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La Muchacha, cantautora colombiana: “Mi arma es cantar”

Antes de iniciar una gira por Europa la artista manizaleña que tuvo una voz muy notoria en el Estallido Social se presentará este sábado en el Festival Centro

La Muchacha, Laura Isabel Ramírez
La cantautora e ilustradora colombiana Laura Isabel Ramírez, conocida como La Muchacha, durante entrevista el 1 de febrero de 2024 en Bogotá. Andrés Galeano
Daniela Díaz

La sencillez de Laura Isabel Ramírez Ocampo (Manizales, 30 años) contrasta con su mirada desafiante. Su dulzura, con sus letras crudas. La intérprete, que se convirtió en una de las caras artísticas del paro nacional de 2021 con su sencillo No azara, en pocos años consiguió hacerse un espacio en la escena musical y en la camada promesa de jóvenes cantautores. Dialogar con La Muchacha —nombre artístico inspirado en una canción del argentino Sabú— invita a la reflexión constante sobre las injusticias y los sueños.

Ramírez viene de una familia atravesada por la música. Creció con el Cumanday —como llamaban los indígenas Quimbaya al Nevado del Ruiz— a sus espaldas. Allí, en las empinadas calles de la capital de Caldas, se formó como artista plástica antes de migrar a Bogotá. Cuando no está cantando, aparece su doppelganger: La Dibujadora. Escapa del ajetreo que implica ser artista independiente con la pintura y la ilustración.

Con Pal Monte, en 2018, alcanzó el reconocimiento. En 2021, No azara se convirtió en un himno. Y, con 30 años recién cumplidos, ya completa cuatro trabajos discográficos: Polen (2018), Canciones crudas (2020), Más canciones crudas (2021) y Los ombligos (2023). No ha hecho camino sola, y lo subraya todo el tiempo. Confía en el poder de la manada y por eso optó por hacer música de la mano de otros artistas. Ha colaborado con Aterciopelados, el rapero Realidad Mental, Briela Ojeda, Gato E’ Monte, el español Pedro Pastor o Neck Talese, de Argentina.

Mientras inicia su próxima gira por Europa, La Muchacha ofrecerá un concierto en la edición 15 del Festival Centro, uno de los eventos de música independiente más importantes de Bogotá. El día antes conversa con EL PAÍS, acompañada de su pequeña perra Chicha, que la espera impaciente. Su voseo caldense le imprime calidez a sus respuestas francas y sin tapujos.

La cantautora e ilustradora colombiana Laura Isabel Ramírez, conocida como La Muchacha, febrero de 2024 en Bogotá. 
La cantautora e ilustradora colombiana Laura Isabel Ramírez, conocida como La Muchacha, febrero de 2024 en Bogotá. Andrés Galeano

Pregunta: “A mí que me disparen de frente/que sea en la puerta de mi casa./Porque yo me muero en tierra mía/y a mi de esta tierra no me sacan”. Este fragmento de No Azara se escuchó una y otra vez durante las protestas de hace dos años. ¿Qué inspiró esas letras tan duras?

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Respuesta: La canción está dedicada a la comunidad de paz de San José de Apartadó. Surgió después de haber visto Chocolate de paz, un documental de Pablo Mejía, la persona que me acompaña en la vida y es mi gran amor. El documental habla del proceso de la comunidad por no permitir ningún grupo armado en su territorio, su lucha por independizarse y cómo por eso han sido desplazados, vigilados, perseguidos. Esa canción es para ellos.

P. ¿A nivel personal qué significa para usted No azara?

R. Esa canción me revuelca. Es la única que tengo tatuada. Me hace sentir mucha responsabilidad porque me atraviesa, me inquieta mucho que haya acompañado a gente que hoy está presa o muerta, que revele una situación en la que alguien tenga que ser tan valiente para plantearse “que me maten en mi casa porque a mí no me saquen de aquí”. Siento la responsabilidad de hacerme consciente de que no estoy cantando huevonadas, que estoy diciendo algo que no solo le está calando a la gente, sino que es doloroso. Ese dolor hay que asumirlo.

