Los inmigrantes venezolanos en Colombia viven pendientes de las elecciones: “Depende de lo que ocurra, volveremos”

De cada 10 personas que se fueron de Venezuela por la crisis económica y política de la última década, unas cuatro se quedaron en Colombia. Ingenieros o cocineros, jóvenes o mayores, migrantes recientes o de larga data, casi tres millones de venezolanos se han integrado a este país de poco más de 50 millones de habitantes. Por eso, este domingo, en ningún otro lugar, aparte de Venezuela, se seguirán con mayores expectativas las elecciones en las que, según las encuestas, puede ser derrotado el chavismo. Algunos se ilusionan con la posibilidad de regresar a su país ante una posible derrota del presidente candidato Nicolás Maduro, a quien señalan como el responsable del éxodo migratorio. Otros son más cautos, pero admiten que al menos podrían comenzar a pensar en un eventual regreso.

Henry Rojas, limpiador de vidrios

Henry Rojas, de 47 años, trabajaba como obrero en construcciones y remendando zapatos en Venezuela. Con una inflación galopante, el dinero ya no le alcanzaba para que sus hijos pudieran desayunar todos los días. Por eso, en 2019, uno de sus mejores amigos lo ayudó a radicarse en la capital colombiana. Comenzó vendiendo golfeados, unos dulces típicos de Venezuela. Dos meses después, su esposa Yaira Corñier y su hija Yangelis, se mudaron con él. Ahora, trabaja limpiando vidrios en una esquina de un semáforo en un barrio de clase media alta. Al día gana alrededor de 30.000 pesos colombianos (7 dólares), de los cuales ahorra 15.000 pesos (3,7 dólares). “Nuestra vida cambió desde que llegamos a Colombia. Tenemos trabajo, una nevera y una lavadora. En Venezuela, eso sería imposible”, dice.

Volver a Venezuela no es una opción, por ahora. Rojas cuenta que hace poco visitó a su familia en Caracas y que sintió tristeza de ver una situación de “tanto abandono”. Sin embargo, las elecciones pueden cambiar las cosas. “Volveremos cuando Maduro ya no esté en el poder”, asegura. “Antes teníamos trabajo, íbamos a la playa, al río y podíamos disfrutar de un sancocho. Ahora en Venezuela la gente esconde la comida por temor a que se la quiten. Ojalá todo vuelva a ser como antes”, añade. Aunque no votará porque no registró su cédula, remarca que su esposa sí lo hará. “Votará por la oposición. María Corina [Machado, líder opositora] es un fenómeno, todas las mujeres quisieran votar por ella o por Edmundo [González, el candidato opositor]”, dice.

Eduar Villazana, barbero

Eduar José Villazana Guzmán, de 29 años, se levanta todos los días a las cinco de la mañana para llegar a las siete a Lisis Colores Barbero Shop, en La Esmeralda, uno de los barrios más tradicionales de Bogotá. Graduado como ingeniero náutico en Venezuela, ya trabajaba como barbero antes de migrar. Ganaba apenas tres dolares diarios, mientras que ahora obtiene 80.000 pesos por día (unos 20 dólares). En su país, aún viven su madre Josefina, su padre José Rafael y sus dos hermanos.

Responsabiliza a Maduro por su decisión de abandonar el país, así como la de otros amigos en la barbería. “Ha sido un mal presidente, ha tenido una mala gestión y todos los que lo rodean hacen todo a su favor”, afirma. Aunque consideraría regresar si gana la oposición, cree que no lo haría a corto plazo. “El país no se va a acomodar de la noche a la mañana”, dice. Pide que las elecciones “sean libres” y comenta que no votará porque siente que su voto no marcará la diferencia

Jorge Useche, cocinero

El cocinero Jorge Useche, de 40 años, llegó a Bogotá en 2014, después de que Maduro ganara las elecciones presidenciales. Tenía un restaurante en Táchira, pero la escasez de alimentos impedía que los suministros llegaran. “Era un problema conseguir ingredientes para un aforo de 120 personas por las restricciones para comprar comida”, cuenta. Esto provocó la decadencia de su negocio, por lo que decidió alejarse del futuro incierto de su país. Su esposa de entonces era colombiana y eso le facilitó obtener la residencia en Colombia. Actualmente, es chef independiente y realiza contenido gastronómico para sus redes sociales y para diversas empresas.

Sigue de cerca la política de su país. En su época universitaria, organizaba marchas y formaba parte de movimientos estudiantiles. Después, fue dirigente del partido Primero Justicia en Venezuela y depositó todas sus esperanzas en Henrique Capriles, con quien estuvo cuando una cuadrilla de chavistas les disparó en el barrio La Pastora en Caracas en 2013. “Fue un momento de mucha angustia, sentíamos frustración al tener que salir corriendo para salvar nuestras vidas”, recuerda.

Useche cree que su país tiene una oportunidad única este domingo. “Está en un punto de inflexión: o hay un cambio o se hunde más en una dictadura”, dice. Está ilusionado con que un hipotético Gobierno de Edmundo González mejore la situación económica. “Si la oposición gana, habrá una oportunidad de apertura a nuevas empresas y la creación de bases para que todo vuelva a la normalidad y Venezuela surja como el ave fénix”, añade. Sin embargo, no tomaría la opción de volver a su país inmediatamente. “En Colombia, al menos, hay una garantía de alimentación, salud y mejor calidad de vida que en Venezuela. No encontrar medicamentos, una buena atención médica, transporte, distribución de alimentos y oportunidades de crecimiento personal, económico y profesional son problemas allá”, valora.

Andry José Reyes, ingeniero

El ingeniero Andry José Reyes, de 47 años, considera que su llegada a Bogotá no fue tan compleja como la de otros venezolanos. La empresa de ingeniería petrolera en la que trabajaba le facilitó el traslado a Bogotá, una ciudad que ya conocía. Llegó en 2019, solo, a un hotel en la localidad de Teusaquillo. Su esposa, María Noriega, se había quedado en Venezuela, pero pronto vio que su marido ganaba un mejor sueldo y conseguía alimentos y medicamentos con facilidad. Decidió empacar y mudarse con sus cuatro hijos a Bogotá. Ahora, aseguran que comer dejó de ser una angustia. Tienen las comidas básicas y algo más. Practican deporte, salen a divertirse y siguen formándose académica y profesionalmente.

Reyes asegura que su situación económica comenzó a decaer cuando falleció Hugo Chávez y Maduro lo reemplazó como presidente, en 2013. Responsabiliza al actual mandatario por la decisión de su familia de migrar a Colombia. “Es un dictador, ha llevado a Venezuela a unos niveles de inseguridad, educación, seguridad alimentaria y salud nunca antes vistos”, dice. Está entusiasmado con la posibilidad de que gane la oposición, pero no cree que vaya a regresar a Venezuela. “No hay garantías para volver, además mi familia ya tiene una vida en Colombia”, afirma. No va a votar porque para hacerlo debe tener el estatus de residente en Colombia y él no lo tiene. “En algún momento pensé en ir a Venezuela, pero no hay garantías, entonces desistí de la idea”, comenta.

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