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Petro da marcha atrás y ya no llamará a consultas a su embajador en Estados Unidos

La canciller de Colombia señala que espera que “una nota de aclaración” sea suficiente para que el Gobierno de Trump dé explicaciones sobre una foto en la que su jefe aparece con un uniforme penitenciario

Lucas Reynoso

Colombia ya no llamará a consultas a su embajador en Washington, según confirmó la Cancillería. “Por ahora no habrá un llamado a consultas. Seguimos diciendo que tenemos que dialogar y hemos pedido el apoyo de toda América para establecer un diálogo diplomático”, dijo el lunes la canciller, Rosa Villavicencio, en declaraciones a medios de comunicación durante la cumbre de la CELAC-UE. En vez, Bogotá formuló “unas notas verbales” para que Washington aclare una foto de una reunión en la Casa Blanca en la que se ve una imagen del presidente Gustavo Petro con un uniforme penitenciario. “Esperemos que con la nota de aclaración puedan citar a nuestro embajador para explicar este suceso”, declaró Villavicencio.

La tensión había escalado en la noche del domingo. El periodista Federico Gómez Lara comentó en X que el presidente le había dicho por vía telefónica que llamaría a consultas a Daniel García-Peña y que pediría “la expulsión” del encargado de negocios de Estados Unidos en Bogotá, John McNamara. El ministro del Interior, Armando Benedetti, desmintió la segunda parte. Después, Petro se refirió al tema en X, sin desmentir el llamado a consultas: “Si se llama a un embajador a consulta, el que hace las veces por el otro país regresa a su país mientras se reciben las informaciones pertinentes. Aquí se trata de saber por qué en la página oficial de la Casa Blanca me sacan como si fuera un preso en una cárcel de los EEUU. Eso es un irrespeto brutal al pueblo que me eligió y a la nación colombiana y su historia”.

El presidente ha desplegado una estrategia opuesta al tono conciliador de su Cancillería. A lo largo del domingo, elevó el tono tanto en X como en un acto en el que pidió perdón en nombre del Estado por el genocidio del partido de izquierda Unión Patriótica a finales del siglo pasado. Según él, un grupo de asesores de Trump quiere “destruir al Gobierno de Colombia, simplemente porque es progresista y no congenia con la gobernanza narcoparamilitar”. “Buscan homogeneizar a América Latina como un siervo obediente de un Gobierno que no respeta las reglas de la soberanía y la democracia”, dijo. Después, aseguró que el pueblo colombiano se levantaría para defenderlo en caso de que lo quieran meter preso: “Ese despertar será huracanado y tormentoso, pero feliz. Seremos jaguares bailando por la dignidad de Colombia”.

La Cancillería intentó suavizar sus palabras desde la primera hora del lunes. El vicecanciller de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo, declaró en Blu Radio que todavía no había una decisión tomada sobre expulsar al encargado de negocios de Estados Unidos en Bogotá. “El presidente no lo ha confirmado. No hay que especular, es una decisión que corresponde exclusivamente al presidente de la República”, dijo. Pero confirmó el llamado a consultas. “El presidente ha tomado la decisión de llamarlo a consultas por la gravedad de las revelaciones hechas en la prensa”, comentó. La canciller, por su parte, fue más ambigua en una entrevista en W Radio: “Va a haber una nota verbal para que nuestro embajador pueda venir”.

Tanto Jaramillo como Villavicencio se han mostrado más conciliadores que el presidente. “Mantenemos la relación en el más alto nivel. Por eso, Daniel García-Peña sigue siendo embajador”, dijo el vicecanciller en su entrevista radial. Jaramillo reiteró, eso sí, que las declaraciones de Trump sobre Petro —dijo hace unas semanas que es “un líder narcotraficante” y “un matón”— son “inaceptables” y desconocen “la figura del presidente como símbolo de unidad nacional”. Villavicencio, por su parte, llamó al diálogo en sus declaraciones a medios de comunicación en la cumbre de la CELAC-UE: “Nuestra posición es la del diálogo diplomático, la de la negociación política en torno a las controversias”.

Mientras tanto, Washington ha rechazado los señalamientos de Bogotá. El subsecretario de Estado, Christopher Landau, declaró el lunes en una entrevista con el canal NTN24 que “nunca hay que creer todo lo que se lee en los periódicos”, pese a que la foto difundida por la revista Cambio el domingo se encuentra en el sitio web de la Casa Blanca -aunque la imagen de Petro sea un detalle pequeño, que requiere zoom para ser visto. El alto funcionario dijo, además, que es “muy trágico” que Colombia sea representada “por una persona de tan bajo carácter moral”. “Gracias a Dios habrá una elección el año que viene y supongo que el pueblo colombiano, en su gran sabiduría, va a rechazar este sendero que lleva a la miseria y al odio”, resaltó.

El rol de Bernie Moreno

La enésima crisis diplomática entre los Gobiernos de Trump y de Petro se desató el domingo tras la difusión en Colombia del detalle de la foto que la Casa Blanca publicó el 21 de octubre. Entre los cuatro protagonistas de la imagen se ve, al revisar en detalle, que el subjefe de Gabinete, James Blair, sostiene una carpeta con un documento titulado “La doctrina Trump para Colombia y el hemisferio occidental”, firmado por el senador republicano Bernie Moreno. Además de la foto de Petro con un uniforme penitenciario, hay un listado de objetivos. Uno de ellos es “establecer sanciones selectivas contra Petro, su familia y asociados”. Es algo que se materializó tres días después, cuando la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) incluyó al mandatario en una lista de personas vinculadas con actividades ilegales, conocida como lista Clinton. Otro punto es “iniciar una investigación exhaustiva sobre las campañas de Petro y su financiamiento extranjero”.

Petro ha centrado sus críticas en el senador Moreno, quien nació en Colombia y proviene de una influyente familia de empresarios y políticos. Según Petro, el congresista busca castigarlo por denuncias que hizo hace décadas contra dos de sus hermanos, por supuesto lavado de dinero y volteo de tierras. Las sindicaciones nunca llegaron a condenas contra ellos. “Es una familia que se quiere vengar del presidente de la República”, apuntó el mandatario en el acto del domingo. “Es una vendetta, como las de la mafia”, resaltó. El senador, por su parte, respondió en X que Petro “ha hecho todo lo posible para imposibilitar una relación de beneficio mutuo”. No se quedó atrás con los insultos: “Deshonra a Colombia con su comportamiento errático, sus acciones que complacen a los narcotraficantes, su constante actividad en las redes sociales y su patética necesidad de presentarse como víctima”. Una solución a la crisis, pese a los esfuerzos de la canciller, parece lejana.

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Sobre la firma

Lucas Reynoso
Es periodista de EL PAÍS en la redacción de Bogotá.
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