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“Solo hay lluvia y un viento violento”: Jamaica se sume en la oscuridad tras el paso del huracán ‘Melissa’

La isla caribeña sufre inundaciones en el suroeste y cortes de electricidad en gran parte del territorio por el mayor ciclón del país desde que hay registros, mientras se comienzan a evaluar los daños y las víctimas

Viviendas afectadas por el paso del huracán Melissa este martes, en Kingston, JamaicaFoto: Rudolph Brown (EFE)
Nicholas Dale Leal

Después de una aparente eternidad en vilo, mientras se acercaba lentamente la enorme tormenta, el huracán Melissa finalmente tocó tierra en el suroeste de la isla de Jamaica cerca del mediodía del martes. Los vientos arrasaron con árboles y postes de luz, y el paso de la marejada ciclónica de varios metros y las inundaciones, producto de ríos crecidos y terrenos saturados de agua, han dejado a la parroquia de St. Elizabeth —una de las 14 subdivisiones administrativas del país— “bajo agua”. Al caer la noche, la nación caribeña se ha sumido en la oscuridad por cortes de electricidad en la mayor parte del territorio, mientras se comienzan a evaluar los daños en la medida de lo posible y en medio del coletazo del que se perfila como el mayor huracán en la historia del país. Por ahora no ha habido reportes “oficiales” de muertes por la tormenta, pero las autoridades advierten que eso cambiará cuando vuelva el sol el miércoles.

“Solo hay lluvia y un viento violento”, relata desde la relativa seguridad de las zonas altas de la capital, Kingston, ubicada al oriente, Kevaughn J., de 28 años. “He visto videos y fotos de casas y coches completamente inundadas. Estoy viendo árboles enormes caídos. Veo tejados arrancados por completo [...] Muchas calles no se pueden transitar porque el agua está demasiado alta y son como ríos”.

El ministro de Gobierno Local, Desmond McKenzie, anunció que a media tarde del martes, el último momento en que había datos, más de 530.000 usuarios —aproximadamente el 77% de la base de clientes de la empresa eléctrica Jamaica Public Service— se encontraban sin suministro eléctrico. El ministro aseguró que se están llevando a cabo trabajos de restauración, dando prioridad a los hospitales y las estaciones de bombeo de agua para mantener los servicios esenciales. Sin embargo, McKenzie advirtió que la mayoría de los jamaicanos pasarían la noche del martes sin electricidad, en medio de inundaciones generalizadas y carreteras bloqueadas.

“El mayor problema por aquí es que no hay luz. Mi novia, por ejemplo, tampoco tiene internet y se quedó sin batería en su teléfono móvil, así que no podemos hablar”, cuenta Kevaughn por mensajes de voz a EL PAÍS. “Yo tengo una batería externa potente, que en realidad es para mi coche, pero también permite cargar dispositivos. Y aún tengo conexión de datos. Pero no hay ninguna forma de comunicarse ni de recibir información. Mucha gente está completamente en la oscuridad. Y no sabemos cuándo volverá la electricidad”.

Desde los días previos, la tormenta Melissa se fue intensificando hasta que el lunes se convirtió en un huracán de máxima categoría, 5 en la escala Saffir-Simpson. Con vientos de hasta 295 kilómetros por hora y pronósticos de marejadas de hasta cuatro metros y cerca de 1.000 milímetros de lluvia para algunas zonas del territorio —alrededor de la mitad de la precipitación anual promedio en la isla—. Los jamaicanos se comenzaron a preparar con más intensidad cuando los bordes del ciclón, de más de 600 kilómetros de diámetro, ya estaban vertiendo agua sobre ellos.

Los estantes de los supermercados se vaciaron rápidamente y las casas, la mayoría con frágiles tejas de zinc, se comenzaron a reforzar con bolsas de arena y ladrillos para evitar que los techos se volaran. Una vez que el ojo del huracán se posó sobre la isla, los sistemas de medición se vieron sobresaturados y para la noche del martes no ha habido reportes de la cantidad de lluvia que cayó sobre la isla en el día, ni tampoco de la potencia de las marejadas, los dos elementos más peligrosos de un ciclón de estas dimensiones. Asimismo, si bien se proyectaba que Melissa sería el mayor huracán del país desde que se tienen registros, aún no ha sido posible confirmarlo.

Kingston, la zona más poblada que se encuentra a unos 100 kilómetros al este de la zona de impacto de Melissa, se salvó de lo peor. Los daños reportados se han concentrado en el oeste de la isla, por donde pasó el ojo del huracán en su trayectoria de sur a noreste. “Las parroquias de ese lado están sufriendo más. St. Elizabeth, Montego Bay, Mandeville, Trelawny… Allí hay algunas zonas turísticas, pero principalmente es rural. Los granjeros están siendo muy afectados, sus cosechas están perdidas, incluso también los animales”, explica Kevaughn.

El recuerdo de los efectos del huracán Beryl, que azotó la isla en 2024, está muy fresco y los jamaicanos, después de vivir un día dominado por la incesante lluvia y el golpeo constante del violentísimo viento, creen que la recuperación tras Melissa será aún más difícil. A falta de conocer los daños en detalle, el primer ministro, Andrew Holness, ha declarado al país entero “zona catastrófica”, ya que la isla se encuentra devastada por las afectaciones generalizadas en las infraestructuras y las inundaciones catastróficas. En la oscuridad solo quedan preguntas.

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Sobre la firma

Nicholas Dale Leal
Periodista colombo-británico en EL PAÍS América desde 2022. Máster de periodismo por la Escuela UAM-EL PAÍS, donde cubrió la información de Madrid y Deportes. Tras pasar por la Redacción de Colombia y formar parte del equipo que produce la versión en inglés, es editor y redactor fundador de EL PAÍS US, la edición del diario para Estados Unidos.
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