La U y los conservadores solo apoyarán la reforma a la salud si incluye 133 enmiendas

El bloque ‘rebelde’ que componen el Partido de la U y el Conservador presentará 133 proposiciones a manera de enmiendas a la reforma a la salud del Gobierno de Gustavo Petro. Los dos partidos, clave para asegurar las mayorías parlamentarias y teóricamente aliados del Ejecutivo, solo acompañarán el proyecto si sus proposiciones son aceptadas en el debate legislativo, explicó este martes Efraín Cepeda, presidente de los conservadores, después de que ambas fuerzas políticas sostuvieron reuniones independientes con sus respectivas bancadas.

“Las proposiciones garantizan un sistema de salud mixto, con libre elección, con las bondades del aseguramiento en salud y las actuales protecciones de gestión financiera”, señaló Cepeda al final del encuentro. “Si no se incluyen las líneas azules [en alusión al color tradicional de los conservadores], acordadas con La U, el partido no podrá acompañarla”, afirmó.

“La idea es respetar los acuerdos que hicimos con el presidente y que no fueron incluidos en el articulado”, subrayó por su parte Dilian Francisca Toro, la presidente de La U. Los dos partidos también han insinuado que aplicarán la ley de bancadas, de manera que el sentido de sus votos, sean negativo o afirmativo, no podrá dividirse. Esa decisión cerraría la puerta a que el Gobierno busque obtener voto a voto las mayorías. Los debates del controversial proyecto comenzarán este jueves, según ha confirmado el representante Agmeth Escaf, quien preside la Comisión Séptima, donde arranca su trámite.

El Partido de la U, el Conservador y el Liberal, cuyo apoyo garantizaría repetir las sólidas mayorías que disfrutó el Gobierno el semestre pasado, entablaron una dilatada negociación entorno a la reforma a la salud, la más resistida entre las tres grandes reformas sociales, junto a la de trabajo y la de pensiones, que se propone el Gobierno. Voceros de las tres colectividades han coincidido en que lo que han conversado con el presidente Petro no se ha visto reflejado en el articulado, un escollo nada menor. El Partido Liberal, que también sostuvo este martes su propia reunión, fue el primero en desistir de un esfuerzo de concertación en busca de un acuerdo que nunca acabó de cerrarse. Los liberales han dejado la decisión final en manos del expresidente César Gaviria, director del partido.

Antes del receso legislativo de Semana Santa, el ministro del Interior y vocero del Ejecutivo, Alfonso Prada, aseguró, sin ahondar en detalles, que el manejo del sistema de salud será público-privado y que mantendrá a las Entidades Promotoras de Salud (EPS) con el nuevo nombre de Gestoras de Salud y Vida. Incluso señaló que la coalición de Gobierno –incluyendo a liberales, conservadores y La U– estaba de acuerdo en un 99% de los puntos del proyecto. Sin embargo, el supuesto 1% que aún genera disputas está lejos de resolverse.

De la libertad de elección se desprende en gran medida la controversia legal acerca de si la reforma debería haber sido presentada como una ley estatutaria, que requiere más debates y mayorías más sólidas, o una ordinaria, como lo hizo el Gobierno. Esa discusión puede ser decisiva al momento de revisar su constitucionalidad. El supuesto acuerdo de conservadores, liberales y La U con el Gobierno hace varias semanas giraba, a muy grandes rasgos, alrededor de que las EPS conserven parte de sus funciones para que haya competencia y los usuarios puedan escoger.

El proyecto del Gobierno “elimina la libre elección del asegurador” al crear “un monopolio estatal”, aseguró este mismo martes Acemi, uno de los principales gremios de las EPS, en un comunicado. De acuerdo con su análisis, el proyecto tal y como está acaba en un plazo de dos años con el aseguramiento y con las EPS. “La figura de Gestoras de Salud y Vida no soluciona el problema estructural”, advierte el gremio.

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