“La autoridad en este congreso no la tiene Blanco, sino los 480 delegados”
“Espero incorporar a mi ejecutiva a gente que está con Elena Espinosa” “Yo creo que Blanco es neutral, que es la postura que tiene que mantener”
Pachi Vázquez (Carballiño, 1954) dedicará la jornada de hoy, previa a la apertura oficial del 12 Congreso del PSdeG, a escribir cuatro discursos. Dos son de lectura garantizada: el informe de gestión y la presentación de su candidatura a secretario general del partido. Para leer los dos restantes, como líder reelegido y para el debate del Estado de la Autonomía, el próximo martes, deberá vencer mañana a Elena Espinosa, su contrincante.
Pregunta. Qué distinto este congreso del paseo militar con el que fue elegido en 2009.
Respuesta. Los congresos son bonitos, para alguien que le gusta la política son como una final de Liga, donde te lo juegas todo. Vivo este congreso con mucho respeto y muchísima normalidad.
P. En 2009, José Blanco le apoyó como secretario general y ahora no. ¿Se salió usted del guión o es Blanco el que ha cambiado?
R. Yo le doy la vuelta a la pregunta: en 2009 me apoyó el 92% de los delegados, una parte muy importante, en un momento muy difícil, tras una derrota que nos dejó en una situación de extrema dificultad. Yo di un paso en un momento muy difícil, y en este congreso, en una situación completamente distinta, lo que cambia es que hay un PP que tres años después acusa su desgaste.
P. ¿Cree que se salió del guión de lo que esperaban de usted?
R. No, yo creo que alguna de las cosas que pasan es precisamente por ir por el guión, por cumplir estrictamente mis compromisos de aquel congreso. Tomé decisiones como dotar al partido de estructuras provinciales, crear una escuela de formación para dirigentes, le di forma al problema de incompatibilidades... Cumplí mi palabra. Eso tiene pros y contras, pero me siento orgulloso de haber hecho todo lo que prometí entonces.
Las ciudades están parejas, excepto Vigo; no somos un partido dual
P. Algo habrá hecho mal para que aquella unanimidad haya derivado en esta división.
R. No, más que un tema individual es que el socialismo español, gallego, mundial, está viviendo momentos de zozobra. No pasa en Galicia, pasa en todas las federaciones: madrileña, catalana... No es un problema mío. Es un problema de que hay visiones, y hay que gestionarlo con absoluta naturalidad. Mi proyecto es una carrera de fondo.
P. Blanco flota en el ambiente de este congreso. ¿Le reconoce la misma autoridad que en 2009?
R. La autoridad en el PSdeG se va a demostrar en este congreso: 480 delegados. Esa es la autoridad. Son los que van a decidir el futuro del socialismo gallego. Uno por uno, con su voto individual y secreto. No hay otra autoridad, ni la debe haber. Hay gente que tiene representatividad, proyección social... Pero esto va de otra cosa, va de una decisión de abajo arriba, de la militancia, que va a decidir el futuro del socialismo gallego. Está usted partiendo permanentemente de una base, que yo y Blanco no estamos... Yo creo que Pepe es neutral en este proceso, que es la postura que tiene que mantener, y de lo que estoy preocupado es de responder a las expectativas de las bases.
P. ¿Podría ser Blanco su candidato a la presidencia de la Xunta?
R. Pepe y cualquier compañero o compañera van a tener una oportunidad en un momento muy próximo. Yo dije, y ratifico ahora, que mi decisión es convocar unas elecciones primarias transparentes, pensadas para que de ahí salga el mejor candidato para ganarle al PP.
P. Hace apenas un año, Abel Caballero era su principal aliado. Ahora es su adversario. ¿Qué ha pasado?
R. Yo estoy en el mismo sitio que estuve siempre, defendiendo las mismas cosas y con los mismos ideales. Nunca me moví de sitio. Lo que es cierto es que hubo una decisión que enturbió las cosas, cuando digo que las normas [de incompatibilidad] son para todos y no hago excepciones. A partir de ahí cambiaron cosas, pero no me arrepiento de nada.
