Correa afirma que su red medió en contratos de Fomento y Medio Ambiente
El cerebro del caso Gürtel desvincula al exministro Francisco Álvarez-Cascos de sus negocios
Francisco Correa, el supuesto cerebro de la red Gürtel de corrupción, apuntó este viernes que “diversos ministerios” del Gobierno del PP presidido por José María Aznar, entre los que destacó los de Fomento y Medio Ambiente, los de mayor presupuesto, participaron en la red de amaño de contratos públicos que dirigía. En su segunda jornada de interrogatorios ante la fiscal Concepción Sabadell, Correa ha afirmado que las constructoras OHL, ACS y Dragados recurrieron a sus servicios para obtener adjudicaciones de obras públicas. ACS, compañía dirigida por Florentino Pérez, y OHL anunciaron que se querellarán contra Correa.
El jefe confeso de la trama corrupta siguió este viernes desgranando ante el tribunal los detalles de su organización. Después de que el jueves explicara que los empresarios le pagaban una mordida de entre el 2% y el 3% por cada contrato público que les conseguía gracias a los contactos políticos del extesorero Luis Bárcenas, este viernes Correa ha ofrecido nuevos detalles de su relación con los políticos del PP durante los años del aznarismo.
El primer bloque de preguntas de la fiscal ha tenido que ver con la sociedad Spinaker, supuestamente concebida por la trama para repartirse beneficios de las campañas electorales del PP. Correa ha reconocido ante el tribunal todas las siglas que componían esta sociedad y que figuran en los papeles del sumario: Luis Bárcenas (L. B.), Jesús Sepúlveda (J. S.), Jesús Merino (J. M.), Gerardo Galeote (G.G.) y él mismo (P. C.).
El origen urbanístico del 'caso Gürtel'
Francisco Correa ofreció ayer una teoría alternativa sobre la "génesis" del caso Gürtel. El líder de la trama situó su origen en la venta de dos parcelas urbanizables de Majadahonda. El alcalde Guillermo Ortega las sacó a concurso público y un empresario amigo de Correa pujó por ellas por 90 millones de pesetas. "Yo hubiera obtenido un beneficio económico por cada una de las viviendas, era un negocio, una comisión", afirmó. Sin embargo, relató, la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, ordenó a Ortega parar la adjudicación y sacar un nuevo concurso, que fue a parar a Sacyr por 126 millones.
Sin embargo, cuando llegó a las iniciales P. A. C., que la fiscalía sospecha que se trata de Francisco Álvarez-Cascos, ex secretario general del PP y exministro de Fomento, Correa ha ofrecido dos teorías alternativas. La primera es que podía tratarse de sí mismo —Paco Correa—. La segunda es que tal vez se trate de su número dos, el ex secretario general del PP gallego Pablo Crespo. Lo único que tenía claro es que “no es Paco Cascos”, ha afirmado.
Correa, en la medida que se lo permitía su memoria, que tendía a flaquear a la hora de bajar a los detalles, reconoció que pagó, con cargo a su propia caja b, viajes personales por 157.695 euros entre 2000 y 2004 al entonces gerente del PP Luis Bárcenas.
El líder de la red fue algo más prolijo a la hora de relatar las dádivas a Jesús Sepúlveda, encargado electoral del PP y exesposo de la antigua ministra de Sanidad Ana Mato. Correa corrigió su versión del jueves y admitió que regaló no dos sino tres coches —dos Range Rover y un Jaguar— al que luego sería alcalde de Pozuelo de Alarcón, el municipio más rico de Madrid. También reconoció que pagó viajes y celebraciones familiares a la familia Sepúlveda-Mato. Correa explicó estos agasajos como una forma de agradecer los “grandes beneficios” que sus empresas obtenían del PP a través de Sepúlveda. La fiscalía considera que Ana Mato se benefició de estos regalos sin saber que tenían un origen supuestamente ilegal y le reclama 28.468 euros.
Sin embargo, Correa desvinculó a Sepúlveda de una serie de entregas mensuales de sobres de 3.000 y 6.000 euros reflejadas en su contabilidad entre 2002 y 2004 con las iniciales J. S. El máximo responsable de la trama negó que esas letras correspondieran al exesposo de Ana Mato y las atribuyó a un tal José Sevilla, asesor fiscal de su socio Álvaro Pérez, El Bigotes, al que supuestamente Correa pagaba el salario de aquel, embargado por la Seguridad Social.
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