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PULSO ELECTORAL
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Madrid: la coalición consolida el ‘sorpasso’

El 26-J se repetirían prácticamente los mismos resultados que el pasado 20 de diciembre

Los resultados de las elecciones del 20-D en Madrid y los datos que refleja el sondeo de Metroscopia se parecen casi como dos gotas de agua. La palabra que mejor define el estado actual del mapa político de Madrid es estabilidad. Para comprender su alcance conviene distinguir cuatro planos:

Estabilidad en la distribución de los votos. Madrid presenta hoy marcas políticas estables, casi fijas desde el 20-D. El PP obtendría un porcentaje de votos muy similar (el 35%, algo más de un tercio de los votantes) al que logró en diciembre del 2015. Unidos Podemos concentraría en este momento algo más de una cuarta parte de los votos (26,1%), similar al 26,2% que hubiera significado la suma en diciembre del 20,9% de Podemos y el 5,3% de Unidad Popular. Los 10 escaños (ocho de Podemos y dos de Unidad Popular) logrados el 20-D se mantendrían en junio sin alteración.

Ambos electorados, el del PP y el de Unidos Podemos, están, además, hipermovilizados: el 77% de los potenciales votantes de ambas formaciones afirman su voluntad de acudir a votar con total seguridad, 12 puntos porcentuales más que los del PSOE (65%) y 26 por encima de los de Ciudadanos (59%).

Los resultados se repetirían prácticamente sin variación en las dos formaciones restantes: Ciudadanos, con el 17,9% descendería menos de 1 punto porcentual y el PSOE (17,6%) tendría hoy apenas tres décimas menos que entonces.

Incógnitas menores. Las únicas incógnitas en torno al resultado final del 26-J en Madrid afectarían a la asignación del último escaño y las consecuencias que podrían derivarse del previsible descenso de la participación. Si la abstención se incrementase y de manera selectiva afectase más al resto de los partidos que al PP, como ha venido sucediendo tradicionalmente, el Partido Popular podría pasar de 13 a 14 diputados.

Dependiendo de la participación, el PP podría pasar de 13 a 14 diputados

La batalla por el último escaño será, en todo caso, tan disputada como lo fue el 20-D. Entonces, un puñado de votos (el 0,1%) le inclinó finalmente hacia el PP, dejando al PSOE en seis diputados y a Eduardo Madina, número siete de la lista de los socialistas madrileños, fuera del Parlamento.

Alguna incertidumbre en el ranking. El sondeo de Metroscopia mantiene el actual ranking de los cuatro partidos. En cabeza el PP, con clara ventaja, y Unidos Podemos, que reafirma la segunda posición que ya ocupo el 20-D Podemos. Ciudadanos y el PSOE se disputan la tercera y la cuarta plaza por un margen que ya fue pequeño el 20-D (menos de un punto porcentual y un escaño, siete frente a seis del PSOE) a favor de Ciudadanos.

El 20-D trajo consigo una profunda renovación del ranking político madrileño y del juego de fuerzas y los correspondientes estatus de los cuatro partidos. El PSOE, cuya pérdida de apoyo elección tras elección ha ido en aumento desde 2004, pasó a ocupar el cuarto lugar en el tablero. Hoy, los datos parecen indicar que los actuales suelo y techo del PSOE en Madrid coinciden y las dificultades para crecer y levantar el vuelo continúan.

El electorado está ligeramente más derechizado que la media española

Los sorpassos o adelantamientos al PSOE —por el centro, Ciudadanos y por la izquierda, Podemos—, tuvieron ya lugar. Recuperar ahora la segunda posición por parte del PSOE parece tarea inalcanzable y avanzar hacia la tercera, difícil aunque no imposible. Ciudadanos tiene a su favor en la disputa la mejor percepción entre los madrileños de su líder, Albert Rivera, el único con saldo evaluativo (diferencia entre los que aprueban y desaprueban su actuación política) positivo: +2 en el conjunto de la Comunidad, +82 entre sus votantes, +24 y +16 en los del PP y el PSOE, respectivamente. Cifras de las que Pedro Sánchez (-43 en el conjunto y +49 entre sus votantes) está hoy muy lejos.

Frente al peso que pueda tener el liderazgo en la campaña y en la decisión de voto, los partidarios del PSOE manifiestan hoy por hoy una mayor tensión electoral que los de Ciudadanos: el 65% afirman que con total seguridad acudirán a votar, frente al 59% de los del partido de Rivera, una diferencia de 14 puntos porcentuales sin duda importante.

Estabilidad de los espacios políticos. El 20-D el bloque de centro derecha (PP y Ciudadanos) obtuvo en Madrid ocho puntos porcentuales más que el bloque de izquierdas (Podemos, PSOE y Unidad Popular): 52,3% frente al 44,5%. La histórica hegemonía del centro derecha en Madrid continuaba, aunque con una distribución y un modelo distintos. Hoy, según el sondeo, los datos apenas han experimentado variación.

El sondeo proporciona pistas relevantes respecto a las similitudes y diferencias entre los electorados de Madrid y del conjunto de España. El de Madrid es un electorado ligeramente más derechizado: si el conjunto de los electores españoles se sitúa en el 4,6 en la escala ideológica de 0 a 10 (0 la extrema izquierda, 10 extrema derecha), los madrileños lo hacen en el 4,8. En Madrid se incumple la notable asimetría de género (muchos más hombres que mujeres) del voto de Unidos Podemos: la diferencia de 14 puntos (57% hombres, 43% mujeres en el conjunto de España) se reduce a dos (51% frente a 49%) en el caso de Madrid. Y junto a la constatación de la brecha generacional, el sondeo refleja un último rasgo interesante: la debilidad del PP en Madrid entre el electorado de mediana edad (35-54 años), que constituye la mayor fortaleza de Ciudadanos, con una diferencia de 26 puntos porcentuales (55% Ciudadanos, frente al 29% del PP).

Madrid elige 36 diputados del Congreso, el mayor número de todas las circunscripciones electorales. Y es, por obvias razones, importante en términos simbólicos: se presentan en ella los líderes de todos los partidos. Pero el resultado del 26-J parece que deparará pocas sorpresas. La verdadera batalla electoral en Madrid tuvo lugar el 20-D. De ella surgió un nuevo escenario que, según todos los indicios, se convalidará con algún posible reajuste el 26-J.

Marcos Sanz Agüero es analista de Metroscopia.

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