La media luna de la línea roja

1. Mi estudio. Está en la calle de Costanilla de los Ángeles. Es el lugar de los momentos duros y felices. Aquí estoy cuando no estoy rodando. Y el balcón es la válvula de escape, los parones en la escritura, los descansos. Es el balcón que da a la calle del Arenal y siempre hay algo que mirar, siempre están pasando cosas: mucho comercio, mucho turismo, mucho colgao.Esta zona es mi vida cotidiana.

2. La Gran Vía. Para mí Madrid es la Gran Vía. A cualquier hora del día y de la noche, cualquier día del año, vacía (que es difícil) o llena. Yo la llamo Río Grande. Todas las mañanas la cruzo. La recuerdo con las esquinas llenas de camellos, con manifestaciones, es una calle fascinante y fundamental. Podría señalar en los guiones cosas que hemos oído en la Gran Vía.

3. Jardín Botánico. Para pasar del estrés a la paz. Es el jardín secreto, una cápsula en el tiempo. No hay época. Podrías estar hace 20 años y ahora. Es un sitio al que suelo recurrir, un remanso de paz en pleno centro neurálgico de la ciudad.

4. Cuesta de Moyano. Siempre sales con algo. Hay una fauna muy sui generis, desde los buscadores de libros hasta los propios quiosqueros. Hay una anciana, todo un personaje, que si te acercas te echa a patadas, ¡quita de ahí, no me toques los libros! ¡Siempre molestando, joder! Y la estatua de Baroja es un buen lugar de peregrinaje para todo cineasta por la parte que tenemos de escritores, por estilo y por afinidad emocional.

5. Paseo del Pintor Rosales. Y, por extensión, el parque del Oeste. Es el atardecer de Madrid. Y el skyline precioso del Madrid sur y sureste.

6. Cines Verdi. Últimamente soy asiduo. Se han convertido en mis favoritos. Tanto por programación como por condiciones de exhibición, y por el público, que es muy respetuoso con el cine.

7. Universidad Carlos III y la ECAM. En la primera doy clases de Puesta de Escena Cinematográfica y en la ECAM, de Dirección de Cine. Son sitios que tengo muy relacionados con el cine, con mi propio aprendizaje. Cuando voy me olvido de todo. Es mejor que ir al gimnasio. Son islas.

8. Línea 2 de Metro. La roja. De Ventas a Cuatro Caminos. Para venir al estudio y para ir a casa. Es un recorrido muy interesante y todavía está un poco viejuna. La ruta es casi una media luna. Mola. De Cuatro Caminos a Plaza de España hay todo un mundo interracial. Hay un tipo de comercio muy años cincuenta-sesenta que me recuerda al Bilbao de mi infancia.

9. Mercado de los Mostenses. Me gustan mucho los mercados, siempre husmeo por ellos. Y este en la Gran Vía es maravilloso. Tienes todo tipo de comercios, está toda la inmigración. Vas un sábado por la mañana y parece la ONU. Tiene un colorido que es una pasada. Hay comida oriental, latina, africana...

10. Casa Candi. Está en la calle de Noviciado. Últimamente voy todos los días, es donde desayuno y también es mi after work. Voy porque vivo al lado, por Candi, por su mujer, por la parroquia que nos reunimos ahí, porque es una tasca normal, porque hay unas tapas estupendas de las de toda la vida, sin florituras. Y porque es un sitio alegre, es mucho mejor que Cheers. ¡Mira!, tengo una llamada perdida de Candi...