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La crisis del combustible en los aeropuertos de Colombia, un nuevo signo de interrogación para Ecopetrol

El Gobierno informa que una falla eléctrica en la refinería de Cartagena condicionó la entrega de gasolina. Latam anula 36 vuelos, mientras que Avianca otros 26 y la venta de tiquetes entre ciudades como Bogotá y Medellín

Dos aviones A320 de la aerolínea Avianca en el Aeropuerto Internacional El Dorado, en Bogotá (Colombia), en julio de 2023.
Dos aviones A320 de la aerolínea Avianca en el Aeropuerto Internacional El Dorado, en Bogotá (Colombia), en julio de 2023.Long Visual Press (Long Visual Press/Universal Imag)
Camilo Sánchez

Cuando las vacaciones de mitad de año transcurrían en aparente normalidad para las terminales aéreas de Colombia, el penúltimo fin de semana de agosto se ha erigido como un nuevo tropiezo para la gestión del sector aéreo colombiano. La Refinería de Cartagena, una de las dos más importantes del país, sufrió el pasado 16 de agosto una falla eléctrica que ha desembocado 10 días más tarde en un problema de suministro de combustible en los 13 principales aeropuertos del país.

El Gobierno, a través de la ministra de Transporte, María Constanza García, y el presidente de la petrolera de mayoría estatal, Ricardo Roa Barragán, ofreció una rueda de prensa en la mañana del lunes para dar un parte de tranquilidad parcial. De acuerdo con los funcionarios, Ecopetrol ejecutó desde los días del incidente eléctrico un “plan de trabajo” para gestionar el abastecimiento de gasolina, diésel y jet de aviación necesarios. También detallaron que el próximo fin de semana llegarán al país 100.000 barriles de combustible de aviación importados por la compañía para cumplir con el 95% de suministro mínimo legal y garantizar la seguridad de los vuelos.

Entre la liquidación de las aerolíneas de bajo costo Viva Air y Ultra en 2023, con miles de viajeros afectados por las cancelaciones, y los líos del Ejecutivo de izquierdas en su confusa política de hidrocarburos, esta crisis alumbra sobre la gestión de Ecopetrol y, en menor medida, de la Aeronáutica Civil, la agencia estatal responsable de regular el mercado aéreo. Ecopetrol informó el pasado 21 de agosto de que la falla en las instalaciones de Cartagena provocaría un déficit de combustible general de entre el 5% y el 8%. Y, a pesar de que la crisis se veía venir como una ola gigante, el plan de contingencia parece haber fallado.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), en representación de 330 aerolíneas que abarcan el 80% del tráfico aéreo global, envió una carta al Ministerio de Transporte, fechada el domingo 25 de agosto, donde expresa sus reparos por la carestía de combustible. Además, Latam Colombia reportó ayer domingo que los “inventarios de combustible Jet A1 se agotaron en los aeropuertos de Leticia, Montería y Bucaramanga”. La compañía más grande de la región añadió que en Bogotá “se está reduciendo a niveles críticos”. Por eso, la IATA formuló algunas recomendaciones a las autoridades para mitigar la situación.

Entre ellas cita la figura del “tankering”, una práctica que consiste en almacenar un excedente de combustible en la aeronave desde la terminal de origen para compensar el faltante en el lugar de destino. La misma agencia advierte que se trata de un plan alterno que supone costos adicionales, pues los vuelos tendrían que reducir el número de pasajeros para compensar el peso extra. La IATA remata con otro obstáculo para implementar, que en la práctica es una crítica dirigida contra la Aerocivil: “Para tomar esta medida se requiere, en primer lugar, tener una información clara de inventarios de combustible por aeropuerto, en tiempo real, lo cual no tenemos”.

Mientras cientos de viajeros se agolpan expectantes en las terminales aéreas del país, con especial concentración en El Dorado de Bogotá, que acoge el 60% de la operación con un tráfico promedio de 45 millones de pasajeros anuales, los expertos empiezan a desenredar el hilo de responsabilidades en este nuevo incidente. Claudia Velásquez, consultora del sector, recuerda que las medidas de seguridad estipulan que Ecopetrol genere una reserva de combustible para atender imprevistos: “Puede haber atentado en un poliducto. O una demora en la importación de aditivos para la refinación de algunos combustibles. Circunstancias externas que deben contar con un plan de emergencia”.

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Avianca, la centenaria línea aérea bandera del país, ha informado que suspende la venta y operación de 26 vuelos. La ruta entre Bogotá y Cartagena, por ejemplo, se verá afectada desde el martes 27 al miércoles 28 de agosto. Por su parte, el trayecto entre la capital y Barranquilla queda cancelado entre el martes 27 y el viernes 30. Y la conexión entre Bogotá y Valledupar desde el 26 de agosto hasta el próximo 2 de septiembre. La venta de tiquetes aéreos para Medellín está paralizada.

Latam Colombia ha informado por su parte que anula 36 vuelos para mañana martes 27 de agosto: “Reajustar nuestra operación es necesario para evitar generar un efecto bola de nieve al final del mes que causaría afectaciones masivas a nuestros pasajeros. En LATAM Airlines continuaremos monitoreando nuestra operación y la disponibilidad de combustible que nos declaren los distribuidores para realizar los ajustes que sean necesarios”, afirma Santiago Álvarez, director ejecutivo de la compañía.

Proveedores como la petrolera Chevron, o la multinacional de servicios en tierra World Wide Flight Services (WFS), han informado a través de la IATA que la situación de los inventarios es “crítica” en Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cartagena. Y Terpel, el gran distribuidor mayorista, ha comunicado que limitará la entrega al 85% de Jet Fuel, o Jet A1, uno de los carburantes más elaborados en su producción y refinamiento: “Es el combustible más costoso. No se puede preservar mucho tiempo en tanque porque se deteriora su calidad”, detalla Velásquez.

Un cuadro general que contrasta con las declaraciones del gerente de Ecopetrol, Ricardo Roa Barragán, quien aseguró en la mañana del lunes que la producción del Jet Fuel ha experimentado en los últimos meses un incremento del 6%: “Estamos pasando de 35.000 barriles [diarios] a 37.000 en los dos últimos meses. Y de 37.000 a 41.000 para los próximos meses”. Cifras que añaden dosis de confusión. ¿Dónde está el corto circuito si los distribuidores mayoristas han enarbolado un déficit al parecer mayor?

El presidente Gustavo Petro tampoco tiene respuestas a la mano, pero ha sugerido que tras el traspié se halla una “actividad irregular”. En su cuenta de X manifestó: “Hay completa disponibilidad de combustible para avión en Ecopetrol. Pediré a las superintendencias que investiguen porque no llega el combustible a los aeropuertos”.

El daño en la refinería de Cartagena, empresa filial de Ecopetrol, fue reparado y la planta funciona con normalidad, según Roa Barragán. Casi todas las miradas ahora se dirigen hacia la gestión del Ejecutivo en cabeza de la Aerocivil. Por lo pronto se anticipan más inconvenientes para los pasajeros en Colombia. La ministra de Transporte, María Constanza García, aseguró que la crisis podría impactar el precio de los tiquetes: “Sería un incremento marginal. Hay que recordar que los combustibles podrían estar dentro de un 40% del costo de la tarifa. Finalmente esto es un mercado y debe haber un equilibrio en el servicio”.

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Camilo Sánchez
Es periodista especializado en economía en la oficina de EL PAÍS en Bogotá.
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