¿Existe un verdadero Brasil?
La ficción teñida de documental del director recifense Gabriel Mascaro protagoniza una retrospectiva en La Casa Encendida de Madrid y en Filmin
Desde sus primeros trabajos como cineasta, el brasileño Gabriel Mascaro, nacido en Recife en 1983 y licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Pernambuco, ha recurrido al documental para afrontar el registro de la cotidianidad de su país, quizá con la esperanza de descubrir la estructura de sus tensiones. En sus trabajos posteriores, Mascaro ha abrazado la ficción para continuar con el retrato de la sociedad en la que vive. Se podrá comprobar el resultado en el ciclo que le dedica La Casa Encendida, en un programa accesible no solo en el centro cultural madrileño, sino también desde la plataforma Filmin.
El largometraje documental Um Lugar ao Sol, de 2009, es un recorrido por una serie de áticos de lujo ubicados en torres de las ciudades de Río de Janeiro, São Paulo y Recife. La película puede verse como un tratado urbanístico sobre unas ciudades que han crecido sin domesticar del todo la fronda y en las que se mezclan las favelas con los rascacielos. Este agolpamiento constructivo es, a la vez, un estudio sociológico visual y un fascinante retrato —también en lo estético, pues la película es ejemplar en su modo de fotografiar la arquitectura— de Brasil, en ocasiones desde el punto de vista de los habitantes de los áticos, pues el montaje incluye grabaciones caseras además de entrevistas. En una de ellas, uno de los afortunados dueños de un apartamento confiesa: “A veces, siento un peso en la conciencia porque donde yo vivo no es el verdadero Brasil”.
Presentada como el contraplano de Um Lugar ao Sol y estrenada un año más tarde, Avenida Brasília Formosa muestra cómo afrontan los habitantes de una barriada de Recife el plan de reasignación de hogares en la nueva avenida que se construye después del efecto destructivo de una inundación. Uno de los atractivos de Avenida Brasília Formosa es que los personajes están interpretados por los propios afectados, que recrean sencillas ficciones en el entorno real en el que viven, en una concatenación de narraciones de tono aparentemente ligero. Así, conocemos las historias de un camarero, una esteticista, un pescador o un niño, y a través de sus vidas contemplamos también el modo en que se expanden y modifican las ciudades, y cómo lo acusan sus habitantes. La película se proyectó en Róterdam y en BAFICI, entre otros festivales.
Doméstica, de 2012, insiste en la investigación de los modos de habitar los espacios, y cómo estos determinan las relaciones humanas, qué dinámicas imponen y qué evasiones permiten. Se plantea como un retrato documental de las mujeres que trabajan en las casas de siete familias, grabadas por los hijos adolescentes a lo largo de una semana. Muchas veces estas mujeres han criado a los chicos, viven con ellos desde que son recién nacidos, incluso cuando ellas tienen sus propios hijos. Aparecen planchando, cocinando y también contando, quizá por primera vez, en qué consiste su vida. La película ofrece un atisbo a la vida entrelazada de las distintas clases sociales brasileñas, y por parte de Mascaro es un golpe más de zoom que nos acerca a la trama según la que se organiza la existencia.
Con Ventos de agosto, estrenada en el Festival de Locarno en 2014, Mascaro firma su primera película de ficción, en la que se reserva un papel como intruso que llega a un pequeño pueblo de costa con la intención de registrar los sonidos del viento en la zona de convergencia intertropical. Conocemos la vida de la comunidad sobre todo a través de los personajes de la joven pareja formada por Shirley y Jeison, que pasan los días buceando y pescando peces y pulpos, conduciendo el camión que transporta los cocos y en el fondo soñando con una vida más excitante mientras se evaden a través de la música punk, que contrasta con el paisaje inmemorial y las más de las veces duro. El monótono transcurrir de los días se ve alterado por la aparición de un ahogado que trae la marea. La película tiene un tratamiento muy sensorial y demuestra una gran preocupación por el trato al ecosistema. Tanto en los temas como en la puesta en escena, conserva rastros de un acercamiento documental.
Con Boi neon, Mascaro obtuvo el Premio Especial del Jurado de la sección Orizzonti del Festival de Venecia de 2015. Se desarrolla en un ámbito rural al norte de Brasil, donde se celebran las vaquejadas, rodeos con caballos y toros que recientemente se han visto en entredicho, amenazando modos de vida tradicionales. En medio del rudo ambiente, Iremar, acompañado por Galega —bailarina que se gana la vida como camionera—, combina su trabajo con el ganado y su vocación verdadera, que es la costura, en la que vislumbra una posibilidad de reinvención para sí mismo y para su entorno.
Divino amor se pasó en Sundance y en la sección Panorama de la Berlinale en 2019, entre otros festivales. Ambientada en un futuro próximo, en el que todo parece estar digitalizado y controlado hasta el último detalle, nos cuenta las peripecias de una secta que espera el advenimiento de un mesías mientras desarrolla sus sincréticos ritos de fertilidad. Dira Paes interpreta el papel protagonista de Joana, cuyo trabajo en el registro civil justifica que la película abunde en opresivos planos en oficinas llenas de anaqueles de archivadores que se alternan con interiores asfixiantes y una profusión de neones que, más que iluminar, ahogan. Rodada en formato panorámico y con banda sonora de Juan Campodónico, Santiago Marrero y Otávio Santos, provoca un sentimiento de rechazo a un futuro que resulta demasiado presente y en el que la esperanza ha adquirido un tinte siniestro.
Hayan sido rodadas en ámbitos rurales o urbanos, las películas de Gabriel Mascaro siempre contienen una reflexión sobre las relaciones que establecemos con el espacio. Esto es un modelo cinematográfico básico, pero el director lo trasciende hasta extraerle un sentido sociológico sutil que investiga en la realidad brasileña, sin que por ello la narración pierda nunca su ritmo y su encanto.
Gabriel Mascaro: poética de los cuerpos. Hasta el 2 de abril. La Casa Encendida. Madrid. También disponible en Filmin.
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