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Altadis cerrará en diciembre su última planta tabaquera en Andalucía

El Ayuntamiento de Cádiz avisa de que no permitirá especular con los suelos

Un grupo de trabajadores a la salida de la planta gaditana de Altadis.
Un grupo de trabajadores a la salida de la planta gaditana de Altadis.román ríos

La fábrica de tabacos de Cádiz, la última que quedaba en Andalucía, dejará de producir en diciembre. Es la decisión tomada ya por la empresa Altadis. El director general de producción en Europa Occidental, Ian King, se lo confirmó a los representantes de los trabajadores, que han aceptado con resignación un cierre que temían desde hace meses.

La empresa compensará la clausura con prejubilaciones, traslados o despidos con indemnizaciones de 45 días, el máximo recogido por ley antes de la reforma laboral que lo rebajó a 20. En esta planta trabajan todavía 76 operarios, aunque en su mejores tiempos llegó a tener más de mil.

Altadis ha enmarcado el fin de la actividad de su fábrica gaditana dentro de un plan de reorganización que afectará a 114 de los 1.400 operarios que conforman toda su plantilla. “Este plan persigue incrementar la eficiencia y competitividad de la compañía ante la compleja situación que atraviesa el mercado del tabaco en España, que ha sufrido una caída de ventas en volúmenes de cigarrillos del más del 40%”, explica en un comunicado. Esta caída es atribuida al aumento del comercio ilegal y a la “presión regulatoria” sobre el tabaco.

La empresa justifica su decisión en la caída de ventas y la ley antitabaco

La factoría gaditana, que ejercía de centro logístico y de producción del tabaco expandido, cesará su actividad en diciembre. La mayoría de los 76 trabajadores podrá prejubilarse al tener más de 51 años. Diez no alcanzan esa edad, aunque algunos por escasos meses, de ahí que los sindicatos tratarán de presionar para mantener abierta la fábrica algo más de tiempo para que se supere ese límite. Es la única acción anunciada por los sindicatos, que asumen la decisión de la compañía como irreversible.

Los que no se puedan acoger a las bajas incentivadas serán trasladados a Logroño o Santander, los únicos centros de producción que quedarán en España, o serán despedidos a razón de 45 días por año trabajado, indemnización pactada con los sindicatos en el ERE presentado en 2009.

“Nos lo temíamos desde que supimos que la matriz Imperial Tobacco abría una nueva central en Polonia”, admite Carmen Pérez, histórica líder sindical de la planta gaditana, miembro del comité de empresa. “No ha sido un jarro de agua fría porque nos lo esperábamos pero sí es algo que hunde un poco más esta ciudad, ya que cierra una de las últimas factorías que queda, y con ella, las posibilidades de generar riqueza y empleo”. El esfuerzo sindical se centrará en ayudar a los diez que quedan fuera de las prejubilaciones. Pero hay otro lamento. “Hay un centenar de puestos de la industria auxiliar que están abocados al paro”. Empresas que vivían del negocio tabaquero alrededor de Altadis. Según los sindicatos, King les ha comunicado que la fábrica no llegará abierta a 2014 y que en septiembre no llegará más materia prima, con lo que la producción parará antes.

La mayoría de los 76 empleados podrá prejubilarse al tener más de 51 años

La ciudad de Cádiz, con 123.498 habitantes y 17.722 parados (1.568 del sector industrial), perderá así una de sus últimas grandes empresas. Quedarán solo los astilleros como única fábrica de referencia. A la entrada de la capital gaditana, nada más cruzar el puente José León de Carranza, quedarán vacíos 153.000 metros cuadrados, propiedad de la empresa tabaquera, salvo 22.000 que son de la Zona Franca. El enorme solar sería un jugoso espacio para la especulación en cualquier otro momento económico. Aún así el Ayuntamiento de Cádiz ya ha advertido de que no permitirá otro uso en estas naves que no sea el industrial. “No sabemos cuál es la planificación de Altadis para su planta y cómo encajará en su estrategia logística pero ya lo dijimos en 2009: no vamos a permitir una operación especulativa, ni de Altadis ni de nadie”, anuncia el gobierno local del PP en un comunicado.

La industria tabaquera inició su actividad en Cádiz en 1741. Entonces había 180 operarias. En 1887 se inauguró su gran fábrica en el centro histórico, ahora reconvertida en Palacio de Congresos. Desde finales del siglo XX la actividad se había trasladado a la entrada de la ciudad. En los mejores tiempos hubo más de 1.000 trabajadores. El adiós definitivo llega en el momento de menos repercusión laboral de la historia de esta industria en la capital gaditana.

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