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Las reformas de Petro se congelan en el Congreso por el escándalo de corrupción en la UNGRD

La denuncia de supuestos sobornos que salpica a los presidentes del Senado y de la Cámara de Representantes retrasa el trámite de la reforma pensional, impide que se prohíban las corridas de toros y hace más difícil la presentación de una nueva reforma a la salud

reformas de gustavo petro
Decenas de lugares vacíos en la Cámara, tras la salida de los representantes del Centro Democrático el 8 de mayo de 2024.Natalia Pedraza Bravo
Juan Miguel Hernández Bonilla

Los proyectos de ley de la Administración de Gustavo Petro, esenciales para aterrizar su eslógan de ser el Gobierno del cambio, están congelados en el Congreso de la República. El responsable es el escándalo de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), en el que los dos exdirectivos Sneyder Pinilla y Olmedo López han acusado a los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes de recibir multimillonarios sobornos para supuestamente acelerar el trámite de las reformas de Petro. Pinilla denunció la semana pasada que le entregó 3.000 millones de pesos (alrededor de 770.000 dólares) a Iván Name, presidente del Senado, y 1.000 millones de pesos (unos 260.000 dólares) a Andrés Calle, presidente de la Cámara. Los dineros habrían salido de los sobrecostos en la compra de 40 carrotanques para llevar agua potable a las comunidades más alejadas del departamento de la Guajira. Aunque ambos parlamentarios han negado recibir el dinero y aunque aún no se conocen pruebas contundentes que los incriminen, el trámite legislativo se ha ralentizado y las reformas del Gobierno parecen ser las principales afectadas.

“No hay ambiente”, se escucha por estos días en los pasillos del Capitolio cuando se pregunta por el avance de los proyectos de ley del Ejecutivo. La reforma pensional, uno de los tres grandes proyectos para reformar el sistema de seguridad social, debía comenzar su tercer debate en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes este miércoles. Aunque la presidenta de esa célula es una liberal gobiernista, María Eugenia Lopera, ni siquiera la ha agendado. La congresista antioqueña aún no ha definido quiénes serán los congresistas ponentes, el primer requisito para comenzar a discutir el proyecto. La pérdida de una semana completa en el trámite de la pensional es grave para el Gobierno, pues la deja al borde del hundimiento por tiempos. Después de discutirse en la comisión, el proyecto debe llegar a la plenaria, y luego se tiene que conciliar lo aprobado en el Senado con lo aprobado en la Cámara. Todo eso antes del 20 de junio, poco más de un mes. A menos de que el Gobierno convoque a sesiones extraordinarias, que le permitirían discutir los proyectos hasta el 19 de julio.

El presidente Petro ha reconocido este jueves en un discurso desde Manizales el poco margen de tiempo que tiene la reforma más importante que sobrevive, después del hundimiento de la de la salud. “Si la reforma pensional se hunde es porque el senador Iván Name la llevó hasta el límite de tiempo en el Senado”, dijo ofuscado. “Duró un año sin meter el proyecto a la discusión de la plenaria, lo llevo al límite, y ahora está a punto de hundirse. Aún puede salvarse si la Cámara se pone pilas”. El problema, sin embargo, es que todo indica que el Gobierno ha perdido las mayorías que tuvo desde el principio del mandato en la Cámara. Esta semana que termina, la plenaria respaldó una proposición del representante del derechista Centro Democrático, José Jaime Uscátegui, que establece que por ahora no se discutirá ningún proyecto que sea iniciativa del Ejecutivo.

Iván Name en el Senado de Colombia
Iván Name en el Congreso, el 18 de marzo.SENADO DE LA REPÚBLICA

Uscátegui, un opositor permanente y radical de Petro, sustentó su proposición en dos motivos: el escándalo de la UNGRD y el discurso del presidente en el que afirma que las investigaciones del Consejo Nacional Electoral a su campaña por supuestamente haber superado los topes de dinero permitidos son un “golpe blando” en su contra. “Por eso, la Cámara de Representantes no vota ni discute proyectos de origen gubernamental”, escribió Uscátegui. En el discurso al que se refiere el representante, Petro afirma que seguirá “hasta donde el pueblo diga. Si el pueblo dice más adelante, más adelante iré, sin ningún temor, sin ningún miedo. Iremos hacia donde el pueblo colombiano ordene. El Presidente de la República solo tiene un comandante al frente y ese comandante se llama el pueblo de Colombia”. Esa misma tarde, el presidente insistió de nuevo en su idea de proceso constituyente. Sus palabras generaron el rechazo casi unánime de los congresistas que no hacen parte de la bancada del oficialista Pacto Histórico, y que son necesarios para aprobar los proyectos de ley, incluidos los de los partidos Liberal y de la U.

Otro síntoma de que el Gobierno está perdiendo los apoyos en la Cámara es que el proyecto de ley que busca prohibir las corridas de toros en Colombia no se logró aprobar esta semana en último debate en la plenaria, como estaba previsto. La iniciativa, liderada por la senadora petrista Esmeralda Hernández, prohíbe también el rejoneo, las novilladas, las becerradas, las tientas y todos los procedimientos utilizados en estos “espectáculos”. Los votos y el ambiente estaban listos antes del escándalo de corrupción en la UNGRD. Ahora, es probable es que uno más de los proyectos emblema del presidente se hunda por falta de apoyos. Durante las plenarias del martes y del miércoles, el Gobierno no logró juntar las mayorías para votar los artículos de la ley. La oposición, en cambio, liderada por el Centro Democrático y Cambio Radical, descompletó el cuórum dos veces e impidió la votación.

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El escándalo también afectó la propuesta de presentar una nueva reforma a la salud. La semana pasada, cuando el ministerio de Salud logró un acuerdo con varias de las principales Entidades Promotoras de Salud (EPS), el Gobierno anunció que presentaría el proyecto en el Senado lo antes posible. Se esperaba que fuera en los primeros días de esta semana, pero tras las denuncias de sobornos decidieron aplazar el que sería el inicio de un nuevo trámite legislativo. Pese al poco ambiente, el presidente Petro insistió en la tarde de este jueves en su deseo de presentar el proyecto, y además con bríos: “Nos toca presentar de nuevo el proyecto con mensaje de urgencia, buscando que antes de que terminen estas sesiones se apruebe en comisiones y pase a plenarias, pero nos tocó comenzar de nuevo”. Las palabras presidenciales suenan ajenas a la realidad, por lo menos a la actual. Para no hundirse, tendría que superar con éxito un debate en el Senado, la menos oficialista de las dos Cámaras, antes del final de las sesiones. Un margen que parece imposible si se tiene en cuenta que el proyecto anterior duró más de ocho meses solo en la Cámara de Representantes y naufragó en el Senado.

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Sobre la firma

Juan Miguel Hernández Bonilla
Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.
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