Las críticas de teatro de la semana: Lluís Homar ofrece una lectura dramatizada sin magia y una amistad se desmorona entre risas

El templo vacío quiere ser un viaje esencial hacia dentro de uno mismo, para el vaciamiento del ego. Como guías, la mexicana Brenda Escobedo ha escogido a San Juan de la Cruz, al dominico centroeuropeo Eckhart de Hochheim, al quietista aragonés Miguel de Molinos, al musulmán sufi andalusí Ibn Arabí y a otros poetas y filósofos místicos heterodoxos. El comienzo de la función es ejemplar. Pero, cuando Lluís Homar, su intérprete, se calza las gafas de cerca, agarra un fajo de hojas con el texto del resto del espectáculo y comienza su lectura dramatizada, el sortilegio que se había creado se desvanece.

Las cenas con conflicto son un género en sí mismas. Un grupo de personas se reúne alrededor de una mesa, beben y ríen hasta que un comentario lo hace estallar todo. Carmen Marfà y Yago Alonso escriben comedias a cuatro manos que, tras la coartada del género, esconden profundas reflexiones sobre las relaciones, desde el trato entre hermanos hasta la paternidad y la muerte. En La pell fina, se concentran en la amistad a través de dos parejas de amigos que han quedado para cenar en la casa de los que acaban de ser padres. El conflicto aparece cuando los invitados verbalizan que el bebé de los anfitriones es feo: tiene los ojos saltones y una cara difícil de mirar.

'El templo vacío', de Brenda Escobedo

Lluís Homar es un actor de un talento enorme al que sacaría un brillo mayor de haber memorizado el ramillete de textos de poetas y filósofos místicos que le ha servido Brenda Escobedo. Crítica de Javier Vallejo.

'La pell fina', de Carmen Marfà y Yago Alonso

Tras la coartada de la comedia, la propuesta de Carmen Marfà y Yago Alonso sobre una cena con conflicto esconde profundas reflexiones sobre la amistad. Crítica de Oriol Puig Taulé.

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