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‘La prensa libre no fue un regalo’, recuerdos de un combate inacabado

José Antonio Martínez Soler relata los avatares del periodismo profesional en una coyuntura social y política tan singular como la Transición de la dictadura franquista a la democracia constitucional

José Antonio Martínez Soler ‘La prensa libre no fue un regalo’
Manifestación en Madrid en marzo de 1976 en la que 300 periodistas se solidarizaban con José Antonio Martínez Soler, secuestrado, torturado y amenazado de muerte si no abandonaba el país.EFE

Los libros de memorias, cuando son sinceros, se asemejan a aquellos melones cuya tajadura descubre un suculento contenido. La dulce pulpa de los testimonios veraces surge así ante nuestros ojos. Pero, para saborearla, será preciso quitar las numerosas pipas o pepitas que la envuelven. Es el caso de La prensa libre no fue un regalo (Marcial Pons Editores), memorial del veterano periodista y gestor de medios, José Antonio Martínez Soler (Almería, 1947). La pulpa de este interesante libro la compone una trepidante narración, descrita con amenidad y desenvoltura, sobre los avatares del Periodismo profesional en una coyuntura social y política tan singular como la Transición de la dictadura franquista a la democracia constitucional. Proceso coral y de masas que Martínez Soler individúa amparándose en un género que, como tal, se lo permite.

Prosa limpia, libre y ligera, acreditada por cinco décadas de oficio, con una destreza especialmente didáctica acuñada, sobre todo, en la Prensa económica. Destacó como director, subdirector o redactor-jefe de numerosas publicaciones, ora fundadas, impulsadas por él mismo, así como en distintos programas de la televisión estatal. Nada que objetar sobre la elevada carga testimonial, familiar y de relaciones amistosas y profesionales desplegada por el autor, materias tan sagradas como la subjetividad de sus percepciones, ante las cuales la crítica debe obligadamente plegar velas.

Empero, las pipas del melón abierto por el autor conciernen a las distintas interpretaciones opinables que le cabe extraer de los hechos por él así tratados. Las numerosas alusiones y referencias a la libertad de expresión que el libro contiene demandan su atinencia obligada y explícita al derecho a la información, atributo patrimonial que pertenece a la sociedad, no únicamente al individuo. Desprovista de tal condición, la libertad no dejaría de ser un privilegio, caro y seductor, pero meramente privado.

Por otra parte, el autor hace alarde reiterado de anticomunismo, actitud inelegante hacia los profesionales comunistas que, desde el Movimiento Democrático de Periodistas, se arriesgaron a sufrir y sufrieron persecución judicial y marcaje policial tras haberse volcado en defenderle a él, secuestrado y malherido por delincuentes de uniforme vestidos de civiles, metralleta en mano. Martínez Soler se esfuerza en demostrar, en sus juicios y valoraciones ideológicas, que en aquella turbulenta y esperanzadora transición política, el antifranquismo no implicaba necesariamente ser anticapitalista, ni ser contrario a la política estadounidense en su conjunto, tomas de posición consideradas ayer y hoy como señas de identidad de la izquierda real.

Numerosas pinceladas esmaltan la narración, donde aflora un entusiasmo creativo amparado en la iniciativa que ha de presidir el quehacer periodístico. Pero el entusiasmo es tanto y tan contagioso que esconde algún índice de adanismo, sobre todo en lo que se refiere a su paso por TVE. En cuanto a distintos emprendimientos empresariales personales, la línea entre la propiedad de los medios y el oficio de los profesionales queda casi siempre nítidamente demarcada, pero no obstante, hay iniciativas que persiguen repicar y marchar en procesión simultáneamente, con curiosos resultados, como los obtenidos por el autor en tales iniciativas.

Una correlación de fuerzas equilibrada entre la izquierda, depositaria de eticidad y memoria, y la derecha, heredera del poder, hizo viable la salida de la tiniebla franquista en un momento excepcional de la Historia de España

Amenidad, interés y euforia singularizan este libro donde la sorpresa y la emoción dan paso, también, al estupor de unos hechos tan irrepetibles como los vividos por la sociedad española, en general y desde la Prensa democrática, en particular, durante aquel trance sociopolítico. El miedo fue, para el autor, la clave de aquel histórico tránsito; razón no le falta; pero ante y frente al temor se irguió la audacia de generaciones anteriores que laboraron tan arriesgadamente para que la suya disfrutara de las mieles del triunfo. Una correlación de fuerzas equilibrada entre la izquierda, depositaria de eticidad y memoria, y la derecha, heredera del poder, hizo viable la salida de la tiniebla franquista en un momento excepcional de la Historia de España. Mas, cuando aquel equilibrio se torció luego, algunos de los demonios conjurados entonces reaparecieron y hoy se asoman con altanería en la escena, como un siniestro ritornello. Libros como este dan cuenta de aquellas batallas ganadas para la libertad por el autor y numerosos otros periodistas, en la guerra que la democracia libra contra una parte del pasado que, en verdad, merecía ser hecho añicos.

Portada de 'La prensa libre no fue un regalo', de José Antonio Martínez Soler.

La prensa libre no fue un regalo

Autor: José Antonio Martínez Soler.


Editorial: Marcial Pons, 2022.


Formato: tapa blanda (576 páginas, 31,35 euros) y e-book (euros).


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