Quince días para evitar las tres bofetadas

Al PSOE de José Antonio Griñán le hace falta como el comer la campaña electoral, que los socialistas han arrancado la noche de este jueves en la plaza de la Encarnación de Sevilla. Griñán necesita movilizar durante las próximas dos semanas a sus desencantados votantes para dar la sorpresa. Al otrora invencible PSOE andaluz, que gobierna esta comunidad desde hace tres décadas, las encuestas le encorsetan el futuro: solo puede aspirar a impedir la mayoría absoluta del PP y recurrir luego a los pactos para intentar en mantener en su poder la Junta. Los socialistas arrastran dos recientes derrotas electorales. El PP ganó, también en Andalucía, las últimas municipales de mayo de 2011 y las generales de noviembre. ¿Habrá una tercera bofetada electoral para los socialistas?

El CIS le ha dado este jueves algo de optimismo al PSOE en el arranque electoral. Al menos, así lo ha visto el candidato socialista, que ha interpretado este sondeo (que no da por cerrada la mayoría absoluta del PP) como un recorte en la distancia que separa a ambos partidos. “Día a día al PP se le va un punto en intención de voto", ha señalado Griñán en el acto de apertura de la campaña en Sevilla.

Griñán necesita los próximos 15 días para evitar esa mayoría absoluta del PP, que dejaría prácticamente todo el poder en España a los populares. “Una encrucijada histórica”. Así ha definido el candidato socialista la cita del 25-M. Griñán ha insistido la noche de este jueves en este mensaje: "Vamos a parar a la marea azul en la escollera del orgullo de Andalucía".

“Día a día al PP se le va un punto en intención de voto", dice Griñán en el acto de apertura de campaña

Los socialistas jugarán durante las próximas dos semanas a comparar modelos de gobernar. "Una campaña de contrastes", ha resumido el candidato socialista. Griñán y su partido quieren presentarse como los garantes de la sanidad pública, la educación y las políticas sociales. Los recortes que ha empezado a aplicar el nuevo Gobierno central, la reforma laboral y la subida de impuestos juegan a su favor. El PSOE cuenta también con el miedo que despiertan las próximas medidas de austeridad que tomará el Ejecutivo a través de los nuevos Presupuestos Generales del Estado, que Mariano Rajoy ha aplazado hasta después de las elecciones andaluzas, para disgusto de Bruselas.

Pero la duda es si los recortes serán suficientes para poder contrarrestar el impacto en la comunidad de la crisis económica y de la inasumible tasa de desempleo. A estas circunstancias más o menos exógenas, se une un contexto interno desastroso: cansancio de los votantes tras 30 años de Gobierno socialista en Andalucía y un PSOE dividido (la federación más representativa y poderosa, la de Sevilla, está gobernada por una gestora tras la dimisión de su secretario provincial). Los socialistas han aparcado sus luchas internas para después de las elecciones. Pero de lo que no podrán evitar que se hable es del interminable escándalo de los ERE fraudulentos, que en 15 días puede todavía dar más sorpresas y que el PP se esforzará por aprovechar para llegar a San Telmo.