Carlsen gana su 5º oro en la modalidad rápida y el 16º en total
El asombro de niños prodigio cada vez más jóvenes y los líos por el código de vestimenta marcan un torneo trepidante
Convencido de que el ritmo de las partidas de ajedrez debe acelerarse, Magnus Carlsen sigue acumulando títulos en las modalidades rápidas tras renunciar al clásico. El noruego ha ganado en solitario, y por 5ª vez, el Mundial de Rápidas en Samarcanda (Uzbekistán), donde también se disputará el Relámpago, este viernes y sábado. Es su 16º título mundial, a los 33 años. El torneo, con 319 jugadores (incluido el femenino) de 46 países, ha sido salpimentado por niños cada vez más prodigiosos y fuertes polémicas por el estricto código de vestimenta.
“Esto significa mucho para mí. He tenido que sufrir para ganar estas medallas en partidas rápidas. Pero es muy divertido”, dijo Carlsen a la televisión noruega NRK poco después de asegurarse la medalla de oro con un empate sin lucha en la última ronda frente al indio Rameshbabu Praggnanandhaa, de 18 años. El escandinavo, invicto con siete victorias y seis tablas, también es el claro favorito para el Mundial Relámpago, previsto a 21 rondas, aunque esta modalidad es más propicia a las sorpresas. Sin embargo, Carlsen ha bajado cinco puntos en la lista mundial Elo de rápidas a pesar de su triunfo y sigue en el 2º puesto (es el 1º en relámpago) tras el chino Liren Ding.
Durante los tres días del torneo hubo algunas quejas -sobre todo, del ruso Ian Niepómniashi, doble subcampeón del mundo- porque Carlsen era el único en disponer de una habitación privada para descansar entre partidas. En realidad, la Federación Internacional (FIDE) le otorga ese privilegio desde 2016 y lo justifica porque el asedio de admiradores y periodistas (concede entrevistas cortas a la NRK entre partida y partida) que sufre el noruego es mucho mayor que el de cualquier otro participante.
El segundo resultado más significativo es que el neerlandés Anish Giri (25º) no ha quedado entre los tres primeros, como necesitaba para lograr la plaza reservada en el Torneo de Candidatos (previsto para abril en Toronto) al mejor clasificado en el Circuito FIDE (tabla combinada de todos los torneos valederos de 2023) que no haya logrado plaza por otras vías. Aunque los cálculos necesarios para poder asegurarlo son muy complejos, y la normativa de la FIDE tampoco es fácil de interpretar, los expertos en la materia consideran que esa plaza es ahora mismo (el proceso se cierra el 31 de diciembre) para el indio Dommaraju Gukesh, de 17 años. La otra plaza pendiente, para el mejor Elo, puede ser para el estadounidense Wesley So o el francés Alireza Firouzja, pero su adjudicación es aún más complicada, y la decisión final podría depender del Tribunal Deportivo de Lausana (Suiza).
Con la excepción de David Antón (35º tras perder en la última ronda, cuando aspiraba a empatar en el tercer puesto, con el excampeón Alexánder Grischuk), ninguno de los otros cinco españoles participantes ha nacido en España: Maxim Chigáev (Rusia, 67º); Alan Pichot (Argentina, 76º); Eduardo Iturrizaga (Venezuela, 155º); Ana Matnadze (Georgia, 51ª); y Sara Khadem (Irán, retirada por un fuerte catarro). El oro del torneo femenino ha sido para la rusa Anastasia Bodnaruk, quien juega con la bandera de la FIDE, al igual que otras cuatro compatriotas entre las diez primeras: Valentina Gúnina (6ª), Kateryna Lagno (7ª), Alexandra Goriáchkina (8ª) y Leya Garifúllina (9ª).
La precocidad de los jóvenes talentos es cada vez más asombrosa. Los más destacados esta vez son el ruso Roman Shógdzhiev, de 8 años, 147º con 5,5 puntos, y el argentino (residente en España) Faustino Oro, 186º con 4; ambos han ganado a grandes maestros.
En lugar de convencer a los jugadores para que contribuyan a dar una buena imagen del ajedrez y establecer normas flexibles, reservando las sanciones sólo para violaciones flagrantes, la FIDE ha optado por imponer una reglamentación de rigor militar en cuanto a la vestimenta. Por ejemplo, se prohíben todo tipo de playeras o similares, aunque sean elegantes y estén muy limpias, como las que calzaba la neerlandesa Anna-Maja Kazarián, multada con cien euros.
La clasificación final del torneo abierto está aquí.
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