A los que me criticaron les pregunto dónde están las cajas ahora
P. ¿Perjudica a Espinosa el protagonismo de Caballero?
R. Eso hay que preguntárselo a ellos. Yo prefiero no opinar.
P. Su candidatura no fue presentada oficialmente. ¿Menospreció la capacidad de los críticos de formalizar su proyecto?
R. No, al revés. Todos sabíamos, porque se dijo mil veces, que iba a haber una alternativa. Mi plataforma es mi trabajo diario, el de los mil concejales en los ayuntamientos, el de los 60 alcaldes, el de los diputados. Podría hacer, si quisiera, una cosa amplia, potente, con muchísimos apoyos. Pero confío en el trabajo cotidiano, en madrugar mucho, acostarse tarde, recorrer Galicia... Yo no quiero el partido de una foto, sino de la película, de una película que dura años.
P. ¿Son su fuerte las pequeñas agrupaciones frente a las ciudades?
R. Las grandes ciudades están muy parejas, con la excepción de Vigo. Nadie puede convertirnos en un partido dual. La mitad de los que viven en A Coruña vienen de zonas rurales, y la mitad de los que viven en las zonas rurales trabajan en la ciudad... Somos una mezcla homogénea de rural-urbano. Cuando ganas es porque ganas en el territorio, y si no tienes apoyos transversales, no lo consigues.
P. ¿Sus contrincantes dicen representar al poder urbano o institucional?
R. No, no, no. Yo ya fui poder urbano, poder institucional, gobierno, oposición... A mí eso no me pone nervioso, porque no llegué aquí por el poder institucional, sino por la militancia. Estas divisiones tienen poco sentido.
P. Antes hablaba de las incompatibilidades. ¿Coincide en que la ley de cajas fue el otro hito de su oposición interna?
R. La manera en que acabaron las cajas confirma que nuestra posición no era la equivocada. A todos aquellos que pedían la fusión había que preguntarles: ¿y ahora, qué? No solo a Feijóo. A los que, con una visión legítima, decían que el camino era aquel, habría que preguntarles dónde están ahora. Yo en aquel momento defendí un ataque irracional contra Vigo y contra Caixanova. Aquella era una ley contra Caixanova, no una ley de cajas. Tan irracional que está en el Constitucional. Son temas en los que todos tuvimos razón, pero en absoluto fueron definitivos.
P. ¿Tiene decidido quién estará en su ejecutiva si gana?
R. Sí. La ejecutiva debe representar a Galicia, ser de integración. Pondré solo una condición: apoyar este proyecto, que debe incorporar a mucha gente, a los que quieran y crean en él. Por nosotros no va a quedar.
P. ¿Incorporaría a gente que ha participado activamente en el proyecto de Espinosa?
R. Somos un partido democrático, por eso hay listas. Quiero una ejecutiva lo más representativa posible. Ese es un proceso que está abierto para cualquier cosa. Yo espero que alguna gente de ellos se incorpore con nosotros.
P. ¿Cree posible un acuerdo el sábado que evite la confrontación de los dos candidatos?
R. Hombre, no lo contemplo, a día de hoy no ha habido ningún movimiento en ese sentido. Todo es posible hasta el último momento, pero yo creo que no.
P. ¿Cambiará algo en el partido si gana?
R. Va a cambiar todo, porque cambian los tiempos. Ya no estamos cruzando el desierto. El sufrimiento y las dificultades quedaron ahí, el desierto queda ahora para el PP. En eso hay que trabajar desde el lunes, pasando por un debate del Estado de la Autonomía ilusionante.
P. ¿Y si pierde? ¿Se irá para su casa?
R. Si pierdo estaré donde me mande mi partido desde el primer minuto. Donde decida que esté. Yo dejaré la política cuando me muera. Que nadie se olvide de que el PP gobierna por un diputado, y si estamos fuertes y unidos vamos a estar ahí a tope. No sé si estaré de soldado o de máximo responsable, pero voy a estar ahí, quiero estar en esa batalla, quiero ser uno de los que pueda decir: yo hice todo lo que tenía que hacer para cambiar este país con ideas progresistas.
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