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Los países de la ruta balcánica solo dejarán pasar a 580 migrantes diarios

Las nuevas restricciones afectan a todo el recorrido de los refugiados hasta Alemania

Lucía Abellán
Un grupo de refugiados abandonan el viejo aeropuerto de Atenas, convertido en un campamento temporal.
Un grupo de refugiados abandonan el viejo aeropuerto de Atenas, convertido en un campamento temporal.SIMELA PANTZARTZI (EFE)

El tránsito de refugiados desde Grecia hasta Alemania se complica aún más. La principal ruta que toman los migrantes para alcanzar Alemania quedará muy limitada después de que Austria, Eslovenia, Macedonia, Serbia y Croacia hayan acordado limitar a 580 el flujo de migrantes diarios que atraviesan sus países. Así lo han pactado las policías de esos cinco países, según ha informado la eslovena a Reuters. Ese tope conducirá a una reducción sustancial de los flujos, pues representa alrededor de un tercio de los desplazamientos diarios registrados en esos países en lo que va de año.

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La acción coordinada entre cinco países de la ruta de los Balcanes es la más drástica y la de mayor impacto en fronteras adoptada desde que arrancó la crisis de refugiados. “Los jefes de policía están obligados a limitar el tránsito diario con un número que permita controlar a todos de acuerdo con las reglas de Schengen”, argumentan las fuerzas de seguridad eslovenas en un comunicado.

Al igual que ocurrió con el tope de tránsitos y de demandas de asilo fijado por Austria hace una semana, la medida es, en principio, ilegal. Las leyes europeas de fronteras —y las de asilo— impiden establecer cupos de entrada o de salida en los países comunitarios; se desplaza toda persona que tenga un documento válido o solicite asilo. El comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos, ya advirtió al Gobierno austriaco de que su iniciativa conculcaba las normas comunitarias y negocia con Viena —de momento sin éxito— para esclarecer la situación. Los 580 diarios, además, suponen una reducción sustancial respecto a los 3.200 que Austria pretendía dejar pasar en un principio.

Las nuevas restricciones, esta vez en toda la ruta de los Balcanes, se anuncian un día después de que los ministros del Interior de la Unión Europea celebraran una tormentosa reunión en la que chocaron precisamente por las medidas unilaterales que algunos países están aplicando al tráfico de fronteras. Pese a que el mensaje pactado tras el encuentro incidió en la necesidad de buscar una solución conjunta al drama de los refugiados, cada vez más Estados se encaminan hacia recetas individuales que perjudican a sus vecinos.

Todas estas limitaciones tienen un único efecto: el número de personas bloqueadas en Grecia aumenta cada hora. El país tiene ya a 25.000 migrantes atrapados en su territorio y cada día llegan entre 2.000 y 3.000 más, según datos del Gobierno griego divulgados por la Comisión Europea. El temor a una aglomeración ha llevado al Ejecutivo de Alexis Tsipras a tratar de impedir más desplazamientos desde las islas griegas —el primer punto de llegada de los migrantes— hacia el resto del país. Atenas ha pedido a las compañías de ferri que realizan esos trayectos que dejen de transportarlos. Se trata de una medida temporal que amenaza con desbordar a las islas griegas, ya muy saturadas con el volumen diario de llegadas.

Ante los riesgos que entraña esa acumulación de personas con necesidad de ayuda, Bruselas prepara ya un programa de asistencia humanitaria como los que utiliza en las zonas de conflicto (por ejemplo, en todo el vecindario de Siria). La Comisión rehúsa, de momento, dar cifras de cuánto dinero podría movilizarse, pero es muy probable que el paquete quede aprobado la próxima semana. “Nuestra prioridad es evitar una crisis humanitaria que podría anunciarse en Grecia”, ha explicado una portavoz.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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