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Rajoy se ve refrendado tras la clara victoria del PP en votos y escaños

Los populares consiguen el 33% de apoyos, con casi 600.000 votos más que suponen una subida de 123 a 137 diputados

El líder del PP, Mariano Rajoy, este domingo.Foto: reuters_live | Vídeo: CLAUDIO ÁLVAREZ / QUALITY

El PP consideraba que llegar al 30% de los votos y revalidar los 123 escaños del 20-D se debía de catalogar como todo un éxito, tras los ataques que había recibido su candidato, Mariano Rajoy, por no haber hecho nada ni variar su estrategia durante estos seis meses. El porcentaje de papeletas ha llegado al final al 33% y esos casi 600.000 votos más representaron una subida de 123 a 137 diputados. Rajoy ha salido personal y políticamente muy refrendado. Volverá a intentar formar Gobierno en una gran coalición con el PSOE: "Reclamamos el derecho a gobernar y ser útiles a los españoles".

En la noche electoral del pasado 20-D algunos de los nuevos y jóvenes vicesecretarios nacionales del PP que habían sido nombrados unos meses antes tras el batacazo de las municipales se mostraron por la sede del partido desorientados. No entendían el sentido de la caída de casi 50 diputados con respecto al récord alcanzado en 2011. Tardaron en reaccionar. Algunos se cuestionaron incluso el tipo de relación que no habían conseguido fraguar con Ciudadanos ni el malestar especial con su líder, Albert Rivera.

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En las reuniones internas Rajoy les intentó tranquilizar. El presidente del PP, que lleva en política desde los 22 años, es decir, casi cuatro décadas, les ofreció como bálsamo una receta que algunos tardaron en apreciar. Pidió calma y tranquilidad, les avanzó la oferta de la gran coalición que expuso al día siguiente al PSOE y les aseguró que solo había que sentarse a esperar y ver cómo los otros partidos iban a intentar en los siguientes meses todo tipo de movimientos para no lograr ningún rédito ni acuerdo. A Rajoy se le ha visto especialmente tranquilo, satisfecho y contento durante esta campaña del 26-J. Creía que tenía razón y que las urnas iban a refrendar sus teorías. Apostó todas sus cartas a polarizar su duelo con Podemos y Pablo Iglesias para meter miedo con la radicalidad y el extremismo. El resultado del Brexit en el Reino Unido llegó para poner la guinda a las apelaciones a favor de la moderación de un político experimentado.

Ya nadie duda en el PP de que su visión fue la acertada porque el 26-J recuperó mucho del voto prestado el 20-D a Ciudadanos.

El PP ganó este domingo 26 de junio claramente las elecciones. Y lo hizo por encima de sus mejores perspectivas: con 7,8 millones de votos, un 33% y 137 diputados. Más de 400.000 votos, cuatro puntos y 14 escaños que hace seis meses. El PSOE quedó segundo a 10 puntos, casi dos millones y medio de papeletas y 52 actas de diferencia. Los populares pretendían quedar primeros, sacar una gran diferencia en votos y escaños a la segunda formación y luego perseguían que se produjera el sorpasso entre Unidos Podemos y el PSOE para que ese partido, más debilitado, permitiese al final la continuidad de Rajoy en La Moncloa. Esa última jugada no salió tan bien.

Rajoy no se amilanó por ese contratiempo. Rodeado de su esposa, Viri, y sus hermanos, acudió al PP a seguir la jornada y se mostró exultante a su manera: con prudencia pero emocionado. Su primer plan pasa por lanzar ya la idea de formar un Ejecutivo con el PSOE, aunque esta noche del 26-J no lo hizo expresamente. Este lunes, a las 13.00 horas, está convocado su comité ejecutivo nacional y será ahí donde lo concrete. Si eso no es posible, buscará negociar con los socialistas su abstención para un Gobierno en minoría.

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Tras hacerse de rogar, Rajoy apareció por fin a las 00.10 horas de la madrugada de este lunes en el despacho de la primera planta de Génova 13 que da acceso al balcón montado al efecto para saludar a los simpatizantes concentrados en la calle. La presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, que mejoró los resultados del 20-D, le recibió entusiasmada. Rajoy accedió a la plataforma, botó en cuanto se lo pidió la gente e intentó estructurar lo que definió como "el discurso más difícil de mi vida y algunos he echado". Así fue. Nervioso, con el freno sobre sus sentimientos, escuchó los vítores de los militantes en la calle: "¡Presidente, presidente, presidente, yo soy español, español, español" o el eslogan madridista "¿Cómo no te voy a querer?" y también el reivindicativo: "!Sí se puede, sí se puede¡".

Las ideas, los recuerdos de los malos momentos vividos en la anterior y complicada legislatura y los sinsabores de estos meses de negociaciones tras el 20-D en los que se ha sentido marginado y apartado de la primera fila, afloraron al mismo tiempo que una cierta sensación interna de "yo tenía razón". Repartió agradecimientos, mostró su orgullo por el aguante y el coraje del partido y se atrevió incluso a personalizar sus sentimientos con un beso un poco a lo Carbonero a su esposa, Viri, que le volvió a acompañar durante una jornada muy especial.

Rajoy consideró que no era el momento ni el lugar para formalizar un ofrecimiento serio y de calado a los partidos con los que entablará negociaciones de inmediato. Solo anticipó que el PP, su partido, "se merece un respeto" y que es y seguirá siendo "un instrumento muy importante" y "útil" para España y los españoles.

Cuando llevaba ya un buen rato hablando, entrecortado, alguien de su equipo le advirtió de que todavía no había ensalzado nada sobre el triunfo del PP. A Rajoy casi le molestó ese recordatorio: "Me dicen aquí que recuerde que hemos ganado las elecciones y es verdad, las hemos ganado y reclamamos el derecho a gobernar y a ser útiles a los españoles". El dirigente del PP apuntó ahí que hablará "con todo el mundo" y precisó que lo hará con el único objetivo de "defender España y al 100% de los españoles".

Rajoy quiso reservarse un espacio también para un mensaje más presidencialista y triunfal. Fue cuando comentó que España, tras vivir unos años difíciles, está ahora mejor y ya asoma la cabeza en la buena dirección como uno de los mejores países de Europa y del mundo. "En España han ganado los demócratas y la libertad y los derechos de la gente, eso es lo que ha ganado", concluyó el candidato del PP antes de prometer que su equipo, ahora, "va a estar a la altura de las circunstancias para que a España le vaya mejor".

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