_
_
_
_
Elecciones Venezuela 2024
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Historia post-electoral

¿Qué hacer para que Venezuela recupere el tiempo perdido y vuelva de ese año 2008 en donde parece haber quedado estancada en todos los sentidos?

Un partidario de Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores en Caracas.
Un partidario de Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores en Caracas.MAXWELL BRICENO (REUTERS)

Es verdad: por un mero asunto de vecindad, porque no tiene sentido romper relaciones con aquel que comparte tanto con nosotros, fue un absurdo romper con Venezuela en tiempos de Iván Duque. Pero no hay duda que ese ejemplo lo deberían haber seguido muchos países para decirle no claramente a la dictadura de Nicolás Maduro.

También es verdad que en el restablecimiento de las relaciones con Venezuela el Gobierno del presidente Petro fue generoso en exceso. Casi que lo dimos todo sin que el Gobierno de Maduro se comprometiera a mayores cosas. O al menos eso es lo que hemos visto con unas exportaciones famélicas, un intercambio fronterizo flojo y la permanente desconfianza que hay hacia todo lo que tenga que ver con el Gobierno venezolano, impregnado hasta el tuétano por la corrupción y el narcotráfico.

Digamos que Maduro se va. Queda todo por hacer. Digamos que Maduro se queda. ¿Él de verdad querrá hacer algo? Hoy Venezuela no es siquiera una esperanza, sino un borrador de país. Un lugar que poca ilusión genera en aquellos que se fueron y lo dejaron todo. Un recuerdo para aquellos que alcanzaron a ver otra realidad.

Digamos que Maduro se va. ¿Cómo devolverle la institucionalidad a un Estado que la ha perdido toda? Por ejemplo, ¿quién le va a quitar a los militares el control del contrabando que es clave para que en las góndolas de los supermercados y en las tiendas haya algún tipo de surtido? ¿Estarían dispuestos los hoy negociantes de uniforme a entregar su generador de riqueza a cambio de apostar a un mejor mañana para Venezuela? ¿Qué hacer para que Venezuela recupere el tiempo perdido y vuelva de ese año 2008 en donde parece haber quedado estancada en todos los sentidos? Algo es urgente: que quienes votan por la oposición entiendan que nada va a cambiar de la noche a la mañana. Que recuperar las ruinas toma mucho tiempo. El tiempo que entre Maduro y Chávez les robaron.

Pero también puede ser que Maduro encuentre nuevas formas de quedarse ahí. De seguir como un lastre que ancla a Venezuela en la pesadilla que es hoy, donde sólo él y sus amigotes logran lo que quieren y se bañan en interminables fuentes de dinero. Sería la prueba definitiva de lo torpe que puede llegar a ser un pueblo. Del triste destino del que ya será casi imposible salir. Como la vieja Cuba y su miserable dictadura.

Hablé ayer con un venezolano de la diáspora. De aquellos que se fueron cuando ya no había nada, cuando ya todo estaba perdido. Le pregunté: ¿qué espera de las elecciones? Y respondió sin entusiasmo, sin ganas, de la manera más plana posible: “lo mismo de siempre”.

Digamos que Maduro se va. Digamos que Maduro se queda. Pareciera no importar porque los hijos perdidos de Venezuela, perdidos han quedado.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y aquí al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Gustavo Petro en la ONU

Las dos caras de Petro

Juan Pablo Calvás
Soldados colombianos montan guardia mientras una familia escucha el discurso del presidente Gustavo Petro, en el municipio de Bocas de Satinga, el 13 de mayo de 2023.

Colombianos en sánduche

Juan Pablo Calvás

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_