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El nuevo jefe del Frente Nacional renuncia por acusaciones de negacionismo

Jean-François Jalkh cuestionó el uso del gas Zyklon B en los campos de exterminio nazi

Silvia Ayuso
El dirigente del Frente Nacional dimisionario Jean-François Jalkh (izquierda) y su sustituto provisional en el partido de Le Pen Steeve Briois.
El dirigente del Frente Nacional dimisionario Jean-François Jalkh (izquierda) y su sustituto provisional en el partido de Le Pen Steeve Briois.JACQUES DEMARTHON (AFP)

Si hay algo que el Frente Nacional de Marine Le Pen ha tratado de borrar durante los últimos años en que ella ha tomado las riendas del partido fundado por su padre, Jean-Marie Le Pen, es su pasado filonazi. Pero a poco más de una semana de la cita crucial en las urnas en segunda vuelta, esta polémica ha vuelto a resurgir. Jean-François Jalkh, el elegido para presidir el FN tras la renuncia temporal de su líder, Marine Le Pen, se ha apartado este viernes de la formación de extrema derecha tras haber sido acusado de negacionismo en unas declaraciones —en las que cuestionaba el uso del gas Zyklon B en los campos de exterminio nazi— que hizo el ahora exdirigente hace 17 años. Aunque él lo niega, su salida de la cúpula de la formación que se disputará la presidencia de Francia el próximo 7 de mayo ha sido fulminante.

Jalkh, eurodiputado, era una figura poco conocida del FN hasta este martes, en que su nombre surgió tras el anuncio de la “excedencia” de la candidata presidencial. El primero en recordar el pasado negacionista del nuevo presidente interino de la formación de ultraderecha fue el periodista de La Croix Laurent de Boissieu, que recuperó una entrevista del año 2000 que concedió Jalkh para el trabajo de doctorado de una estudiante de política y que fue publicada en 2005 en la revista Le Temps des savoirs. En ella, Jalkh dice que él no es “personalmente negacionista”, pero cita a un “negacionista o revisionista serio”, Robert Faurisson. En la entrevista, Jalkh destaca la “rigurosidad y seriedad” de la argumentación del exprofesor de literatura —condenado a su vez varias veces precisamente por negacionismo—, y cita su teoría sobre la “imposibilidad desde un punto de vista técnico” de que los nazis usaran gas Zyklon B “para el exterminio en masa” de judíos.

Jalkh negó esta semana haber hecho esas declaraciones y las consideró fruto de un “complot”. La estudiante, sin embargo, asegura conservar aún los apuntes de la entrevista. Pero el rotativo Le Monde recordó esta semana otro episodio oscuro del pasado de Jalkh, un hombre del FN desde hace más de 40 años. En 1991, el diario revelaba su presencia en el 40º aniversario de la muerte del mariscal Pétain, líder del régimen colaboracionista de Vichy.

"Jean-François Jalkh ha rechazado su misión de ser presidente interino”, ha declarado este viernes Louis Aliot, vicepresidente del FN y pareja de Le Pen, en la cadena BFM-TV. Según ha asegurado, Jalkh interpondrá una demanda por las acusaciones “para defender su honor”. Mientras tanto, la presidencia de la formación de ultraderecha será ocupada por Steeve Briois, el alcalde de la ciudad de Hénin-Beaumont, bastión electoral de Marine Le Pen y ciudad “modelo” de un Gobierno frentista.

La polémica acorrala al FN

Pese a todo, el FN en principio le respaldó. Su portavoz, David Rachline, afirmó que “se trata de un montaje” y defendió los “muchos valores” de Jalkh, mientras que el número dos de Le Pen, Florian Philippot, calificaba al entonces todavía presidente interino de la formación como un hombre “serio, patriota, moderado”.

Pero con el aumento de la presión mediática y la cercanía de la segunda vuelta de las elecciones, todo parece haber cambiado. Sobre todo porque a la propia Le Pen le siguen persiguiendo unas declaraciones que hizo hace dos semanas, cuando la candidata se negó a aceptar la responsabilidad de Francia en uno de los episodios de colaboracionismo nazi más oscuros de su historia, la llamada redada de Vél d’Hiv, en la que más de 13.000 judíos fueron detenidos en París y sus alrededores en 1942 y llevados al campo de exterminio de Auschwitz (en Polonia). Aunque Le Pen se defendió asegurando que su postura es la tradicional desde el general De Gaulle a Mitterrand, que afirmaron que el responsable de ese acto fue el régimen "ilegal" de Vichy, sus declaraciones fueron muy criticadas y comparadas con las declaraciones filonazis de su padre, para quien el Holocausto no fue más que "un detalle de la historia".

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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