Cómo ser la empresa que quieren los ‘milenials’
Una encuesta revela en EE UU las compañías mejor valoradas por sus empleados más jóvenes
Refrescos gratuitos, clase de yoga en la oficina y un tobogán para deslizarse de una planta a otra. ¿Qué busca un milenial para ser feliz en su lugar de trabajo? Según la lista que la consultora Great Place to Work (gran sitio para trabajar) publica cada año en la revista Fortune estas golosinas laborales importan, pero no son fundamentales. “Abandonar las corbatas y hacer oficinas diáfanas puede funcionar al principio”, dijo Chinwe Onyeagoro, presidente de Great Place to Work, en la presentación de la lista la semana pasada. “Pero estos cambios superficiales no retendrán a los milenials a no ser que vayan acompañados de una gerencia que conecte de verdad con sus empleados, que vincule su trabajo a un propósito mayor, proporcione acceso a oportunidades de desarrollo y aprendizaje y que demuestre que los ascensos y las promociones se deciden con justicia”.
En Estados Unidos, donde se ha elaborado la lista, hay 75 millones de milenials (nacidos entre los 80 y los 2000, aunque las fechas bailan dependiendo de la fuente). Es la generación más abultada del país y seis de cada diez de ellos dicen estar buscando un nuevo empleo, según datos de la encuesta Gallup.
En el número uno de la lista los milenials eligen Ultimate Software, una empresa con sede en Weston (Florida), que se dedica a la gestión de personal en la nube. Ofrecen servicios para el pago de nóminas, la administración de recursos humanos, los procesos de contratación… Nada demasiado sexi. Sin embargo, de sus 3.126 empleados (el 33% de ellos milenials), la inmensa mayoría (el 98%) declararon: “Estoy orgulloso de decir que trabajo aquí”.
“La gente es nuestra prioridad, cada día nos esforzamos por crear una cultura donde los empleados sientan que se confía en ellos, que están empoderados y que les apoyamos en el desarrollo de sus carreras y también en su crecimiento personal”, explica por mail Vivian Maza, Chief People Officer en la compañía, un cargo que se podría traducir como Directora general de las personas.
La importancia de una oficina molona
En el medio de la sede de Rackspace hay un tobogán plateado. Las oficinas centrales de esta empresa de almacenamiento de datos en la nube ocupan un antiguo centro comercial a las afueras de San Antonio (Texas) cuyos trabajadores llaman cariñosamente The Castle, el castillo. Los empleados se autodenominan "rackers", como si fuesen fieles seguidores de un equipo deportivo.
Los "rackers" disfrutan de un lugar de trabajo que refleja la "cultura" que su empresa defiende como propia. La jerarquía es lateral y los jefes son accesibles, por lo que no hay despachos ni casi puertas. La comunicación entre compañeros es clave, por lo que no existen los cubículos. Los trabajadores son valorados como personas y por ello pueden expresar su individualidad decorando sus espacios de trabajo a su antojo, o desarrollando sus aficiones en clases in situ de yoga. También relajarse jugando al ping pong o a las máquinas arcade que la compañía les proporciona.
La empresa entiende que sus empleados tienen una vida propia, por lo que no es raro que estos lleven a sus niños o a sus mascotas a la oficina cuando lo necesites. Tampoco que trabajen desde casa cuando sea posible. Lo mejor de la molona oficina es que nadie te critica si apareces tan solo dos o tres veces por semana.
La clave de estos rasgos superficiales es que no van solos, sino que respaldan una nueva forma de entender la gestión del personal. "El entorno laboral forma parte de la satisfacción, quieres trabajar en un lugar al que te apetece ir", explica Liz Jurewicz, una de sus empleadas milenial, "pero para mí lo más importante es la flexibilidad, la autonomía y la posibilidad de dar mi opinión".
