Luis Pineda, el falso justiciero
El presidente de Ausbanc, en función de la generosidad de los anunciantes, ha perseguido con más o menos ahínco los excesos bajo el disfraz de defensor del consumidor
Luis Pineda (Málaga, 1962), abogado, supo ver hace 30 años que la sociedad civil no era capaz de defender a los ciudadanos de los abusos de los bancos y de las operadoras telefónicas. Pineda fue consciente de que las instituciones oficiales (Defensa del Consumidor, defensor del Pueblo, etc.), no eran eficaces. En 1986 creó Ausbanc, Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios, y se dedicó a perseguir atropellos de los grandes bancos, al tiempo que les pedía publicidad para que se anunciaran en las seis publicaciones, claves para ganar dinero: Ausbanc, Justicia y Derecho, Mercado de Dinero (con ediciones en Londres y Miami), Dinero y Salud, Alcuza, Guía de la vida buena. En función de la generosidad de los anunciantes, perseguía con más o menos ahínco sus excesos bajo el disfraz de defensor del consumidor.
Lo cierto es que su labor ha sido notoria y de éxito: más de tres millones de españoles deben a Pineda haber acabado (hasta ahora parcialmente), con las cláusulas suelo de las hipotecas; que los tipos de interés de las hipotecas no se puedan redondear al alza, en perjuicio del cliente, cuando se revisan; que las operadoras telefónicas no cobren minutos enteros cuando se consumían unos segundos; que se haya creado el registro de seguros de vida, que ha permitido a miles de personas cobrar cantidades importantes que antes se quedaban las compañías por desconocimiento de los familiares; y otros logros más.
Pero tuvo la habilidad para combinar este papel de justiciero y defensor de los débiles con la expansión de un negocio alrededor de la publicidad y la organización de eventos, que utilizaba como sistema de recaudación. A medida que tenía más éxito judicial, era más temido por las entidades y lograba más ingresos. Todos sufrían el látigo de Pineda, pero nadie le denunciaba. Solo Caja Madrid y el BBVA se negaron a aceptar este sistema y fue objetivo de sus artículos exagerados, deformados o manipulados en sus múltiples publicaciones. También Credit Services, empresa dedicada a la reagrupación de deudas, le denunció por extorsión.
En paralelo, Pinedo llegó a ser tertuliano habitual en Onda Cero y personaje habitual en los platós de diferentes televisiones cada vez que se trataba de problemas bancarios. En el montaje de Ausbanc, que ha cumplido las tres décadas, ha tenido pocos socios, pero la más importante ha sido su mujer, María Teresa Cuadrado, que llegó a ser directora de Consumo de la Comunidad de Madrid con el PP, cuando capitaneaba la consejería Luis Blázquez. Teresa Cuadrado pasó directamente de Ausbanc a la dirección general de Consumo de la Comunidad de Madrid, lo que amplió enormemente la capacidad de actuación e influencia de Ausbanc, ya que contaba con otro elemento de presión.
Todos los demás bancos le maldecían en privado , pero le pagaron religiosamente cantidades muy importantes durante décadas. Solo hace falta ver sus publicaciones y la página web para comprobar la cantidad de entidades colaboradoras que tiene Ausbanc. Se habló de cifras que van desde los 400.000 euros hasta los 60.000 anuales, dependiendo del tamaño.
Investigado
El proceso actual que le ha abierto la UDEF no es el primero que sufre Pineda. Los tribunales ya le han investigado por recibir dinero de entidades: en 2007 cobró 347.000 euros del Santander, Caja Duero; Banco Pastor; Ibercaja; Caixa Galicia y Caja Murcia por participar en un acto de Ausbanc en Salamanca. La Caixa, Cajamar y Bancaja también pagaron, según el auto, pero no se supo cuánto. Pineda dijo que el acto fue transparente y que le costó 600.000 euros, una cifra que pareció claramente exagerada a otras empresas consultadas dedicadas a financiar eventos.
Tras la salida de su mujer de la Administración madrileña, Pineda tuvo problemas para mantener su condición de “defensor del consumidor”. En octubre de 2005, Sanidad expulsó, cautelarmente, a Ausbanc del registro de asociaciones de consumidores por incumplir la legislación al contar con publicidad comercial y no meramente informativa, que es lo que establece la ley.
En de 2014 el Ministerio de Sanidad, del que depende la Agencia Española de Consumo, expulsó definitivamente a Ausbanc del Registro Estatal de Asociaciones de Consumidores y Usuarios por falta de independencia y transparencia tras varias denuncias del BBVA.
Otro elemento de presión de Pineda era asistir a las juntas de accionistas de los que no colaboraban con el e intervenir lanzando graves acusaciones y reclamando la dimisión de los consejeros y el presidente. En los primeros años acudía como periodista, hasta que la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) reclamó a los bancos y empresas del Ibex 35 que le separara de la zona reservada a los medios de comunicación porque nunca se le consideró un profesional. Al cabo de un tiempo, las empresas lo hicieron.
Cuando estalló la crisis financiera, Pineda se asoció con Manos Limpias, de Miguel Bernad porque necesitaba una entrada en los juzgados y este sindicato era experto en pleitos. Los dos, con pasado ultraderechista, se entendieron bien. Pero, según la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), Pineda ha vuelto al origen: la extorsión para ganar dinero amenazando con los juzgados, quizá porque la relevancia de sus supuestos medios de comunicación y su imagen pública habían decaído. Es decir, las amenazas tradicionales surtían menos efectos.
Pineda nunca ocultó que proviene de una familia adinerada: “No me avergüenzo de tener dinero. Es verdad que no me ha bajado de un Mercedes desde niño, pero porque mi padre trabajó mucho. He ido a colegios privados, universidades privadas y conozco todo el mundo. Estoy orgulloso de ello”, dijo en 2007 a este periódico. Pero esta vez, su sentimiento de impunidad y su afán desmedido por el dinero le pueden traer problemas los problemas más serios de su carrera.
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