El barón que salió al ataque
Bauzá levanta un avispero con su polémica reforma educativa Sectores del PP cuestionan al presidente de Baleares por endurecer su estrategia política
A José Ramón Bauzá le gusta el ataque.Un ataque medido, sin demasiadas salidas de tono que le comprometan personalmente, pero al fin y al cabo una estrategia ofensiva. Ese es el esquema de confrontación política que ha elegido el presidente de Baleares, donde el PP domina desde mayo de 2011 todas las instituciones con la mayoría absoluta más holgada en la historia de la autonomía, pero que empieza a costarle el cuestionamiento interno, al menos en las islas. Y el barón popular ha demostrado en la última semana que está dispuesto a mantenerlo tanto en el archipiélago como frente a Madrid y el Gobierno de Mariano Rajoy.
Bauzá ha levantado un avispero con una polémica reforma educativa que introduce el trilingüismo por decreto a costa del catalán, según la oposición, cambiando un modelo que ningún presidente del PP se había atrevido a tocar y que rompe décadas de consenso social. El domingo más de 100.000 personas marcharon contra esta reforma en todas las islas tras una huelga indefinida que dura ya tres semanas. Una multitud a la que él tachó de “minoría”. Días después, volvió a la carga con un ataque a los Presupuestos Generales del Estado. No lo hizo directamente, sino a través de cargos autonómicos del PP. El mensaje a Rajoy y al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es inequívoco: las cuentas para 2014 suponen un “desprecio” y un “maltrato” del Gobierno a su autonomía.
La primera decisión le costó críticas entre los alcaldes populares y sectores del partido en Baleares. La gestión de la huelga llegó a provocar cierto malestar en Madrid. Pero todos los consultados recuerdan que la mejor carta de Bauzá es su sólida mayoría absoluta. Y es precisamente esta la circunstancia que le permite elegir su estrategia.
Algunos cargos insisten en la metáfora futbolística cuestionando su “táctica de entrenador que prefiere el esquema de ataque”, en lugar de aprovechar esa mayoría para limitarse a controlar el partido.
Otros dirigentes del PP balear admiten que en la estructura del partido en Baleares rige “un estilo de ordeno y mando, sin debate interno”. Al presidente se le reconocen formas afables, talante y cercanía en el trato personal, pero también unos modos implacables, propios de un estratega militar, “sin margen para el error o el repliegue”.
Bauzá, a punto de cumplir 43 años, farmacéutico de profesión, tenía experiencia como alcalde de Marratxí, una ciudad dormitorio de Palma. Al llegar al Gobierno, igual que hizo en el partido, se rodeó de un núcleo reducido de asesores y gestores de imagen sin experiencia gubernamental. Su mano derecha, el fiel vicepresidente Antonio Gómez, también fue alcalde y se obsesionó con la penetración en los municipios de sus cargos públicos y parlamentarios. Y desde allí le ha llegado ahora la réplica.
El alcalde de Binissalem, Jeroni Salom, presidente del PP de Mallorca, criticó al Gobierno de Bauzá antes de la manifestación por “un error cálculo” ante el impacto de la huelga de profesores. Y aseguró en la Ser: “El Gobierno ha reaccionado tarde, jamás pensamos que hubiera en la calle una problemática tan grande”. Al día siguiente tuvo que matizar sus comentarios y aseguró que estaban “sacados de contexto”. No obstante, muchos alcaldes viven con malestar la gestión de esta huelga que tanto inquieta ya a los padres. Muchos alertaron a la cúpula del PP y al entorno de Bauzá sobre el rechazo de familias y profesores a la reforma. No les tomaron en consideración.
El lunes, la número dos del PP, María Dolores de Cospedal, defendió públicamente a Bauzá, apelando a “las voces que hace dos años votaron al PP en Baleares sabiendo cuál es el proyecto educativo”. La cúpula popular perdona al presidente de Baleares ese error de cálculo, “sobre todo si se compara la situación de Baleares con la de Cataluña”, resume un miembro del Comité Ejecutivo. En el partido hay un sector duro que apoya esta estrategia y pide que no “se dé ni un paso atrás”, no obstante, también hay dirigentes y diputados muy perplejos. Lo que cuestionan es precisamente la escasa explicación que precedió la adopción de esta medida, y no les extraña que haya derivado en un incendio más.
Un incendio que algunos esperan se aplaque con el rechazo frontal a los Presupuestos, que en Madrid estarían dispuestos a perdonar y se considera una “rebelión pactada”. Aunque también es otra estrategia de ataque que, si se tensan las relaciones con Hacienda, podría convertirse en un nuevo frente abierto.
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