Blesa al hijo mayor de Aznar: “Caja Madrid no es mi cortijo”
El exbanquero se planta ante la familia del expresidente tras rechazar la compra de las obras del artista Rueda: “A tu padre nunca le decepcionó mi honestidad”
El 16 de julio de 2009, Miguel Blesa, entonces presidente de Caja Madrid, envió un sms cargado de misterio al teléfono de José María Aznar Botella, hijo mayor del expresidente José María Aznar: “No quiero pensar que me estás hablando de tu padre y Rueda [José Luis, heredero del escultor y pintor Gerardo Rueda]”. Un día después, el banquero envió un nuevo mensaje sobre el mismo asunto dirigido a la misma persona, según confirmaron a EL PAÍS colaboradores directos de aquella etapa del expresidente de Caja Madrid. “Puede que seas muy joven para entenderlo: algún día no te explicarás haber escrito este mensaje. Yo nunca me arrepentiré de haber actuado así, la caja [Caja Madrid] tiene sus procedimientos, no es mi cortijo. A tu padre nunca le ha decepcionado la seriedad y honestidad de un amigo”, señalaba el mensaje de Blesa a José María Aznar Botella.
Los dos sms, volcados en el correo electrónico que Blesa tenía en Caja Madrid, forman parte de los casi 8.700 e-mails requisados, un auténtico wikiblesa, al exbanquero por el juez que lo encarceló, Elpidio Silva. Los mensajes cuentan el desenlace final de una historia frustrada que a punto estuvo de costarle a Caja Madrid más de 100 millones de euros en plena crisis financiera de la entidad. Se trataba de la adquisición de obras del artista Gerardo Rueda, amigo de Aznar y fallecido en 1996, y de la construcción de un museo para exponerlas en un edificio propiedad del Ayuntamiento de Madrid que el entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, se ofreció a ceder de forma gratuita por 50 años.
Las gestiones comenzaron en agosto de 2008 a raíz de un mensaje que el expresidente Aznar mandó a Miguel Blesa, al que había colocado años antes al frente de la entidad financiera aprovechando la mayoría del PP en los órganos de la caja. El heredero del artista, según los correos de Aznar, empezó pidiendo 54 millones de euros por algunas obras de Gerardo Rueda y parte de su colección privada de otros artistas. Las negociaciones duraron nueve meses y acabaron en nada debido a que el presupuesto de aquel proyecto superó los 100 millones de euros.
Los mensajes a José María Aznar Botella por parte de Blesa parecen una dura respuesta a los reproches que supuestamente le dirigió el hijo mayor del expresidente tras el fiasco de las negociaciones para comprar la colección de Rueda.
No quiero pensar que me estás hablando de tu padre y Rueda
Al entonces presidente de Caja Madrid no le llegó solo la queja del hijo de Aznar, sino también el lamento de una exconcejal del PP y consejera de Caja Madrid, Mercedes de la Merced (fallecida en mayo pasado tras una larga enfermedad).
El mismo día en que Blesa se defiende ante el hijo de Aznar esgrimiendo que Caja Madrid no es su cortijo, De la Merced le envía otro correo electrónico: “Miguel qué tal? Estoy en La Paz, Bolivia, me dice el alcalde [Alberto Ruiz-Gallardón] que Aznar está triste por la negativa de Caja a su proyecto, Alberto también está molesto. ¿No se puede retomar? ¿Quién lo vetó? ¿Puedo hacer algo?”
Lo significativo de este correo electrónico es que la dirigente del PP tenía clara la paternidad del proyecto. No habla de las obras de Rueda, sino de la iniciativa del expresidente: “Aznar está triste por la negativa de Caja a su proyecto”.
Los sms de Blesa de respuesta al hijo de Aznar evidencian que disimula como puede su malestar ante los reproches sufridos porque es consciente, al igual que su interlocutor, de que debe el puesto de presidente de Caja Madrid a su amigo el exjefe del PP y del Gobierno. Pero por mucho que le deba, no puede saltarse, o eso invoca en ese momento, los procedimientos internos.
Durante las negociaciones para la adquisición de la obra del artista Gerardo Rueda, Blesa se topó con la tozudez y la oposición del director de la Fundación Caja Madrid, Rafael Spottorno, hoy jefe de la Casa Real.
Spottorno cuestionó el proyecto casi desde que Aznar se lo presentó directamente a Blesa, el 16 de septiembre de 2008 a través de un correo electrónico en el que detallaba el conjunto de las obras en venta. Ya ese mismo día Spottorno dudó de las valoraciones remitidas por el heredero del artista a través de Aznar. “He leído no sin estupor las valoraciones. (...) Pinto Almeida hace una oferta concreta para comprar la miscelánea de objetos coleccionados por Rueda entre 40 y 50 millones de euros. ¡Qué pedazo de mecenas portugués! Y eso que sus únicas credenciales como mecenas son que es asesor de la ministra de Portugal y patrono de la Fundación Berardo”.
Eres muy joven. Algún día no te explicarás haber escrito ese mensaje
El 20 de octubre, mientras Aznar sigue a la carga enviando datos a Blesa sobre las obras que Rueda quiere venderle, Spottorno vuelve a contratacar: “Para dejar claro que el precio es disparatado no me ha parecido entrar en detalle de muchas valoraciones concretas, sino solamente de algunas pinceladas sobre lo que puede ser valioso, sin referencias a lo que no lo es”. En lenguaje diplomático, Spottorno evidenciaba que le intentaban colar a Caja Madrid obras con menos valor del que señalaba el heredero de Gerardo Rueda.
Las obras en venta bajaron en número. Solo se comprarían 24 piezas originales de Rueda y no cuadros de su colección de otros artistas. El precio descendió de 54 millones a seis. No obstante, debía construirse un museo con ayuda municipal cuyas obras podrían exceder los 50 millones. Blesa agradece a Spottorno el dinero ahorrado a la caja. Spottorno se quita méritos. Le explica que el proyecto era una “quimera que se deshizo como azucarillo”. En junio de 2009, pese a que se había firmado un acuerdo de intenciones para construir el museo y comprar las obras, Spottorno sigue minando el plan: “El proyecto resulta inabordable para la Fundación Caja Madrid” y por lo tanto debería ser abandonado por tener un precio “prohibitivo” y ser “innecesario”. Blesa renuncia. El hijo de Aznar se lo reprocha, supuestamente, y el expresidente de la entidad financiera responde: “No es mi cortijo”. Este periódico intentó, sin éxito y durante varios días, que el hijo mayor del expresidente diera su versión de los hechos para lo que contactó tanto con el PP como con su familia.
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