Una aerolínea rechaza de azafata a una transexual
La mujer solo duró un día en su trabajo en prácticas de un mes
Un solo día duraron las prácticas como técnica de operaciones aeroportuarias (azafata de tierra) de Lorena González. La mujer, de 45 años y española de origen colombiano, recibió tras su primera jornada una llamada de la Escuela Superior de Aeronáutica en la que le comunicaron, según su relato, que la aerolínea donde iba a trabajar un mes gratis la había rechazado “porque creían que era un hombre”.
González no sabe aún cómo se enteraron de su condición. “Acabé mi proceso de reasignación de sexo hace unos 10 o 15 años, y una no se opera para ir pegando grititos o llamando la atención. Tengo los papeles de mujer. He trabajado de auxiliar de clínica y he hecho cursos de guarda de seguridad, de todo para trabajar”, relata.
El de azafata era su último intento para estabilizar su vida laboral. El curso duraba casi un año —10 meses— y, al terminarlo, la escuela ofrecía un mes de prácticas no pagadas en alguna aerolínea. “Ocho horas al día incluidos sábados y domingos con un día de libranza entre semana”, cuenta. De los 16 de la clase —10 mujeres, 6 hombres— todos las están haciendo ya. Todos, menos ella.
El curso le costó 4.200 euros. González empezó esta última parte de su formación el 3 de septiembre en Turkish Airlines. “Al día siguiente me llamó Manuel Tenorio, responsable de prácticas de la escuela, y me dijo que Turkish le había llamado y le había dicho que yo daba mala imagen, que creían que era un hombre”, cuenta González. “Si eso le dijeron, conmigo se equivocan; no me han visto”, relata la mujer. “Tenorio me dijo que me sincerara, y me preguntó si era un hombre. Yo le dije: ‘Que yo sepa, no”. Este periódico ha intentado hablar por teléfono con el director de la escuela, Fernando Gómez, y le ha escrito un correo por indicación de una persona que atendió la llamada, pero no ha recibido respuesta.
Turkish ha negado por correo electrónico que haya existido ninguna discriminación. Trabajamos “con personas de todas las culturas, edades, razas y condición sexual, un pilar básico en el éxito de la línea área”, escribe Evelyne Hollands, su jefa de comunicación. “En el caso de Lorena no ha existido ningún tipo de discriminación, puesto que Turkish Airlines ha realizado el examen de los candidatos a las prácticas en la empresa, en condiciones de igualdad según los requisitos técnicos para cualquier aprendiz”, contesta.
Pero el caso no quedó ahí. González, que se declara activista, llevó el caso a varios medios digitales (change.org, dosmanzanas.com). Esto le ha supuesto que la escuela le haya escrito un correo electrónico para decirle que por las “publicaciones difamatorias”, habían decidido no darle más prácticas.
“El contrato dice que tengo derecho a ese mes, así que o me devuelven el dinero por incumplimiento de contrato o me dan las prácticas”, dice. “No hubo fallos por mi parte. La compañía no ha podido decir que no diera el perfil técnico, y eso es lo que pone en el contrato como causa para rescindirlo”, argumenta.
González no se arredra. “Lo que quiero es un trabajo y una vida normal con mi pareja. Hace mucho que sé quién soy”.
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