La antigua troika reclama recortes “adicionales” a Grecia
El análisis de la Comisión, el BCE y el FMI exigen “medidas adicionales”
Las instituciones anteriormente conocidas como troika piden más. El análisis de la propuesta griega realizado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, al que ha tenido acceso EL PAÍS, considera “una buena base para la negociación la propuesta griega”, tal y como han aireado las tres instituciones en las última horas. Pero el documento contiene un tono muy crítico y varias cargas de profundidad. La fundamental es que las instituciones reclaman a Grecia “medidas adicionales” ante la imposibilidad de alcanzar las metas fiscales pactadas por el deterioro de la situación económica tras el corralito. El sistema bancario preocupa enormemente a la vieja troika. “En ausencia de ayuda por parte del Mede [el mecanismo de rescate europeo] la banca colapsará inevitablemente y llevará a una contracción mucho mayor de la economía de Grecia”, predice el informe.
La Comisión y el BCE cifran las necesidades financieras en 74.000 millones. El FMI en 78.000 millones. Las tres instituciones creen que la propuesta del Gobierno de Alexis Tsipras se acerca a las demandas de los acreedores: el impacto de las subidas del IVA y la reforma de pensiones será del 2,5% del PIB griego (unos 4.500 millones de euros). Eso no es suficiente: “Con el significativo deterioro de las condiciones macroeconómicas y financieras, [la propuesta griega] es insuficiente para alcanzar los objetivos fiscales”. Las instituciones aplauden los progresos en privatizaciones. Emiten dudas sobre las subidas de impuestos, que pueden lastrar el crecimiento. Se quejan abiertamente de las insuficiencias por el lado laboral, con una reforma de la ley de despidos colectivos insuficiente. Y critican también al Gobierno de Tsipras por las pensiones, ante el dictamen que declara inconstitucional la reforma de 2012, por no haber asegurado medidas alternativas. Y, finalmente, reclaman medidas “significativamente más duras” en el sector financiero, con un tratamiento más riguroso de los créditos morosos, que alcanzan más del 30% de los totales.
Las tres instituciones no se quedan solo en los problemas para Grecia. Y añaden que sin acuerdo, y con la banca al borde del abismo, la bancarrota de Grecia tiene “serias repercusiones potenciales sobre varios países del euro”.
El corralito y el control de capitales está teniendo un efecto desastroso sobre la economía griega. Las últimas previsiones de la Comisión Europea hablaban de un ligero crecimiento (del 0,5% del PIB) para este año. El cierre de los bancos ha pasado una enorme factura a Grecia: la nueva previsión augura caídas de hasta el 4% del PIB. En particular, en un rango del 2% al 4%.
El documento reclama "una muy sustanciosa reestructuración" de la deuda, básicamente con la ampliación de los plazos de devolución, pero únicamente después de que el Gobierno griego haya aprobado las reformas más importantes.
Recapitalización bancaria
De esa brecha de financiación que tiene Grecia, una cantidad nada despreciable de 25.000 millones de euros se necesita para recapitalizar la banca, muy dañada tras la imposición de controles de capitales y de un corralito hace dos semanas. España, una economía cinco veces mayor que la griega, obtuvo 40.000 millones de euros europeos para rescatar a sus bancos.
Es muy probable que para cubrir esas necesidades no haya que partir de cero. Hay cantidades no desembolsadas del anterior programa de rescate, que expiro el 30 de junio sin acuerdo entre Grecia y las instituciones para completarlo ni prorrogarlo, y que podrían recuperarse ahora, explican fuentes comunitarias. Se trata de 10.900 millones disponibles para la recapitalización bancaria, 3.300 millones procedentes de los beneficios que obtienen los bancos centrales al operar con deuda griega, 1.800 millones del último tramo del rescate no abonado y 16.000 millones pendientes de desembolsar del FMI.
En todo este proceso será clave el análisis sobre una eventual reestructuración de la deuda griega, una de las principales demandas de Atenas que topa con la fiera oposición de algunos países miembros. Schäuble ha vuelto a descartar hoy que pueda ponerse sobre la mesa ninguna quita, aunque el ministro eslovaco, Peter Kazimir (también de los más críticos con Grecia), ha admitido que existe "un enorme problema con la sostenibilidad de la deuda". Y el francés Sapin ha instado a hablar de ese asunto "sin tabúes".
Los ministros debaten sobre este capítulo porque el análisis sobre la sostenibilidad de la deuda griega figura entre los documentos que han presentado las instituciones europeas tras la petición de rescate del Gobierno de Alexis Tsipras. Pero cualquier decisión al respecto se supeditará a que Grecia empiece a tomar medidas para enderezar su situación. No habrá discusión decisiva sobre una eventual reestructuración de deuda (alcanza el 177% del PIB griego) hasta otoño.
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