20 años de animales fotógrafos
Si se tiene en cuenta que son fotógrafos sin formación, experiencia o incluso la posibilidad de disparar, la verdad es que producen notables imágenes. Bajo el mar, en el corazón del bosque o a gran altura sobre el suelo, las criaturas con pelo o plumas están abriendo el panorama al llevar las cámaras donde no puede ir ningún ser humano. Este es el mundo de las imágenes tomadas por animales que se celebró recientemente en una reunión patrocinada por National Geographic para el 20 aniversario de su Crittercam, la herramienta de investigación en forma de cámara autónoma que empezó este género de reportajes.
Desde su primera actuación en 1987 sobre la espalda de una tortuga, la Crittercam y los dispositivos similares que otros han desarrollado se han hecho más pequeños y al mismo tiempo tienen mayor capacidad. "Ahora es algo más que una cámara", dijo Greg Marshall, el biólogo marino y director de cine, que inventó la Crittercam. "Estamos incluyendo más instrumentos para recoger más datos, como la presión, la temperatura del agua, la aceleración y la velocidad, al tiempo que reducimos el tamaño de todo".
Marshall, que dirige un equipo de diez personas que ha construido Crittercams para centenares de proyectos, mostró en el congreso la nueva Generación V de estas cámaras. La original pesaba más de tres kilogramos y podía funcionar hasta los 200 metros de profundidad. La más moderna tiene el tamaño de una linterna grande, pesa menos de 700 gramos y puede descender hasta los 900 metros.
La idea de montar cámaras sobre animales se le ocurrió a Marshall cuando, en la costa de Belize, se le acercó un tiburón. Al alejarse, notó que llevaba una rémora pegada a él y eso le llevó a pensar que una cámara en esa situación daría información sobre el comportamiento del tiburón. Los comienzos no fueron fáciles y hasta hace menos de 10 años no se pudieron utilizar en muchos proyectos, pero hasta ahora se han puesto cámaras en tiburones, leones marinos, focas, pingüinos, ballenas y, más recientemente, en animales terrestres.
Parte del trabajo consiste en desarrollar pegamentos, arneses, ventosas y otros métodos para que el instrumento no dañe al animal y pueda ser soltado para su recuperación. Se puede seguir la cámara desde cerca por radio y también por satélite. Conocer su situación permite poderla recuperar para ver las imágenes filmadas en vídeo.
La última novedad es una ligerísima cámara de pájaros. Con ella se ha investigado cómo los cuervos usan pequeños palos como herramientas para extraer alimentos. Como dijo Tracey L. Rogers, directora del Centro Australiano de Investigación en Mamíferos Marinos: "Al estudiar su forma de alimentarse, queremos saber como concuerdan los modelos con la realidad, Con una cámara, ves directamente lo que hacen. No tienes que imaginártelo".
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