La policía busca en el entorno familiar al autor del triple asesinato de Barcelona
Las pesquisas policiales apuntan hacia un único autor de las muertes violentas
El asesinato que se conoció la noche del viernes de una joven de 16 años y de sus abuelos, de 80, en el centro de Barcelona podría ser obra de alguien del entorno familiar. Los Mossos d’Esquadra encontraron la puerta del 2º 2ª del número 287 de la calle de Sardenya abierta, y las cosas revuelta. El autor del crimen removió cajones y objetos de todo tipo para intentar simular un robo, según fuentes del caso.
Aunque por el encarnizamiento y por diversos indicios encontrados en el piso, la policía sospecha que puede tratarse de alguien cercano a la familia. El juez ha decretado el secreto de sumario y el hermetismo sobre lo ocurrido es total. La investigación en ciernes de los Mossos d’Esquadra apunta a un único autor del triple homicidio.
Aunque en un primer momento se especuló con la posibilidad de que el asesino hubiese utilizado un arma blanca, se ha descartado esta hipótesis. La policía buscar el arma o armas del crimen, aunque no ha trascendido de qué tipo de instrumento se trata. Varias fuentes coinciden en la brutalidad del suceso.
La tía de la menor fue quien encontró los cadáveres y llamó a los servicios de emergencia, a las 17.45. La autopsia deberá determinar a qué hora mataron a los ancianos y a su nieta y si, como apuntan algunos indicios, se cometió además algún tipo de agresión sexual. Los amigos de la menor aseguraron que desde el jueves a medianoche no se conectaba al sistema de mensajería de su móvil, que utilizaba con mucha frecuencia.
El perro en el maletero
Un vecino vio ayer salir de la vivienda a un hombre con el perro que tenían los ancianos y su nieta, y encerrarlo en el maletero de un coche de la marca Mercedes, de color blanco, aparcado delante del piso. “Es la pareja de la tía de la niña”, explicó Juan Ramón Mar. Aunque aseguró que el hombre bajó al animal una vez la policía ya estaba en el domicilio. Ambos, la tía de la joven muerta y su pareja, hablaron con los mossos, según Mar.
“Se veía venir que iba a pasar algo”, lamentó ayer el vecino, que había llamado en diversas ocasiones a la policía por las discusiones entre la menor y sus abuelos. Desde su casa, se podía ver el piso de la familia Claveguera. En las cuerdas, mojadas por la lluvia, varias prendas seguían tendidas. “Es una pena, eso ya no lo quitará nadie”, opinó.
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