Las diferencias en CiU llevan al borde de la división a su grupo en el Congreso
El enfrentamiento de sus diputados se debate en el seno del Gobierno catalán CDC quería votar una proposición de Amaiur, y Unió proponía abstenerse Los nacionalistas pidieron votación separada como salida pactada
Las tensiones que el órdago soberanista de Artur Mas está provocando en la federación de Convergència i Unió estuvieron a punto de estallar este pasado martes en el Congreso y provocar la ruptura de la disciplina de voto entre los 16 diputados de ese grupo. El detonante fue la votación de una proposición no de ley presentada por Amaiur, Esquerra Republicana y el BNG que formulaba un radical alegato del derecho de libre determinación y de las vías para conseguirlo. La tensión y la falta de acuerdo fue tal que se decidió trasladar el debate al Gobierno catalán, que estaba reunido en ese momento y al final se intentó buscar una salida airosa con una votación separada.
La proposición no de ley había sido aceptada la semana pasada por la junta de portavoces, después de una concesión de Esquerra a Amaiur. El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, de viaje a Estados Unidos esta semana, ordenó que los diputados nacionalistas se abstuviesen porque el texto resultaba inasumible por la federación, tanto en el fondo como en las formas.
CDC quería votar una proposición de Amaiur, y Unió proponía abstenerse
Sin embargo, horas antes de la votación, algunos diputados de Convergència se desmarcaron y anunciaron que votarían sí. Por su parte, los de Unió, insistieron en que se abstendrían, como ya anunciaron el lunes.
Las costuras de la federación se tensaron como no había ocurrido antes de una votación parlamentaria, explican fuentes del grupo parlamentario, y por eso se acordó trasladar el tema a la reunión semanal del Gobierno de la Generalitat que se celebraba en esos momentos.
Allí volvieron a reproducirse los desacuerdos, explican fuentes del Gobierno catalán, pero no solo entre los consejeros de CDC y los de Unió, sino en las filas de Convergència. Así, mientras el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se mostró a favor de no tensar la cuerda con Unió, el consejero de la Presidencia y portavoz, Francesc Homs, abogó por apoyar la proposición no de ley en el Congreso.
La discusión en Barcelona rebajó los ánimos, pero el grupo catalán seguía sin ponerse de acuerdo sobre la votación. A primera hora de la tarde, todos los diputados se levantaron del pleno para reunirse en una sala del Congreso y pactaron una salida satisfactoria para todos: CiU pediría votación separada de los cinco puntos de la proposición, de manera que votaron a favor de dos y se abstuvieron en otros tres. Fuentes del grupo catalán en el Congreso admitieron la existencia de tensiones, pero aseguraron que en todo momento quedó claro que todos los diputados debían votar lo mismo. Del mismo modo, evitaron comparar el proceso político catalán con el del País Vasco. “Tenemos nuestra propia vía”, señalan esas fuentes.
Entre los apartados que no suscribió CiU figura la petición de “respetar el ejercicio del derecho de libre determinación de las naciones que conforman el Estado español: Euskal Herria (con los cuatro territorios forales), Països Catalans (Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares) y Galiza”.
Los nacionalistas pidieron votación separada como salida pactada
Otro de los puntos en los que CiU se abstuvo instaba al Gobierno del PP a “respetar” la celebración de un referéndum de autodeterminación para constituir un Estado independiente que sería convocado por los gobiernos autónomos y que concluiría con la proclamación de la independencia por parte de estos con más del 50% de los votos a favor. El otro punto que contó con la abstención de CiU fija “las bases del proceso para una transición hacia la independencia”. CiU sí apoyó trasponer al ordenamiento jurídico español el derecho de audeterminación de las naciones.
La iniciativa parlamentaria también afectará a las relaciones de CiU con ERC y causaron un auténtico malestar de ICV con los republicanos. En suma, ERC ha enojado a todos al unirse a una iniciativa con el BNG y Amaiur que perturba los planes de los nacionalistas. “¿Por qué ERC ha decidido ir por libre? ¿Por qué?”, preguntó desde la tribuna el diputado de CiU Jordi Jané con la mirada puesta en los republicanos. “Esta iniciativa perturba la hoja de ruta aprobada por el Parlamento catalán para avanzar en el derecho a decidir”, les recriminó.
Tanto Jané como Joan Coscubiela, de ICV, se mostraron más dolidos que enfadados. “No hay que confundir el derecho de autodeterminación con el derecho a decidir en el que ahora estamos”, argumentaban los portavoces de CiU e ICV, en castellano y catalán. En esta lengua se dirigió Coscubiela a Alfred Bosch: “Este no es el camino para el derecho a decidir, no ayuda al proceso, lo dificulta”. Y remató subrayando que confundir el derecho de autodeterminación con el debate de la independencia no es adecuado, “es torpe”. En el debate sonó con fuerza la sentencia del portavoz constitucional del Grupo Popular, Pedro Gómez de la Serna: “Abandonen toda esperanza, no va a haber secesión en España”.
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