El embajador de Palestina en Colombia: “Cada vez más gente comprende la injusticia que sufre el pueblo palestino”
Rauf Al Malki lleva nueve años representando a su país en la ciudad en la que estudió Arquitectura
Rauf Al Malki (Belén, 65 años) vivió en carne propia las Intifadas de 1987 y de 2002. Recuerda que desde niño ha tenido que esconderse de bombardeos o ha visto a sus vecinos obligados a desplazarse. Él mismo migró a Colombia en los ochenta, cuando la situación en su natal Belén empezó a complicarse. Gracias al apoyo de familiares que ya habían migrado al país sudamericano, estudió Arquitectura en la Universidad Piloto de Bogotá. Volvió a su tierra, trabajó con la cooperación española y hace nueve años regresó a Colombia, ahora como cabeza de una misión diplomática.
El embajador recibe a EL PAÍS en la casa de la embajada. La primera planta tuvo que ser reacomodada para hacerle lugar a cientos de donaciones que han recibido por una solidaridad que ha ido en aumento a medida que crece la arremetida israelí contra la Franja de Gaza como respuesta al ataque de Hamás del pasado 7 de octubre. De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud palestino, la ofensiva de Israel ya ha dejado más de 9.000 gazatíes muertos, de los que más de 3.000 eran niños.
Al Malki responde la entrevista en una oficina adornada con banderas, pinturas, libros sobre Palestina y sobre la inmigración árabe a Colombia. Al fondo, tras su escritorio, dos retratos que cuentan la historia reciente de su país. De un lado Yasir Arafat, fundador de la Organización para la Liberación de Palestina y Premio Nobel de Paz por sus esfuerzos para lograr la paz. Al otro lado, Mahumd Abbas, el presidente palestino. Entre los dos reposan tres placas gigantes que muestran los avances de esta misión diplomática: “Misión Especial” dice la inferior, “Misión Diplomática” la del medio, “Embajada Palestina en Colombia”, la superior. En la mesa de centro, un libro de cuero marrón, con letras repujadas en dorado en las que se lee Palestine, The Holy Land.
Pregunta. Usted representa a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), no a Hamás. ¿Cuál es la posición de su Gobierno frente a esa milicia?
Respuesta. Todo el mundo sabe que es el adversario político de la OLP, la fuerza política de la ANP, pero hay que reconocer que Hamás representa a un sector del pueblo palestino.
P. ¿Y cuál es la postura sobre el ataque del 7 de octubre?
R. Hemos dicho desde un comienzo que estamos en contra de la violencia y deploramos la pérdida de cualquier vida de civiles, ya sean palestinos, ya sean israelíes, ya sean de cualquier parte del mundo. Por eso, como Gobierno tenemos una postura muy clara en cuanto a cómo lograr nuestra independencia: escogimos el camino de las negociaciones desde hace ya mucho tiempo, desde de los Acuerdos de Oslo de 1993. Desafortunadamente, Israel ha mostrado lo contrario. Desde 2014 dejó de sentarse en la mesa, y siguió con su política de agresión y represión.
Por nuestro lado continuamos pensando que el camino es la paz, por eso todo este tiempo hemos pedido el apoyo de la comunidad internacional. Así lo hizo nuestro presidente Mahmud Abbas en la asamblea de las Naciones Unidas, cuando pidió convocar una conferencia internacional de paz para sentarnos con los israelíes a dialogar.
P. El ataque militar israelí está en el punto más álgido, como no se veía desde la Nakba de 1948. ¿Qué solución evitaría más muertes de civiles?
R. La única manera, como lo han pedido gran parte de los países del mundo, es un cese al fuego que pare la matanza ahora mismo. Crear corredores humanitarios, levantar el bloqueo sobre la Franja de Gaza, sentarnos a negociar. Pero en otras condiciones, que se le obligue a la potencia ocupante a cumplir con las resoluciones de las Naciones Unidas o el Derecho Internacional Humanitario.
P. ¿La crisis tiene que ver con una radicalización de la sociedad israelí o en su Gobierno?
R. Claro que sí. Estamos viendo al Gobierno israelí más radical que ha habido, quizá desde su fundación. Tenemos al mismo Benjamín Netanyahu, que jamás ha creído en la paz, que nunca ha aceptado ni siquiera los Acuerdos de Oslo; ni para qué mencionar a los demás. Son radicales que dicen que hay que destruir toda la Franja de Gaza. El mismo Presidente de Israel, Isaac Herzog, que supuestamente es más liberal, asegura que los habitantes de Gaza también son culpables por haber elegido a Hamás o por no haberse rebelado contra ellos. Mucha de la población actual no eligió a Hamás, las últimas elecciones se celebraron en 2005; sería como decir que los civiles israelíes son culpables por no rebelarse contra Netanyahu.
P. ¿Siente que en occidente ha cambiado la percepción de lo que ocurre?
R. Sí, pienso que cada vez hay más gente que comprende la cuestión palestina y la injusticia que ha caído encima del pueblo palestino. Un ejemplo de ello es que, en Estados Unidos, los mismos judíos están saliendo todos los días a decir “no en nuestro nombre”, declarándose judíos antisionistas.
Los medios de comunicación tradicionales siempre han defendido la idea de que Israel es la víctima, pero las redes sociales están jugando un papel muy importante en cambiar esa percepción y mostrar la verdad de lo que está pasando.
