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Cuando fueron campeonas

Un libro recupera la historia del voleibol femenino en Xàtiva El Tormo Barberá fue tres veces campeón de Liga y de la copa de la Reina

Uno de los equipos históricos del laureado club setabense de voleibol.
Uno de los equipos históricos del laureado club setabense de voleibol.

El tiempo tiende a borrar el recuerdo, pero durante unos años, a finales de los ochenta, una pequeña cabecera comarcal, Xàtiva, se convirtió en la capital española del voleibol gracias a un equipo femenino, el Tormo Barberá, que ganó tres ligas y tres copas de la Reina. Además, un equipo masculino, el Colchón CR, estuvo a punto de llegar a la División de Honor. Fue la culminación del trabajo pionero de cantera y del impulso de empresarios locales. El año pasado se cumplió el 25º aniversario de la primera liga ganada por el Tormo Barberá. Y una exjugadora y segunda entrenadora de aquel equipo, María Ángeles Vidal, junto a uno de los periodistas que cubrió aquella emocionante etapa, Josep Lluís Fitó, cuentan ahora la historia a través de un libro, presentado ayer: Història del voleibol a Xàtiva.

Pilar Larriba fue capitana del Tormo Barberá y la selección española

“Me enciende la luz el 25º aniversario de la primera liga del Tormo”, explica Fitó, “pero también se celebraba el 40º aniversario de la constitución del Club Voley Xàtiva”, en el que se unifican los numerosos equipos escolares de la ciudad. Allí da sus primeros pasos todo un símbolo, la setabense Pilar Larriba, casi un centenar de veces internacional y capitana del Tormo y de la selección española. No solo ella. Hay un buen nivel competitivo y comienzan a caer títulos en categorías inferiores. El club crece, pero falta una inyección de recursos. En una final del campeonato de España cadete en Valencia, juegan dos chicas que alternaban el voleibol con su trabajo en una empresa setabense de ropa infantil, Tormo Barberá. El patrón de las jugadoras, Juan Tormo, acude al partido de forma casual. Y se engancha como patrocinador. Su primera iniciativa, ese mismo día, es comprar unas mallas con naranjas para obsequiar al rival, un equipo canario que trae tabaco (¡!) para las setabenses. Es el año 1976.

Las de Xàtiva ganan ese campeonato cadete. Y en los años siguientes unos cuantos más en categoría juvenil. “Un buen nivel, a pesar de contar solo con gente de la ciudad, que poco a poco nos lleva a la élite”, relata Vidal. Los primeros años son complicados, de bajar y subir a la División de Honor. Sin pabellón, lo que obliga a jugar en Alcàsser. Tras esta etapa balbuceante, Juan Tormo decide dar el salto. Se inaugura un pabellón en 1982. Llega el momento de fichar jugadoras de fuera. Acuden las primeras extranjeras al club, todo un acontecimiento social, más un entrenador de prestigio, el gijonés José Miguel Pérez. Y se busca por España las mejores jugadoras jóvenes que vivirán, entrenarán y estudiarán en Xàtiva. Una especie de Masía. “Éramos pioneros. Se comenzó a trabajar de una forma que obligó al resto de clubes a cambiar el enfoque”, asegura Vidal. En 1986, el Tormo Barberá gana su primera Liga, en casa, con el pabellón repleto, en un duelo vibrante con el Español de Barcelona, retransmitido para toda España por TVE y germen de una rivalidad épica con las catalanas lideradas por la combativa peruana Cecilia del Risco. Nadie daba un duro por el equipo de un sitio que pocos conocían. Un hito.

El equipo jugó en Alcàsser hasta 1982. No tenía pabellón

El debut en Copa de Europa será otro acontecimiento, aunque la experiencia acaba en segunda ronda con una exhibición soberbia del Teodora de Ravenna y su colocadora, Manuela Benelli, “una lección magistral de voleibol”, reconoce Vidal. En la competición casera, por el contrario, el Tormo Barberá revalidará dos veces el título de Liga y sumará tres copas de la Reina. Paradójicamente, el momento de despegue del deporte español, con los Juegos Olímpicos de Barcelona, marcará la decadencia del club: muchas de sus mejores jugadoras nacionales son reclamadas por la federación para preparar la cita. Y una plaga de lesiones y retiradas hará el resto. “Era comenzar de cero, cuando el tema económico no era el mismo, ni el impulso vital y personal”, alega Vidal. En junio de 1991, el patrocinador, contrariado por el desmantelamiento, anuncia que abandona el club. Ni el equipo masculino Colchón CR, sostenido por otro mecenas, Rafael Martínez, llegará a División de Honor ni el femenino volverá a la élite. “Hubo muchos factores, entre ellos el económico, pero era complicado mantener esa estructura. Y el voleibol de élite había fagocitado los otros niveles”, reconoce Vidal. Aún así, el voleibol ha tenido continuidad en Xàtiva hasta nuestros días. Eso sí: a un nivel más modesto.

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