P. Usted fue muy activa en el paro nacional. En perspectiva, ¿cree que ese estallido generó las transformaciones que se reclamaban?

R. Ha disminuido la atención porque tenemos otro tipo de gobierno. Pero el dolor sigue, INDEPAZ sigue contando gente asesinada, en el Cauca las masacres continúan. Siento que hay un estado de esperanza con respecto a este nuevo Gobierno, pero a la vez hay zozobra. Como una pasividad extraña de parte nuestra porque ya no somos la oposición, ya estamos dentro de lo que se supone que corresponde a nuestros ideales. A veces es importante no darse palmaditas en la espalda y decir que todo está bien, cuando sabemos que no. No podemos dejar de hablar de Palestina, pero tampoco podemos dejar de hablar de Colombia, de lo que sigue pasando acá.

P. Hablando de ese Gobierno, usted compuso una canción para el documental La Igualada que cuenta la vida de Francia Márquez.

R. Sí, ha sido tremendo. El documental está nominado en Festival de Cine de Sundance. Ha sido toda una experiencia, principalmente que permite entender a Francia Márquez más allá del personaje político. Su lucha desde muy peladita en La Toma, su valentía y su determinación. Hay una frase de la canción, “cortar cada soga con machete para embarcar las dragas y ahuyentar pistolas”, que se refiere a una anécdota que Francia contaba sobre las mujeres que la antecedieron, que se enfrentaban a las multinacionales y con machete iban al río y cortaban las dragas que chupaban el agua. Para mí fue valioso conocer la fuerza de muchas mujeres que le han hecho frente a la minería y que retrata la producción. Ha sido superlindo todo el proceso. También usaron No azara y Los ríos. Es una fortuna que mi música acompañe toda la producción.

P. Una gran parte de su trabajo habla precisamente de eso, de la fuerza de las mujeres. ¿Qué ha implica el feminismo para La Muchacha?

R. Para mí ha sido un proceso de ir encontrando en cuáles espacios de ese concepto tan amplio me encuentro, entender desde qué aristas me paro. Desde ahí hablo. Por ejemplo, para mí es muy importante que mi feminismo no sea TERF, para mí es inconcebible que no conviva con los transgenerismos. Mi feminismo también habla duro desde ahí. Abogo por lo puteril, porque abogo por los derechos de las putas. Desde ahí seguiré haciendo mis canciones, ojalá cada día más desde esos temas. Tengo muchos parceres queers, trans, no biniares, y quisiera cantarles más. Conocer más ese universo tan hermoso que tiene tanta enseñanzas por transmitir.

P. ¿Cómo fueron sus primeros acercamientos con la música?

R. Mi mamá me la puso en la sangre. Ella, mi abuelo y su papá cantan. Mis primeros recuerdos asociados a la música son escucharla cantar canciones de Mercedes Sosa compuestas por Violeta Parra, o de Víctor Jara. Fue ella la que me hizo crecer en esta vuelta porque nunca dejó de alimentarme la idea de que yo podía cantar. Me metió a los coros, a cursos de plastilina, de piano y clarinete. Siento que esa ha sido mi mayor relación con la música: la garganta de mi mamá.

P. Una constante en su música son las colaboraciones con artistas de géneros muy diversos. ¿Para La Muchacha es importante propiciar esos encuentros?

P. Sí, siento que desbarata las concepciones que tenemos de lo individualista que es la industria. Siempre se piensa que la creación es soliloquio y pues no. Siento que esas juntanzas desbaratan eso y simplemente nos ponen a negociar con las ideas y los sonidos de los otros. Así que dejas tu ego de lado. Este oficio, para mí, no tiene cabida si no es colectivo, si no se comparte, si no se exterioriza.

