EE UU pide a Londres la extradición de un 'hacker' que se introdujo en el Pentágono
Gary McKinnon, un gestor de sistemas en paro, se enfrenta a 10 años de prisión y a una multa de 1.750 millones de euros
Las autoridades de EE UU han acusado hoy a un británico de introducirse en 92 sistemas informáticos militares y de la NASA y de dejar sin ordenadores a una base naval en Nueva Jersey justo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Los tribunales ya han pedido su extradición a Gran Bretaña.
El acusado, Gary McKinnon, de 36 años, es un gestor de sistemas informáticos en paro que vive barrio de Hornsey, en Londres. Paul McNulty, fiscal federal de Virginia, ha señalado que las pruebas indican que el británico actuó solo y no tiene conexiones con grupos terroristas.
Las autoridades estadounidenses le acusan de penetrar dos redes informáticas del Pentágono, de dejar fuera de servicio la red del distrito militar de Washington y de entrar en los sistemas informáticos de seis compañías privadas. Además, McKinnon presuntamente accedió a una red de 300 ordenadores en la base de armamento naval de Earle, en Colt Necks (Nueva Jersey) y robó 950 contraseñas.
Una intrusión grave
Como consecuencia, el sistema informático de ese centro militar, que aprovisiona de armamento y material a la flota del Atlántico, tuvo que ser apagado durante una semana. "Esta fue una intrusión grave en un sistema informático militar en un momento en que nosotros como nación necesitábamos todas nuestras defensas por la posibilidad de otro ataque", ha indicado el fiscal Christopher Christie.
En total, McKinnon presuntamente causó daños valorados en 900.000 dólares (una cantidad euivalente en euros) al dañar ordenadores en 14 Estados. El Gobierno estadounidense ha pedido ya su extradición para que sea juzgado en Virginia y Nueva Jersey, donde se enfrenta a una condena máxima 10 años de prisión y a una indemnización de cerca de 1.750 millones de euros.
Se trata de la primera vez que Estados Unidos pide la extradición de un pirata informático que ha atacado redes estadounidenses desde el extranjero. Sin embargo, el Gobierno de EE UU había tomado ya otras medidas, como endurecer sus leyes contra los crímenes informáticos desde el 11 de septiembre de 2001 y promover la cooperación internacional en este asunto.
