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Praggnanandhaa amarga a Carlsen, casi descartado del primer premio

El prodigio indio, de 17 años, empata frente al campeón con un juego magnífico en una lucha durísima de seis horas

Carlsen saluda a Praggnanandhaa al llegar  a la mesa para disputar la duodécima ronda, este sábado
Carlsen saluda a Praggnanandhaa al llegar a la mesa para disputar la duodécima ronda, este sábadoLennart Ootes/Tata
Leontxo García

Las prestigiosas voces que ven a Rameshbabu Praggnanandhaa, de 17 años, como el más prometedor de los portentos indios tienen desde hoy un argumento sólido tras su impresionante exhibición de recursos para empatar con el campeón del mundo, el noruego Magnus Carlsen. El primer premio será para otro prodigio asiático, el uzbeko Nodirbek Abdusattórov, si vence en la última ronda con blancas al neerlandés Jorden Van Foreest.

Un marciano que aterrizase de pronto este sábado en Wijk aan Zee habría quedado atónito ante las extrañas costumbres de algunos terrícolas. Como cada segunda quincena de enero (excepto durante la pandemia) un pueblo del Mar del Norte neerlandés queda inundado por ajedrecistas y tableros blanquinegros, bien visibles en muchos bares y restaurantes.

Y sobre todo en De Moriaan, el polideportivo municipal con su aforo repleto y rigurosamente controlado por los empleados de la organización para prevenir avalanchas o accidentes. A los 350 jugadores (sumados los dos torneos profesionales y varios de aficionados) que competían en sus mesas simultáneamente, se sumaban los espectadores, unos 200 porque no cabían más, con largas colas para acceder a un gran podio elevado, donde cabe un centenar, que permite observar de cerca a las grandes estrellas del deporte mental.

En el muy cercano Café de Zon, con un juego de ajedrez en cada mesa, todas estaban llenas, además de una multitud arracimada en la barra y otro centenar de aficionados en una sala anexa donde grandes maestros analizaban las partidas en gigantescos tableros murales. Aún había otro rincón de gran interés: el puesto de venta de libros técnicos; la literatura de ajedrez es abundantísima en muchos idiomas. Y para completar esta descripción sin omisiones esenciales, deben sumarse los millones de aficionados (solo la plataforma Chess.com tiene cerca de 110 millones de usuarios) que siguen las partidas en directo o en diferido por internet, comentadas por otros grandes maestros, ya sea desde Wijk aan o remotamente.

A los ajedrecistas de élite en general les ha costado siempre -sobre todo, durante la época de hegemonía de los soviéticos- entender que tienen una obligación moral y comercial con ese ejército de amantes del ajedrez esparcido por el mundo entero (la Federación Internacional, FIDE, aglutina a 199 países). Aunque Carlsen es uno de los mejores campeones del mundo en ese sentido, está lejos de ser ideal: llega el último cada día al escenario, cuando ya ha sonado el gong que da comienzo a cada ronda. Lo hace a propósito, para que los fotógrafos le molesten lo mínimo indispensable durante sus siete minutos disponibles para trabajar (luego solo pueden quedarse los oficiales de la organización).

A ese retraso deliberado hay que añadir un par de minutos que cada jugador debe invertir en que su cuerpo y chaqueta sean escaneados por los árbitros para prevenir trampas con ayuda de dispositivos electrónicos. Tras ese control, Carlsen entra a toda velocidad en la sala, busca su silla, estrecha la mano de su rival, rellena la planilla con los nombres de ambos, hace su primera jugada y se vuelve a marchar, a por agua o algún refresco, para el agudo fastidio de los reporteros gráficos. Eso sí, nunca se olvida de su chaqueta con el nombre bordado de Chess.com (que acaba de absorber Chess24, cuyo accionista mayoritario es Carlsen) y sus principales patrocinadores: Unibet, Simonsen Vogt Wigg, Meltwater y Puma.

