El seísmo político reaviva el temor a una crisis bancaria
El espectro de la inestabilidad política proyecta una nueva inquietud sobre la resolución del grave problema de morosidad que afecta al sistema bancario italiano
El no a la reforma constitucional y la consiguiente dimisión del primer ministro, Matteo Renzi, no ha producido un cataclismo en los mercados como algunos temían. Ni hubo desplome en la Bolsa de Milán ni se disparó la prima de riesgo. El espectro de la inestabilidad política, sin embargo, proyecta una nueva inquietud sobre la resolución del grave problema de morosidad que afecta al sistema bancario italiano. Todo ello en el marco de una economía afectada desde hace lustros por un crecimiento raquítico y una abultada deuda pública.
La primera reacción de los mercados a los resultados del referéndum sobre la reforma constitucional en Italia —un rechazo rotundo— fue contenida, pero ello no significa que el horizonte económico italiano esté despejado. Los temores de los analistas se concentran en el sector bancario, que este lunes perdió un 2,2% en bolsa, en una jornada con altibajos que finalmente cerró registrando un ligero retroceso del 0,21%.
Las entidades italianas acumulan un tercio de los créditos morosos de toda la zona euro, por un valor de 360.000 millones de euros, lo que equivale al 22% del PIB del país. Esta es una de las preocupaciones de Bruselas, a la que se añade el hecho de que el 12% de las obligaciones emitidas por los bancos fueron adquiridas por pequeños ahorradores, que podrían ser las víctimas de un colapso.
La principal duda planea sobre el banco Monte dei Paschi di Siena. Se trata del banco más antiguo del mundo, el tercero en importancia en Italia y el que peor nota sacó en los exámenes de resistencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) del pasado mes de julio con una ratio de capital negativo del -2,44%. En el último año ha perdido un 80% de su valor y las pérdidas en los nueve primeros meses del año ascienden a 848,7 millones de euros. Italia lleva, pues, varios meses intentando evitar un rescate que todavía no está descartado y a finales de octubre el Gobierno anunció un plan estratégico que planteaba una capitalización de 5.000 millones de euros. Hasta ahora, la entidad ha logrado alrededor de 1.000 millones de euros por la conversión de bonos subordinados en acciones, pero necesita más.
Dudas de los inversores
Está previsto que el Consejo de Administración de Monte dei Paschi di Siena decida antes del martes si se pone en marcha una ampliación de capital. La incertidumbre política podría provocar que los inversores —que, señala la prensa italiana, se encontrarían en Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos— no quieran arriesgarse.
Pero el Monte dei Paschi no es el único banco que hace temblar el sector. Otras entidades como Popolare di Vicenza, Veneto Banca o Carige también lo ponen en riesgo. El próximo primer ministro tendrá también que gestionar otra de las grandes preocupaciones que planean sobre la economía italiana: una enorme deuda pública, de más del 132% del PIB. Una cifra que convierte a Italia en el segundo país más endeudado de Europa, solo por detrás de Grecia.
Las complicaciones se agravan por un estancamiento económico que no deja de prolongarse. El instituto estadístico del país (Istat) cifró en el 0,3% el crecimiento económico del tercer trimestre de 2016 y prevé un avance del 0,9% para 2017 (en todo este año augura un aumento del 0,8%, una previsión a la baja con respecto a la que formuló en mayo; el 1,1%). Asimismo, la inflación sigue en un 0% con respecto al año pasado. Los mercados parecen haber otorgado un voto de confianza a la capacidad del presidente de la República, Sergio Mattarella, de llevar a cabo una transición ordenada y que garantice estabilidad política. Pero es evidente el riesgo de un notable deterioro en caso de resolución insatisfactoria del bloqueo político y la incapacidad del Ejecutivo y Legislativo de abordar con vigor los asuntos pendientes.
Un rechazo descontado por los mercados
“El escenario más probable [tras el no] es que se forme un Ejecutivo técnico”, según el gestor de Fidelity Funds Italy Fund, Alberto Chiandetti. “Este rechazo ya estaba ampliamente descontado en el mercado de renta fija”. Los inversores confían en que se designe a un sustituto de Renzi que gobierne al menos hasta que el país apruebe una reforma de la ley electoral, y esto no ocurrirá “hasta mediados de 2017 como mínimo”, considera el responsable de la búsqueda de crédito soberano europeo en Pimco, Nicola Mai, informa EFE.
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