Grecia sugiere quitar fondos estructurales a los países que no acogen refugiados

El primer ministro griego, el izquierdista Alexis Tsipras, que ha hecho profundas reformas de pensiones, fiscales y bancarias para cumplir las demandas de sus acreedores a cambio del rescate europeo, reclama que se aplique el mismo grado de exigencia a los países que se comprometieron a aceptar un reparto equilibrado de los refugiados arribados a Grecia e Italia y han incumplido su promesa. Y sugiere que si siguen en sus trece (Austria, Hungría, Polonia… no han acogido a uno solo en un año) la Comisión debería sopesar retirarles los fondos estructurales o reducírselos.

“Ahora tenemos que cumplir nuestras obligaciones, pero también es necesario que se haga cumplir a nuestros socios”, ha declarado este martes Tsipras, del partido Syriza, en un encuentro con un grupo de periodistas europeos invitados a Atenas por la delegación de la Comisión Europea. Y, precisamente en el día en que ha recibido otros 2.800 millones de ayuda, reclama que se aplique a todos el mismo rasero. La víspera el comisario de Inmigración Dimitri Avramopoulos había recalcado que aún no era el momento de medidas punitivas contra los incumplidores.

El líder de Syriza ha recordado que su país está en el epicentro de las dos crisis más graves sufridas por la UE en los últimos años: la deuda y los refugiados. Y ha recalcado que los líderes europeos fueron muy claros al decidir el reparto, “en palabras y en números”. Pero un año después de que empezara la distribución de 66.000 de los refugiados llegados por el Egeo que iban a asumir el resto de los socios, solo han sido trasladados 5.000. El mandatario griego considera imprescindible el reparto de la carga y ha reivindicado la frase latina Pacta sunt servanda (lo pactado obliga), que el titular de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, le repetía cada vez que le reclamaba aplicar otro recorte, ha explicado. Tsipras considera que estas exigencias no deben ser solo para los socios vulnerables.

Precisamente este martes, el presidente de EE UU, Barack Obama, ha anunciado que visitará Grecia el 15 y 16 de noviembre en un viaje que le llevará además a Alemania y Perú.

Preguntado por el Brexit, Tsipras ha defendido que el triunfo del no británico a la UE demuestra que el temor ante Syriza y otras fuerzas izquierdistas era infundado. El primer ministro ha recordado que, al principio, muchos en Europa y sobre todo en el establishment político consideraban Syriza un fenómeno inquietante para el proyecto europeo. Pero, subrayó, su partido quiere cambiar Europa, mientras las fuerzas de extrema derecha quieren destruirla. Por eso se manifestó preocupado por el rápido ascenso de Marine Le Pen en Francia y sus pares, por la intención, en su opinión, de dividir y anular los principios fundacionales de solidaridad, de responsabilidad compartida.

El jefe del Gobierno griego, que no ha querido detallar nada del cambio en su Gabinete que se espera para esta semana, ha calificado de difícil y frágil el pacto migratorio con Turquía y ha destacado su eficacia para frenar las llegadas y los ahogamientos en el Egeo. Los datos en esos dos capítulos le dan la razón, pero los avances en el resto de lo pactado son escasos y lentos. Cada día desembarcan en Grecia un centenar (hace un año eran 40 veces más) y han muertos en el mar 48 personas desde abril pasado (diez veces menos que en ese periodo de 2015).

En su opinión, el pacto con Turquía es un intento de sustituir las llegadas ilegales por llegadas legales pero para eso es imprescindible que se acelere el reparto de asilados (las autoridades europeas estiman que ahora hay unos 24.000 candidatos a esta reubicación) y el traslado directo a Europa de refugiados sirios que están en países de la región como Turquía, Jordania o Líbano (por esta vía han llegado unos 10.000).

El holandés Maarten Verwey, que era director general del servicio de apoyo a las reformas estructurales en Grecia y ahora coordina también los asuntos migratorios, ha destacado que no han aparecido nuevas rutas migratorias de importancia y ha detallado en una comparecencia en Atenas que solo la lentitud de la tramitación del asilo (donde 136 europeos apoyan a los 97 funcionarios griegos) y la tensa situación en las islas empañan la implantación del acuerdo. Más de mil personas han sido expulsadas a Turquía tras ser rechazadas sus peticiones de refugio y otras 5.000 aceptaron irse con el programa de retorno voluntario de la Organización Internacional de las Migraciones, que paga el vuelo y a un 15% les da ayuda en especie para montar un negocio en su patria.