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Belleza puramente humana

En 1969, cuando los ajedrecistas de silicio eran poco más que un sueño, el argentino Víctor Héctor Ortiz creó esta inolvidable obra de arte en una partida por correspondencia

Leontxo García

Para disfrutar de la partida de este vídeo en todo su esplendor, se debe recordar en todo momento que se jugó en 1969. No existía nada próximo, ni remoto, a los módulos informáticos que hoy nos señalan al instante que el campeón del mundo ha cometido un error. Su enorme belleza fue generada por Víctor Héctor Ortiz, un jugador obviamente muy brillante que dejó el ajedrez de modo abrupto cuando estaba clasificado para el Campeonato del Mundo por correspondencia. Una obra de arte como esta, producida en el ajedrez postal, requiere análisis muy profundos salpimentados por una tremenda creatividad e inusual amor al riesgo.

Hay una idea que recorre la partida y que sigue siendo válida más de medio siglo después, aunque con importantes matices. Ya en 1969 se sabía -quizá sea mejor decir se intuía- que el Gambito Letón era una elección de apertura de muy alto riesgo y científicamente errónea, pero muy peligrosa en manos de jugadores muy creativos y osados. Hoy se puede seguir utilizando con esos mismos criterios… pero sólo de vez en cuando porque los análisis de los ajedrecistas de silicio nos distinguen ahora con toda precisión lo que es bello de lo que es bueno.

Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).
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