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Y Romeo agregó a Julieta

‘Amores prohibidos 2.0’, el último proyecto de Chévere, traslada a Shakespeare a las redes sociales

Los miembros de Chévere, en Santiago
Los miembros de Chévere, en SantiagoÓSCAR CORRAL

¿Qué sabrías de la historia de Romeo y Julieta si los amantes largaran su testosterona a través de Tuenti? ¿Hasta qué punto Shakespeare, si fuera un esforzado community manager de la pareja y no el alcahuete intelectual de la tragedia, podría controlar la imagen de sus avatares? ¿Cómo seguirías la historia si tu confidente fuera un troll miserable y no un narrador omnisciente y aplicado? Por ahí transita Amores prohibidos 2.0, el nuevo proyecto de la compañía teatral Chévere. Entre el teatro enredado, el folletín digital y el reality pedagógico. Un laboratorio narrativo en el que participarán entre 20 y 30 jóvenes de un instituto de Boiro del 20 al 25 de abril. Romeo se hace llamar aquí Romero y Julieta responde por Xiana. Los Montesco hablan castellano. Los Capuleto, gallego.

La obra se representará durante seis días, casi como en el original. Fuera y dentro de la pantalla. En rigurosa redealidad, como dice el actor Miguel de Lira. La trama comenzará como dictó Shakespeare, con el cumpleaños de Julieta, pero la de Xiana será una fiesta en defensa del gallego. Se bailará, si se baila, al ritmo de una lista de reproducción abierta en Spotify. Podrá entrar cualquiera al que le pille en Boiro, aunque no todos sabrán que se trata de un simulacro. Hay margen para lo imprevisto, el público siempre podrá recoger firmas en Actuable para torcer la trama, pero la línea argumental tiene los extremos soldados. Es teatro. Hay cosas que tienen que pasar. Sea quien sea Romero, debe caer seducido por Xiana y solo por ella. “No vale emocionarse”, advierte el actor entre carcajadas.

El que se pierda la fiesta podrá seguirla por los vídeos, las fotos, los tuits y las actualizaciones de Facebook y Tuenti de los protagonistas. “Habrá un sitio web dentro de www.redenasa.tv en el que se concentrará la mayor parte de la acción, pero la propia naturaleza del experimento hará que el relato se disemine por las redes sociales que utilizan los adolescentes”, explica María Yáñez, que se ha incorporado al equipo. Su empresa, A Navalla Suíza, dará soporte informático a la experiencia. “Cada personaje tendrá su perfil en la web, que estamos rediseñando ahora mismo, pero también puede tenerlo en sus propias redes. Lo que sabes depende de a quién sigas”, añade Xesús Ron.

En la obra, los Montesco hablan castellano y los Capuletos gallego

Amores prohibidos 2.0 se inspira vagamente en un proyecto de la Royal Shakespeare Company, aunque va mucho más allá. Los británicos se limitaban a trasladar el texto a Twitter. Chévere quiere combinar el teatro físico con su propio escenario virtual y el ovillo de los social media. El truco para no perder el hilo se llama precisamente Shakespeare. La figura del narrador, con autonomía frente al enredo y los personajes, puede facilitar la tarea a los usuarios que se incorporan tarde y restañar la herida tecnológica. Casi nadie tiene un perfil en todas las redes del orbe virtual.

Hay margen para lo imprevisto, y el público puede cambiar la trama

“Cualquier metodología que se salga de lo habitual es interesante”, explica Ana Moreiras, una de las profesoras del instituto boirés de A Cachada que se ha sumado a la experiencia piloto, “pero esta nos permite tratar muchos temas de manera transversal. Uno es el de las redes sociales, cada día más presentes. Son una herramienta pedagógica importantísima pero hay mucho miedo y un gran desconocimiento. No se pueden ignorar, sería como luchar contra gigantes. El otro es el conflicto lingüístico, y ahí este ayuntamiento, de unos 20.000 habitantes, es un contexto ideal”. Dicen que los Montesco empiezan a instalarse en Boiro. Los Capuleto todavía son fuertes en las parroquias.

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