P. Su hermano Riyad, canciller de Palestina, y usted, estudiaron en Colombia en los ochenta. ¿Por qué migraron cuando eran jóvenes?
R. Cuando mi hermano terminó el bachillerato se fue a Austria a estudiar, pero no se acopló. Unos tíos vivían acá y lo invitaron a venir a estudiar acá, le dijeron que las universidades eran buenas y la gente más cálida. Vino a estudiar a la Universidad Javeriana. Al cabo de unos años, yo terminé el bachillerato en Palestina, y vine también.
P. ¿Y cómo termina usted, un arquitecto de la Universidad Piloto de Bogotá, de embajador ante Colombia?
R. Después de graduarme volví a Palestina. Trabajé en Arabia Saudita y luego en Jerusalén con la Agencia Española de Cooperación Internacional. Hicimos proyectos de restauración de edificios antiguos. Después, me pidieron trabajar en nuestra embajada en España, por hablar castellano y tener experiencia con la cooperación internacional. Tras unos años, en 2014 volví acá a Bogotá, a encabezar la que era una misión especial.
P. Y ahora es embajada. ¿Cómo ha evolucionado el reconocimiento de Palestina por el Estado colombiano?
R. Hemos tenido presencia desde 1998, con la apertura de la misión especial. Hubo tres embajadores hasta que llegué. Logramos pronto que subiera a misión diplomática, un estatus más permanente que el de las misiones especiales que son transitorias. El reconocimiento oficial vino en los últimos días del Gobierno de Santos. Después se posesionó Duque y durante su administración no pudimos avanzar casi en nada, porque él ha sido más abierto a una política pro-israelí. Ahora, con la llegada del presidente Petro, hemos podido avanzar en estrechar las relaciones entre los dos países.
P. Justamente, hace pocos días se reunió el presidente Petro. ¿De ahí surgió la idea de abrir una embajada en Ramala?
R. No, se había venido dialogando desde hace tiempo. Nosotros hemos pedido a todos los gobiernos no solo el reconocimiento, sino también alguna representación diplomática en Palestina. Incluso por la presencia de ciudadanos colombopalestinos, pues siempre se ha manejado la parte consular a través de Tel Aviv y la parte política a través de Egipto. Eso es anormal, sobre todo porque los palestinos, así tengan pasaporte colombiano, tienen muy difícil ir a Tel Aviv porque los palestinos de Cisjordania deben tener un permiso especial para entrar a Israel.
Además, siempre hemos querido tener una presencia de Colombia en Palestina por el significado político. Veníamos dialogando con el Gobierno y el anuncio se dio en la reunión que tuve con el presidente. Ahí también hablamos de la ayuda humanitaria, y le expliqué detalladamente la situación en Palestina.
P. Firmaron unos acuerdos de cooperación hace algunas semanas, tras inaugurar una calle con el nombre de Palestina. ¿En qué consisten?
R. Es uno de consultas políticas, otro de cooperación técnica y uno más de cooperación entre las academias diplomáticas. Logramos la exención de visado para pasaportes diplomáticos palestinos. Es un primer paso para que en un futuro podamos hacerlo con los pasaportes ordinarios. Buscamos que Colombia le dé el mismo trato a los ciudadanos palestinos que el que le da a los ciudadanos israelíes.
P. ¿Qué opina de la decisión de Petro de llamar a consultas a la embajadora en Israel?
R. Es muy importante, necesario; ojalá todos los países lo hagan. Mientras las condenas sean solo verbales, Israel no va a desistir de su ataque contra Gaza. Israel nunca ha cumplido el derecho internacional, nunca ha acatado ninguna de las resoluciones de las Naciones Unidas, porque nunca le han caído sanciones. Esperemos que haya sanciones que le obliguen a reaccionar, a darse cuenta de que esto no puede seguir. Hay que tomar acciones como hizo Colombia, hizo Chile, hizo Bolivia, y acaban de hacer Jordania y Barein. Esperamos que eso pueda llevar a algún giro en la política criminal de Israel contra Palestina.
P. ¿Cree que la comunidad palestina en Colombia ha incidido en eso?
La verdad, quisiera verla más activa. Tenemos alrededor de 100.000 colombianos de origen palestino, y muchos de ellos ocupan lugares importantes en la vida social, política, académica o cultural del país. Quisiera verlos expresar más su descontento con lo que está pasando.
P. ¿Y la comunidad judía?
R. Quisiera ver que se desvincule de las políticas del Estado de Israel, como está pasando en Estados Unidos o en otros lados. O sea, que no estén de acuerdo con todo lo que haga Israel, simplemente porque es Israel y porque creen que Israel es el lugar de los judíos. Ya hay muchos judíos que no están de acuerdo con sus políticas. Así como se le pide a los palestinos condenar a Hamás, se debe pedir a los judíos condenar lo que hace Israel encontra del DIH. Cuando se cometen crímenes de guerra hay que denunciarlo.
P. ¿Y a los colombianos en general? ¿Qué les dice?
R. Nuestro mensaje al pueblo colombiano es: queremos vivir en paz, queremos vivir como el resto de los pueblos del mundo. No estamos pidiendo nada más. Solo nuestro derecho a ser gente normal y vivir con dignidad. Lo más importante es que la gente entienda la causa de nuestro pueblo y así presionen a sus gobiernos a votar a favor de la paz en Palestina.
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