P. ¿Con qué artistas le gustaría juntarse próximamente? ¿Qué ‘juntes’ vienen en camino?

R. Hicimos una hace poco con La Farmakos, una rapera del sur de Bogotá. Y ahorita quisiera mucho eso, como buscar otras raperas, para hacer más cositas. Me gustaría hacer algo como con Sofía Viola, una cantora de Argentina. Con Lianna también tenemos un tema, que todavía no hemos terminado. Ella es mi amiga, mi hermana de la vida. Tampoco lo hago con un ánimo pretencioso. Si algún día sale algo con (Natalia) Lafourcade sería bacano, pero voy sin presión.

P. Ha logrado mantenerse más allá de las canciones virales, con un público que la sigue hace años y apoya su trabajo. ¿A qué atribuye ese éxito?

R. Creo que tiene que ver con mi temperamento. He aprendido a construírmelo a partir de tener mucho miedo cuando era pelada. He ganado carácter al cantar, para lograr estar en el escenario y mirar a la gente a los ojos. Eso cala, no solo en la gente, sino que una también va transformando el miedo, el temor de no sentirse segura de lo que se está haciendo. La valentía no es solo empuñar un arma, valentía es cantar. Esa es mi arma. Eso es gracias a la cucha, que alguna vez me lo aconsejó: “Para cantar debe ser valiente”.

La cantautora e ilustradora colombiana Laura Isabel Ramírez, conocida como La Muchacha, febrero de 2024 en Bogotá. 
La cantautora e ilustradora colombiana Laura Isabel Ramírez, conocida como La Muchacha, febrero de 2024 en Bogotá. Andrés Galeano

P. Creció en Manizales y hace algunos años se mudó a Bogotá. ¿Cómo ha sido ese tránsito?

R. Este es mi cuarto año de vivir en Bogotá, una ciudad muy caótica, pero que siento como mi casa. Es como una novia tóxica que me ha recibido, aunque no puedo negar que me genera nostalgia no estar en Manizales. Me dan ganas de volver, estar cerca de los cuchos y vivir un poquito más tranquila en un lugar más barato. Volver a la raíz, saber que una es de ahí y que todo lo que tiene fue a partir de lo que construyó allá. Justo eso propone mi disco, “acuérdese que el ombligo lo tiene allá“. Estoy conectada con un cordón que no se puede romper, que hay que alimentarlo, darle cariño.

P. Habla del ombligo como una analogía de las raíces, ¿por eso el título de su último trabajo?

R. Sí. Es que ese es un disco bien particular, además porque ya no estoy yo sola, sino que me acompañan Camilo Bartelsman en la batería y Miguel Velasquez Matijasevick en el bajo. Es un disco que aboga mucho por las preguntas sobre el origen, un origen que también es oscuro, triste, espeso. Ha sido una experiencia muy hermosa colectivizar las letras, la música, las composiciones, recibir los sonidos que ellos tienen para aportarme o que ellos sugieren y que le dan otro color a las canciones. Ha sido muy chimba.

P. ¿Qué viene en el 2024 para La Muchacha?

R. La idea es movernos con el Propio Junte, el nombre que decidimos colocarle a este trío y que hace parte de este nuevo sonido de La Muchacha, pero que no depende exclusivamente de ella. Es decir, el Propio Junte podemos ser nosotros tres haciendo música experimental o reggaetón si nos da la gana, pero bajo ese nombre. La idea es que ese proyecto navegue y circule.

También queremos pillar qué reacciones tiene nuestra música en los oídos de la gente que no hace parte de este territorio. Ver qué pasa en Europa. Pensamos en ir a Francia y Portugal, a donde nunca he ido. De pronto vamos a ir a Estados Unidos si la visa sale, claro, —ríe—. En Colombia vamos a ir a Medellín, y acá en Bogotá tenemos una presentación en el sur, en Kennedy. Me parece una chimba salir de Chapinero y de Teusaquillo.

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Sobre la firma

Daniela Díaz
Es fotoperiodista colombiana, colaboradora en medios como NACLA, The Humanitarian y Al Jazeera, especializada en temas de género y construcción de paz.

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