Podemos desbanca al PSOE como segunda fuerza política
El Partido Popular se mantiene en el primer puesto y consigue un 27% en intención de voto
Mes tras mes, Podemos consolida su posición y ya ha logrado, por primera vez en la historia, aventajar al PSOE hasta colocarse como la segunda fuerza política en estimación de voto, por detrás del PP. Así lo refleja el barómetro de enero que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado este miércoles y que confirma el fin del bipartidismo y la llegada de un nuevo sistema con tres partidos dominantes. Desde la recuperación de la democracia, el PSOE nunca ha sido el tercer partido en España. Ahora lo es, aunque por un pequeño margen, según el CIS.
La formación que lidera Pablo Iglesias, que el 17 de enero celebraba en Sevilla su primer año de vida y aún no tiene un solo diputado en el Congreso ni gobierna en ningún sitio, se ha colocado por delante del PSOE con un 23,9% en estimación de voto frente a un 22,2% de los socialistas. El PP, según el CIS, sigue siendo el primer partido de España con un 27,3% en estimación de voto, lo que supone que se mantiene en las mismas cifras logradas en el último sondeo, realizado el pasado octubre. Las cifras no han cambiado mucho desde entonces, aunque una leve alteración en el voto estimado de Podemos y PSOE hace que cambien de orden, lo que supone un gran batacazo simbólico para la formación de Pedro Sánchez en un momento de tensiones internas y con las elecciones andaluzas, claves para el futuro de este partido, en el horizonte.
El PSOE ha tratado de restar valor a esta encuesta —"tiene una importancia media", ha ironizado Antonio Hernando, que ha culpado a la "cocina" del CIS de la caída del PSOE— y ha tratado de destacar los datos positivos para ellos del sondeo, como la valoración de líderes y la simpatía. El líder socialista, Pedro Sánchez, es el mejor situado en la valoración de la actuación política con un 3,68, a casi un punto y medio de Rajoy (2,24).
El PSOE ha destacado que la encuesta sitúe al PSOE como el partido que más simpatía despierta y el más cercano a las ideas de los encuestados. Los socialistas logran un 16,6%, frente a Podemos, que cosecha un 15,9% en este campo. El PP se queda ahí tercero con un 14,4%. Sin embargo, en el dato más habitualmente utilizado en este tipo de encuestas, el de voto más simpatía (los ciudadanos que tienen intención de votar a un partido más los que sienten simpatía pero aún no han decidido votarlo) Podemos domina claramente (21,1%) al PSOE (16,6%) y al PP (15,4%); así como en intención directa, donde la formación de Pablo Iglesias queda de nuevo primera con un 19,3% frente al 12,9% del PP y un 12,4% del PSOE. Esto significa que tanto Podemos como el PP han subido casi dos puntos en voto directo desde el barómetro de octubre, mientras que los socialistas han bajado más de dos puntos, un nuevo dato difícil de gestionar en la tensión interna del PSOE.
Los problemas de los socialistas, los más afectados por los resultados de esta encuesta, tapan la situación del PP, que no logra de momento recuperarse como esperaba el Gobierno con el arranque del año. Los populares insistían en que la última encuesta del CIS, en octubre, llegó en el peor momento posible con varios escándalos de corrupción en primer plano. A partir de entonces todo iba a mejorar, aseguraban. No parece que sea así y el PP sigue instalado en un porcentaje que pese a dejarle como primer partido le sitúa 17 puntos por debajo de su resultado en las generales, en su peor registró desde los 80. El PP con este resultado ganaría las elecciones pero tendría muy difícil gobernar. La suma de Podemos y PSOE está 17 puntos por encima del PP, los mismos que ha perdido desde las generales. Podemos crece a costa del PSOE pero también de Izquierda Unida, que según la encuesta se quedaría en 5,2%. Mientras el PP no tiene un rival fuerte en su espacio, ya que UPyD se queda en un 4,6% y Ciudadanos, una formación a la que teme mucho el PP, se queda de momento en un 3,1%. Otro dato que indica las dificultades del PP es la valoración tanto del presidente como del Gobierno, que es muy mala. Tanto es así que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, la mejor valorada, se queda en un 3,1, muy lejos del aprobado.
La encuesta se realizó entre el 2 y el 12 de enero, coincidiendo con los atentados contra la revista satírica Charlie Hebdo. La agenda del Gobierno se concentraba en definir cuál sería la respuesta frente al terrorismo, mientras Rajoy, de viaje en Andorra, sellaba un pacto para dificultar fraudes fiscales como el de Jordi Pujol. Sánchez, en cambio, iniciaba su ofensiva política para las elecciones con una reunión de la ejecutiva federal, buscaba apoyo europeo para Grecia frente a Alemania o se reunía con el economista francés Thomas Piketty.
El sondeo refleja la pérdida de espacio del PSOE. El partido de Pedro Sánchez se ubicaba, en el barómetro de octubre, en segunda posición, con un 23% de estimación de voto, casi cuatro puntos menos que el PP (27,5%) y un punto por encima de Podemos (22,5%). Aquella encuesta ya reflejaba que, según el voto directo, Podemos sería la fuerza política más votada con el 17,6%, por delante del PSOE (14,3%) y el PP (11,7%). El sondeo, realizado entre el 1 y el 13 de octubre, coincidió con casos de corrupción como las tarjetas opacas de Caja Madrid y la Operación Púnica.
En todo caso, hasta las elecciones generales no habrá ocasión de que se produzca una votación general que confirme del todo la hondura del fenómeno político que supone Podemos. Esta formación, confían tanto en el Gobierno como en el PSOE, se enfrenta ahora a retos importantes que pueden perjudicar sus expectativas. Para empezar las elecciones andaluzas, el territorio donde el partido de Iglesias es más débil. Después unas municipales y autonómicas en las que medirá sus fuerzas —aunque no se presentará en muchos sitios y en otros lo hará aliado con otras formaciones— y tendrá que empezar a tomar decisiones de gobierno o de pactos que supondrán sin duda un coste. Los dos grandes partidos confían en que el año se le haga muy largo a Podemos antes de llegar a las generales. De momento el CIS confirma que el fenómeno, lejos de frenarse, consolida su fuerza en este arranque del año, tanto que Carolina Bescansa, una de sus dirigentes más conocidas, ha llegado a decir que con estos datos ellos ya están convencidos de que ganarán las elecciones generales en otoño.
¿Qué diferencia hay entre voto directo y estimación de voto?
El CIS obtiene sus resultados de “voto directo” según la respuesta que los encuestados dan a esta pregunta: Suponiendo que mañana se celebrasen elecciones generales, ¿a qué partido votaría usted? Sin embargo, aunque aparentemente no habría margen de error, los investigadores advierten de que “no constituyen una buena previsión si lo que se pretende es acercarse a los resultados de unos próximos comicios, ya que son muy altos los porcentajes de respuesta para las opciones 'No sabe' y 'No contesta”.
Por este motivo y con vistas a acercarse de una manera más fidedigna a los resultados de unas eventuales elecciones, el CIS elabora lo que denomina estimación de voto y que incluye la conocida “cocina”. Para ello, suma al voto directo un modelo de corrección basado en otras variables de la encuesta: a quién votó en las elecciones pasadas, sus respuestas a las cuestiones sobre los líderes, confianza y opinión sobre la situación actual.
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