Las colecciones de arte de las dos cajas, juntas en una muestra
La exposición reúne a las principales figuras de la creación gallega contemporánea
Las antiguas colecciones de arte de Caixanova y de Caixa Galicia confluyen en la muestra Coordenadas na arte galega contemporánea, que ayer se estrenó en el Centro Social de Novacaixagalicia en Vigo. En manos de Novacaixagalicia (NCG) la primera, unas 5.500 piezas, e integrada en el patrimonio de Novagalicia Banco la segunda, compuesta por más de 1.300 obras, es la primera vez que ambas colecciones se mezclan en un montaje, y lo hacen en régimen de cesión temporal.
Este espíritu de colaboración fue uno de los aspectos más destacados por el gerente de NCG, Guillermo Brea, en su intervención. “La integración de los dos fondos potencia aún más las posibilidades expositivas”, remarcó. Brea se mostró satisfecho por la aprobación, en el último consejo de administración del banco, el pasado mes de enero, de un plan de viabilidad para la Obra Social: “Ha costado tiempo y mucho esfuerzo, pero significa que la Obra Social, después de haber sido cuestionada, es posible este año y que será viable y sostenible en el futuro”.
Con el “desarrollo socioeconómico de Galicia” como misión principal de NCG, se presentó la muestra, que propone un recorrido por las artes plásticas, escultóricas y fotográficas del país de 1915 a 2011. 60 trabajos de 52 creadores se reparten unos mil metros cuadrados de superficie expositiva para ejemplificar una propuesta temática basada en un cruce de ejes: Galicia y el ser humano, por dentro y hacia fuera.
El mar y el hombre
El mero paseo por las salas, O mar, Verde país, Inquedanzas y Escenarios, descubre una gran variedad de asociaciones significativas. El océano que pintó Germán Taibo a principios del siglo XX comparece al lado del de Lino Lago, en el XXI, y se sitúa cerca del horror de la marea negra del Prestige vista por Berta Cáccamo, Pepe Galán y Francisco Leiro. Los desnudos de la fotógrafa Victoria Diehl bucean en la intimidad, tanto como el hombre asomado al abismo, retrato de la soledad, del pintor Antón Pulido, y el inquietante lienzo mordido por insectos de Jorge Perianes. La exhuberacia colorista de Darío Álvarez Basso y la rotunda combinación de piedra y madera de Manolo Paz, sirven para pintar la imagen de un país, tanto como las cenizas de Leopoldo Novoa, el bosque de humo de Pamen Pereira y los objetos recogidos de la naturaleza que Jorge Barbi convierte en piezas artísticas.
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