Firouzja no remata a Carlsen
El iraní, de 18 años, empata la partida y la ‘muerte súbita’ tras errar en posición ganadora
Alireza Firouzja hace sufrir mucho a Magnus Carlsen, pero tiende a fallar en los momentos de máxima tensión. El iraní, de 18 años, hizo tablas hoy con el campeón del mundo después de tres horas en la vistosa partida lenta de la 1ª ronda del torneo Norway Chess en Stavanger (Noruega). Y, 20 minutos después, desperdició una posición totalmente ganadora en la muerte súbita; el nuevo empate dio 1,5 puntos al noruego, que jugaba con negras, y uno al persa, residente en Francia. El húngaro Richard Rapport venció al noruego Aryan Tari. La partida entre los rusos Ian Niepómniachi y Serguéi Kariakin se aplazó hasta el sábado.
El error decisivo de Firouzja se produjo en plena vorágine, cuando ambos disponían de segundos y movían a toda velocidad. En principio, eso le puede ocurrir a cualquiera. Pero tales situaciones son precisamente el punto más fuerte del iraní, dotado de unos reflejos asombrosos, que además desarrolla disputando incontables partidas diarias de un minuto por bando (ajedrez-bala) en internet. Entre sus víctimas en las tres modalidades de ritmo acelerado (rápidas, relámpago y bala) está el propio Carlsen en muchas ocasiones. Aunque el balance total, incluidas las partidas lentas (tres victorias de Carlsen y dos empates, con el de hoy) favorece al escandinavo por 64 a 27, y 20 tablas.
Para comprender bien el asunto es fundamental recordar lo que ocurrió hace un año en el mismo torneo, que se disputa por sistema de liga a doble vuelta. En la primera ocurrió algo similar a lo de hoy, aunque menos grave: tras un empate sin problemas en cuatro horas, Firouzja se bloqueó en la muerte súbita con las piezas negras cuando disponía de más tiempo en una posición ganadora, y terminó perdiendo por tiempo tras un recital de gestos de gran nerviosismo. En la segunda, cuando era el único que podía arrebatar el primer puesto del torneo a Carlsen, el iraní perdió la partida lenta en una posición de tablas fáciles; ese día también dio un recital de muecas nerviosas.
Carlsen figura entre quienes más han elogiado el descomunal talento del asiático. Pero también es cierto que este no da muestras de trabajar seriamente en sus puntos débiles: repertorio de aperturas, técnica de finales, mala gestión del tiempo y deficiente preparación psicológica. Todo indica que carece de un plan de entrenamiento sistemático y de un entrenador de primera fila mundial, porque si los tuviera se notaría en la evolución de su juego, y eso no está sucediendo.
Hoy también ocurrió algo, en la partida lenta, que alimenta esa hipótesis. Firouzja, con blancas, introdujo una nueva idea muy interesante y aguda (aplaudida por las máquinas) en su séptimo lance. Carlsen respondió con un movimiento muy natural, y Firouzja empezó a cargarse de tiempo (tras el duodécimo ya había consumido una hora) cuando se suponía que iba a jugar de memoria porque estaba aplicando una preparación casera. Alguien que -con fundados motivos- aspira a ser campeón del mundo no debe ser tan inconsistente. Sin embargo, su juego posterior fue muy bueno en la partida lenta y magnífico en la rápida… hasta que llegó el momento clave del miedo escénico, cuando volvió a chafar una tarde que podría haber sido gloriosa.
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