El juez Moraes pide condenar a Bolsonaro por liderar un intento de golpe de Estado
El famoso magistrado es el primero de los cinco togados que juzgan al expresidente de Brasil en emitir su veredicto

El veredicto y la sentencia en el juicio que ha sentado en el banquillo al expresidente Jair Messias Bolsonaro por intentar dar un golpe en Brasil no llegarán con un juez o un jurado que entra en la sala y lee solamente la decisión, como en las películas de Hollywood. Los jueces del Tribunal Supremo de Brasil deliberan ante el público, a diferencia de prácticamente todas las cortes equivalentes en el mundo. Y eso significa que cualquiera puede seguir en directo, sea en la sala o a muchos de kilómetros, cómo los magistrados construyen el veredicto. El juez instructor, Alexandre de Moraes, ha sido este martes el primero en votar. Ha pedido que Bolsonaro, que presidió Brasil entre 2019 y 2022, sea condenado por los cinco delitos que se le imputan, que pueden suponer una pena mínima de 12 años y un máximo de 43.
En una intervención de cinco horas para defender su tesis y detallar las pruebas en las que se apoya, Moraes ha enfatizado: “Estamos olvidando que Brasil casi vuelve a una dictadura por una organización criminal, formada por un grupo político y liderada por Jair Messias Bolsonaro, que no sabe perder las elecciones”.
Bolsonaro niega que intentara perpetrar una asonada, pero sí ha reconocido que, tras caer derrotado en las urnas frente a Luiz Inácio Lula da Silva, convocó a la cúpula de las Fuerzas Armadas para debatir medidas de excepción.
Moraes ha solicitado que el ultraderechista sea condenado por los delitos de intento de abolición violenta del Estado, golpe de Estado, pertenencia a organización criminal, daños a bienes públicos, daños al patrimonio protegido. La decisión ha sido anunciada a las dos y media de la tarde en la sala primera de la máxima corte, en Brasilia, que una turba bolsonarista asaltó en enero de 2023. Para los otros siete imputados también ha solicitado duras condenas. Seis de los ocho son militares.

En su intervención, Moraes ha recalcado que Bolsonaro, entonces presidente del Gobierno, era el líder de una organización criminal cuya “finalidad era muy clara: restringir la actuación del Poder Judicial para evitar el sistema de frenos y contrapesos al tiempo que inició la consumación de una serie de actos para perpetuarse en el poder, obviando las reglas de la democracia y el resultado electoral de 2022″. Para ello, reclutó a personas de su máxima confianza y utilizó la estructura del Estado".
El expresidente Bolsonaro no ha estado en la sala, como ninguno de los otros imputados. El ultraderechista ha seguido la sesión desde su casa, donde está en prisión domiciliaria. A Moraes le corresponde votar el primero porque es el instructor. Un segundo juez, Flávio Dino, que era ministro de Luiz Inácio Lula da Silva, ha votado también por condenar a los ocho imputados.
El miércoles la sesión comienza con el voto de Luiz Fux, el único de los cinco magistrados del tribunal que ha expresado discrepancias de fondo en el caso. Bastan tres votos para declarar a un acusado culpable o inocente de un delito.
El juez, tan poderoso como controvertido, es famoso en el extranjero porque fue el que ordenó cerrar X en Brasil el año pasado. En sintonía con la tesis de la fiscalía general del Estado, Mores ha defendido que la conspiración golpista empezó a gestarse en julio de 2021. Bolsonaro era el líder de un grupo jerarquizado con reparto de tareas que, con una conjunción de discursos de deslegitimación del sistema electoral, actos violentos, amenazas a autoridades, un plan para matar al presidente electo, al vicepresidente electo y al juez instructor, el propio Moraes, entre otros actos, intentó romper el orden constitucional con el único fin de perpetuarse en el poder ilegalmente.
Moraes ha reiterado de manera machacona que “Jair Messias Bolsonaro era el jefe de una organización criminal”. El juez ha sostenido que el entonces presidente de la república estaba al tanto de los planes de magnicidio porque no solo este fue impreso en dos ocasiones distintas en dos palacios en los que él estaba sino porque otro de los acusados por los actos antidemocráticos se lo comentó en un audio al principal delator del caso, Mauro Cid, un teniente coronel que era en aquella época secretario personal de Bolsonaro. Según Moraes el plan para eliminar al trío “queda plenamente probado en los autos, hay exceso de pruebas”, ha dicho.
Para el juez Moraes, el asalto a las sedes de los tres poderes en Brasilia, “el 8 de enero de 2023, fue el intento final de la organización criminal de concretar aquello que en 2021 proclamó Bolsonaro [en uno de sus directos semanales de YouTube] ‘Las Fuerzas Armadas nunca faltaron al llamamiento del pueblo brasileño. Es el último aviso que doy al poder Judicial”. Ese día, según la denuncia, comenzó a gestarse la conspiración golpista.
Cada tanto el togado salpicaba sus detalladas explicaciones con bromas, guiños o ironías... estrategias para recuperar la atención del público. En ocasiones ha logrado que se oyeran risas en la sala. Seguro que son excelentes cortes en televisión o redes.
Muy serio, en primera fila, el abogado del expresidente Bolsonaro. En una de las tribunas, María Amelia Faxini Marangoni, una señora que no quería perderse “este juicio histórico”. “No puedo creer que tengo ahí enfrente al juez Moraes”, decía con enorme emoción junto a su esposo. Más de mil ciudadanos de a pie se irán turnando para asistir a las sesiones que restan hasta el viernes, cuando el tribunal espera dictar sentencia.
El magistrado Moraes es la bestia negra del bolsonarismo desde que el capitán retirado del Ejército llegó a la Presidencia en 2019. Lo odian porque él ha ido asumiendo casi todos los expedientes que atañen al expresidente, al clan familiar que lidera y al movimiento político que encabeza. En los últimos años, Moraes ha ido acumulando poder con el respaldo de la mayoría de los jueces de la máxima corte.
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