Contra el nuevo analfabetismo social

La expectación provocada por la investidura de Iñaki Gabilondo como doctor honoris causa, celebrada en la Facultad de Medicina de la Universitat de València, hizo necesario habilitar el salón de actos de otra facultad, la de Filología, para satisfacer la demanda de asistencia originada. Al prestigio y popularidad del doctorando se añade el hecho de ser el primer periodista en formar parte del claustro valenciano, como destacó el rector, Esteban Morcillo, que también aludió a las “numerosas felicitaciones y adhesiones” recibidas por esta iniciativa. Entre ellas la de la Unió de Periodistes Valencians, una organización que agrupa 800 profesionales. Abrumado por tal honor, y ante una audiencia con nutrida presencia de estudiantes de comunicación, el periodista vasco, abrió y cerró su discurso con la radio, en cuyo nombre dijo recibirlo, “porque sólo a ella, y a la generosidad de esta universidad debo el honor que hoy se me hace”.

Tras constatar el fuerte impacto de la crisis y de las nuevas tecnologías no sólo en “el modelo de negocio en el que históricamente se sustentaba”, sino también “en la sustancia misma de la comunicación”, lo que dibuja un panorama que invita al pesimismo, Gabilondo expresó no obstante su optimismo sobre el futuro del periodismo, “más necesario que nunca precisamente en las actuales circunstancias”, porque ha nacido “el nuevo analfabetismo social”.

Pero ese futuro alentador requiere para Gabilondo la reconstrucción de un “vínculo de complicidad con la sociedad, a partir de sus principios más básicos”, y esa tarea reclama una reflexión y examen a fondo sobre el oficio periodístico, que a su entender no se está haciendo, porque de lo contrario, “morirá”. La crisis se ha llevado “las inquietudes periodísticas al fondo del sótano”, ha dicho. Por eso ha hablado de enviar “expediciones de exploración” a territorios diversos como la narración de la complejidad, las rutinas de la información o la compatibilidad entre los tiempos informativos y los judiciales, “para que cuando las empresas hayan descubierto las nuevas vías de comercialización del periodismo” éste siga aún con vida. Éste ha sido justamente uno de los extremos que más ha interesado a algunos representantes de la profesión presentes en el acto.

Su discurso ha sido sobre todo un discurso humanista en el que el compromiso social ha estado en primer plano y donde prima el “derecho a la verdad” de los ciudadanos en tanto que oyentes, lectores y espectadores. El destinatario del buen periodismo es el ser humano y un periodista debe contribuir a aumentar “el sentido de lo común” porque el desempeño de su cometido depende precisamente del “valor que la sociedad conceda a lo común”, en definitiva de lo que a cada individuo le importen los demás y lo que con ellos comparta.

Un periodista debe contribuir a aumentar "el sentido de lo común"

En ese devenir colectivo del periodismo el crédito, la solvencia y la credibilidad desempeñan un papel crucial. El catedrático de Periodismo Josep Lluís Gómez Mompart ha destacado en la laudatio el gran capital que supone la credibilidad del nuevo doctor honoris causa de la Universitat de València, tejida, en su opinión, con los principios de “la corrección lingüística y de la lealtad al significado de las palabras”.

La precisión y claridad han sido características en un discurso que ha sido escuchado, además de por una amplia representación del mundo académico, por el exministro Ángel Gabilondo, hermano del homenajeado; la senadora socialista Carmen Alborch; el consejero delegado de Unión Radio, Javier Pons; el director regional de la SER, José Carlos Herreros; el secretario general de la UGT, Conrado Hernández; el secretario general de la Unió de Llauradors, Ramon Mampell; el presidente del CSIF, Daniel Matoses, y representantes de partidos políticos como José María Ángel y Pilar Sarrión (PSPV), Enric Morera (Compromís) o Marga Sanz (Esquerra Unida). El Gobierno Valenciano ha estado representado en el acto por el director general Universidades, José Miguel Saval.