Vista parcial del escenario frente al público, este sábado en Wijk aan Zee
Vista parcial del escenario frente al público, este sábado en Wijk aan ZeeLennart Ootes/Tata

El campeón salió con una pequeña ventaja tras la apertura frente a Praggnanandhaa, patrocinado por Indian Oil principalmente. Pero, en lugar de una defensa pasiva con igualdad de material, el juvenil indio prefirió entregar un peón por actividad. Y, lo más asombroso, encontró un increíble recurso táctico para salvar su posición cuando Carlsen se lanzó a un ataque en tromba que parecía ganador. El noruego lo siguió intentando hasta que casi se cumplieron las seis horas de pelea, pero fue en vano.

Enfrentarse con negras a So cuando el estadounidense también puede ganar el torneo es sin duda una prueba de fuego para una joven estrella como Abdusattórov en un momento dulce. Es opinión muy extendida, compartida por Carlsen, que el estadounidense tiene talento suficiente para ser un retador temible del campeón, pero carece de la ambición imprescindible. Él mismo lo ha dicho alguna vez: “Veo las presiones y sufrimientos que soporta Magnus, y se me quitan las ganas de ser campeón del mundo”.

El noruego confirmó esa creencia el viernes con su actitud ante So, cuyo undécimo lance con negras (b6) no había obtenido buenos resultados, de acuerdo con las bases de datos. Los 17 minutos (muchos en él) que Carlsen invirtió para elegir la continuación de menor riesgo y más probabilidades de tablas pueden tener dos interpretaciones, o ambas a la vez: 1) Entendió que si So le planteaba una variante con malos resultados es que la había mejorado con nuevas ideas tras analizarla muy a fondo; 2) El escandinavo siempre se ha encontrado incómodo en las posiciones con un peón aislado central, y optó por librarse de él de inmediato. En todo caso, esa manera de pensar es muy infrecuente en Carlsen y denota un gran respeto por la fuerza de So.

De modo que Abdusattórov, con medio punto más que Giri y uno más que Carlsen y So, se enfrentaba a este con un planteamiento estratégico conservador: si él hacía tablas y Giri o Carlsen o ambos se imponían a Van Foreest y Praggnanandhaa, respectivamente, podría arriesgar en la última ronda con blancas frente a Van Foreest (en caso de empate a puntos en el primer puesto, habrá desempate relámpago). Una pregunta importante era cómo So iba a plantear la lucha, necesitado de una victoria para poder aspirar al primer premio en la última ronda.

La respuesta llegó enseguida, y fue muy decepcionante: So busco un tempranero cambio de damas para jugar a ganar sin correr el más mínimo riesgo. Hacer eso contra alguien tan sólido como Abdusattórov a pesar de su edad da una probabilidad de victoria casi tan pequeña como la de que el uzbeko pierda por tiempo porque se ha quedado dormido durante la partida. De modo que So no ganó, y sus probabilidades de ganar el torneo -ya lo hizo en 2017- se esfumaron de una manera muy decepcionante, que su inmenso talento no merece.

El empate de Giri, que estuvo perdido, frente a su compatriota Van Foreest le deja con probabilidades de llevarse el primer premio, y tanto Carlsen como so también las tienen, en teoría. Pero Abdusattórov depende de él mismo para grabar su nombre en la historia como ganador del Roland Garros del ajedrez a los 18 años.

Duodécima ronda: So – Abdusattórov, tablas; Van Foreest – Giri, tablas; Rapport – Ding, 1-0; Caruana – Keymer, tablas; Gukesh – Aronián, tablas; Maghsoodloo – Erigaisi, 1-0; Carlsen – Praggnanandhaa, tablas.

Clasificación: 1º Abdusattórov 8; 2º Giri 7,5; 3º-4º Carlsen y So 7; 5º-7º Caruana, Aronián y Rapport 6,5; 8º Maghsoodloo 6; 9º Praggnanandhaa 5,5; 10º-12º Ding 5, Gukesh y Van Forest 5; 13º Keymer 4,5; 14º Erigaisi 4.

Ultima ronda (domingo, 12.00): Praggnanandhaa – So; Erigaisi – Carlsen; Aronián – Maghsoodloo; Keymer – Gukesh; Ding – Caruana; Giri – Rapport; Abdusattórov – Van Foreest.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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