Isabel Bono: “Le daría el premio Cervantes a Luisa Etxenike”

La pérdida hace una década de un buen amigo y también poeta, Antonio Muñoz Quintana, impulsó a Isabel Bono (Málaga, 60 años) a escribir algo que sentía que estaba pendiente. De ahí han salido los poemas de Frío polar (Tusquets), cuyo título hace referencia a los paseos que daban juntos y cuando ella se quejaba de las bajas temperaturas, él bromeaba respondiendo: “sí, frío polar”. Ganadora del I Premio León Felipe de poesía por Los días felices, y del premio de novela Café Gijón por Una casa en Bleturge (2016), entre sus poemarios destacan Cahier (2014) o Lo seco (2017) y entre sus novelas Diario del asco (2020) y Los secundarios (2022).

¿Qué libro la convirtió en lectora?

No fue un libro, fue ver a mi padre irse a la cama cada noche con un libro.

¿Y en poeta?

La vida puede ser una lata, de Pedro Casariego Córdoba.

¿Qué lectura le abriga y le quita el frío?

Una vida secreta. Encuentros con Bram van Velde, de Charles Juliet. Me reconcilia con el ser humano.

¿Cuál es la mejor crítica que ha recibido?

Enrique Villagrasa dijo: “Es la poeta más libre que conozco, escribe lo que quiere y como quiere”.

¿Y la más extravagante?

Un crítico escribió que la madre de Mateo, el personaje de Diario del asco, había muerto de cáncer de próstata. Insuperable.

¿Qué poema ajeno le habría gustado escribir?

El misterio de las equivocaciones, de José Luis Gallero. No se puede decir más ni mejor.

¿Cuál ha sido el último poemario que le ha gustado?

Una cuestión de equilibrio, de Fernando Luis Chivite.

¿Qué libro no ha logrado terminar?

El principito, y mira que es corto.

¿Y el que tiene abierto ahora mismo en la mesilla de noche?

El archivo de los sentimientos, de Peter Stamm.

¿Qué película ha visto más veces?

Annie Hall, de Woody Allen y La coleccionista, de Eric Rohmer, ahí ahí.

¿La última serie que vio del tirón?

Curb your enthusiasm, de Larry David. La última y casi la única porque no suelo ver series.

Si tuviese que usar una canción o una pieza musical como autorretrato, ¿cuál sería?

La sintonía de cabecera de Las aventuras de Pinocho, aquella serie italiana de los 70.

¿Un verso que suena en bucle en su cabeza?

”Ama sin ayuda de nada en la tierra”, de William Blake.

¿En qué museo se quedaría a vivir?

En el Museo Geominero de Madrid, por su serenidad y los sofalitos granates.

¿Qué suceso histórico admira más?

Aquel hombre con las bolsas de la compra delante de un tanque en la plaza de Tiananmen (tengo la foto enmarcada).

¿Qué encargo no aceptaría jamás?

Dar un pregón o escribir el discurso de un político (que viene a ser lo mismo).

¿Qué está socialmente sobrevalorado?

Tener popularidad, títulos nobiliarios, estrellas Michelin... Tener en general.

¿A quién le daría el próximo premio Cervantes?

A Luisa Etxenike.

De no ser escritora le habría gustado ser...

Olímpica (aunque solo fuera por la emoción de participar).