas administrativas que se tengan que quedar, y el resto estará al servicio de la cultura”. Zoido contó que la idea es sellar un convenio para explotarlo turísticamente y llenar en verano los jardines con conciertos. “En lugar de para el egoísmo del que está gobernando, lo pondremos a disposición de la sociedad”, clamó el alcalde. Pero depende...

Si los andaluces quieren que tenga la mayoría absoluta, nadie lo va a notar porque me comportaré como si no la tuviera
Javier Arenas

El malestar social por la reforma laboral —que se tradujo el domingo en miles de personas protestando en la calle—, también lo despejó con una charla con la ministra de Empleo, Fátima Báñez. “He hablado con ella y me ha dicho que el diálogo sigue abierto, que el Gobierno va a dialogar hasta la extenuación”, explicó con gesto grave, si bien esta noticia casa poco con la negativa de Mariano Rajoy a modificar nada sustancial de su reforma, que tendrá nuevas réplicas, según dijo el sábado en Almería. Javier Arenas cubrió con una pátina de moderación la campaña que han emprendido los suyos para debilitar a las centrales sindicales: “Respeto mucho a los sindicatos y los conozco muy bien de mi etapa de ministro. Deseo que continúen en la senda de la independencia, y recuerdo que el diálogo, aún sin acuerdo, tampoco es estéril”.

El candidato se esfuerza en bajar los aires de triunfalismo para frenar la movilización de la izquierda, y saltea todas sus intervenciones con términos como concordia, humildad, serenidad y pacto, aunque a veces, como ocurrió ayer en Los Palacios, la efervescencia de los devotos militantes le revientan el discurso. “Vamos a por ellos, a cogerlos del pescuezo a todos”, gritó un espontáneo. Tras un murmullo prolongado de reprobación, el hombre siguió en sus trece: “Se pasan la vida robando”. Una mirada fulminante y la llamada al orden de los compañeros anexos obró el milagro de que el afiliado fogoso se transmutara únicamente en un artilugio de aplaudir, pero en silencio.

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“Si los andaluces quieren que tenga la mayoría absoluta (a mí me gusta decir mayoría suficiente de Gobierno), nadie lo va a notar porque me comportaré como si no la tuviera, yo soy un mandado”, dijo el líder del PP, en su empeño de convencer a los electores de que será el antónimo de la soberbia y de que traerá una bocanada de aire fresco.

Sobre el caso de los ERE, que volvió a ocupar el primer plano no aportó novedad. No obstante, fuentes del PP avisaron de todavía quedan noticias de impacto.

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