Ultimate Software presume de ofrecer a sus empleados clases de Pilates, terapias de acupuntura, meditación o masaje. En su sede hay un túnel de lavado, un Starbucks y una cancha de baloncesto, y se ofrecen actividades que fomenten la diversidad (hay grupos de apoyo para gays, mujeres, veteranos...). “Una vez al mes recibimos la visita del carrito de los helados con chucherías gratis”, apunta Maza. “Los bufés libres y las excursiones tienen un impacto a corto plazo”, añade la ejecutiva, “pero ofrecer un buen plan de pensiones es una inversión que afectará al empleado de por vida, literalmente”. Entre estos beneficios menos exóticos se encuentra también un buen seguro médico (que cubre hijos y cónyuges, y también a parejas del mismo sexo) o bajas maternales y paternales remuneradas (50 días para ellas, 20 para ellos, en un país, el único junto a Papua Nueva Guinea, donde no existe ningún tipo de obligación legal para ofrecerla).
Cuando alguien, de cualquier nivel, es contratado por Ultimate Software viaja a la sede central para conocer la empresa, mantener reuniones informales con sus ejecutivos y empaparse de una “cultura laboral basada en los cuidados, la confianza y el apoyo”. “Cuando tu empleados sienten que apuestas por ellos totalmente”, explica Maza, “se sienten más implicados con tus productos, tus servicios, tus clientes y —lo que es más importante— sus compañeros”.
No solo para milenials
Esta cultura del liderazgo honesta y basada en la confianza, que hace sentir que todo trabajo cuenta y que ofrece oportunidades para seguir aprendiendo es un rasgo atractivo para empleados de cualquier generación, la diferencia con los milenials es el grado en el que ello afecta a su intención de quedarse en la compañía. Según la consultora, es 20 veces más probable que un milenial que afirma tener un gran lugar de trabajo permanezca en la empresa, frente a un compañero que no lo siente así. En el caso de un miembro de la generación X (nacido entre los 60 y los 80) la probabilidad es 15 veces mayor; y solo 9 veces mayor en el caso de un baby boomer (nacido entre mediados de los 40 y mediados de los 60). Es decir, un buen lugar de trabajo fideliza más a un milenial, precisamente la generación más volátil (ante una oferta de trabajo, un directivo milenial dobla el riesgo de abandonar la empresa frente a un directivo baby boomer).
Entre las compañías de la lista hay todo tipo de empresas, aunque no aparecen demasiadas multinacionales conocidas. Google, que encabeza la lista general del mejor lugar para trabajar sin distingos generacionales, ni siquiera aparece en la lista de favoritos para milenials. Las más conocidas de esta subcategoría son los hoteles Marriot (en el puesto 14), la farmacéutica Roche (la 67), y las tecnológicas Cisco (la 66) o Adobe (63). En total, 27 de las 100 compañías de la lista –seleccionadas en base a una encuesta a 398,000 empleados de la bolsa de empresas ya certificadas por la consultora Great place to work–, son empresas de tecnología de la información.
“Mi intuición me dice que es por el potencial para crecer del sector; la tecnología evoluciona tan deprisa que hay oportunidades para innovar y desarrollar una carrera”, dice Liz Jurewicz, nacida en 1984 y empleada desde hace cinco años y medio en Rackspace, número 76 en la lista, una empresa de servicios de almacenamiento de datos en la nube con sede en San Antonio (Texas).
¿Cómo se traduce en la práctica esa "cultura de liderazgo" basada en la confianza? Jurewicz destaca el programa StrengthsFinder que su compañía ofrece a los nuevos empleados. "Es una asesoría para descubrir tus talentos naturales y tus fortalezas, y permite hablar abiertamente de los retos antes de que estos se conviertan en un problema". Centrarse en lo positivo, aprender a equilibrar los fuertes de cada individuo con el resto del equipo y establecer dinámicas colaborativas propicia un clima de "dialogo abierto", dice Jurewicz. Un clima que permite desarrollar el potencial de los empleados y los objetivos de la empresa.
Las ambiciones personales de esta treintañera coinciden con la conclusión que destaca la encuesta de Great Place to Work sobre su generación: más allá de las golosinas, los extras e incluso los beneficios más convencionales, los milenials buscan ante todo un propósito, una satisfacción personal que vaya acompasada con su desarrollo profesional. “Me gusta saber que mi trabajo tiene un impacto positivo y que soy capaz de contribuir a un objetivo mayor”, dice Jurewicz. “Este foco en la motivación intrínseca está dibujando una nueva conversación en torno a cómo definimos el éxito”.
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