Picasso, Cocteau y Paola
La hija del torero Luis Miguel Dominguín presenta el cartel de la Feria de Fallas 2012 en la Universidad Católica de Valencia
Plasmar en un lienzo un mundo “muy rico y con muchos matices culturales”. Desplegar en una cuartilla “una forma artística de alto grado” como el toreo, “un universo visual que toca nuestras emociones, nuestra sensibilidad y nuestra identidad”. Eso es lo que le encargaron nada menos que a Paola Dominguín, actriz, diseñadora, modelo y, encima, hija del torero Luis Miguel Dominguín. Ayer, esta conocida personalidad presentó el cartel de la Feria de Fallas 2012 en el aula magna de la Universidad Católica de Valencia.
A este “difícil reto”, Paola Dominguín se impuso plasmando, de manera icónica y alternando brochazos de óleo con lápices de colores, “la soledad y la fuerza del toro cara a cara con la muerte”. “Aunque provengo del mundillo, apenas conozco el tema”, comentó la diseñadora, “y como no quería cometer fallos, opté por una sola figura: el toro y su mirada”. Con sus “pocas herramientas”, moldes y pinceles, optó por cuatro colores que representan el ruedo, la barrera, el callejón y el tendido.
Los promotores de la feria —la Diputación y el empresario Simón Casas— eligieron la universidad como una insinuación para “extender el vínculo entre la tauromaquia, la cultura y la juventud”, según subrayó Isidro Pietro, diputado de Asuntos Taurinos. “El futuro de los toros le toca a los jóvenes”, añadió Casas, “porque se ha perdido el gancho y la conexión con las preocupaciones de las generaciones venideras”. “La tauromaquia ha de unirse a la modernidad y la vanguardia”, prosiguió el apoderado, “yo mismo me acerqué al mundo del toreo gracias a Hemingway, Cocteau y el movimiento del París de principios del siglo XX”. Casas destacó el nivel artístico del toreo, que “a veces se considera menor con respecto a la pintura o la poesía”, pero que “obtiene su potencial gracias, precisamente, a que es más efímero”.
La diseñadora ha pintado un toro y su mirada
El empresario también alabó al nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, por “haber incluido esta tradición en la categoría de cultura, porque no hay duda de que es un arte, y el arte crea humanidad”. “La entrega y los gestos del torero marcan una identidad propia”, aseguró Casas.
Con respecto al programa, tanto el diputado como el empresario se mostraron más que satisfechos. Ambos destacaron las combinaciones de los últimos cuatro días, en los que lidiarán figuras como Enrique Ponce, Sebastián Castella, Manuel Jesús El Cid o José María Manzanares, que ofrecen “todas las garantías del triunfo”.
Los promotores alabaron las grandes figuras
Del resto de jornadas, Simón Casas destacó la incorporación de toreros emergentes como Diego Urdales o Iván Fandiño, y se refirió al cartel del 11 de marzo— que cuenta con El Cordobés, Paquirri y El Fandi— como una “terna mediática” que, aunque no entre en su “sensibilidad taurina”, atraerá mucho público. Casas concluyó explicando algunas complicaciones que había tenido con varios apoderados a la hora de organizar la feria. Los problemas se debían, según apuntó, a los derechos de retransmisión de algunos matadores de toros.
El final de la presentación se enterneció gracias a la presencia de Paco Cano. El mítico fotógrafo taurino se acercó a la hija de Luis Miguel Dominguín para comentarle que él inmortalizó muchas veces a su padre. Ambos charlaron un rato y acabaron intercambiando números de teléfono y direcciones de correo electrónico.
Digresiones aparte, la intención de Paola Dominguín, una mujer que bebe de la pintura igual que de “la sangre taurina” que corre por sus venas, fue aplaudida por los responsables de los festejos, que concluyeron reivindicando un amor a los toros fundado en “valores positivos que ensalzan la vida ante un hecho radical: el enfrentamiento a la muerte”.
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