El dinero no se lleva bien con la incertidumbre

Es de sobra conocido que el dinero no digiere bien la incertidumbre y pocos escenarios arrojan tantos interrogantes como el resultado de las elecciones generales en Reino Unido. El recuento definitivo de los votos a duras penas aclarará ni quién es el futuro primer ministro, ni cuáles serán las alianzas definitivas de Gobierno ni cuál será el encaje de Reino Unido en Europa.

El entorno tampoco ayuda a la estabilidad. El renovado temor a una posible salida de Grecia del euro lleva varios días sacudiendo a los mercados de deuda en el continente.

Ese conjunto explica que la Bolsa de Londres cerrara la jornada electoral en números rojos, con una caída del 0,67% y un descenso acumulado en la última semana del 3,06%. La libra también registró caídas, moderadas, frente a las principales divisas y será el indicador más temprano de la opinión que el recuento de votos merece a los inversores, ya que el mercado cambiario siempre está abierto.

“Hemos identificado cuatro riesgos principales: las negociaciones para formar coalición de Gobierno; las perspectivas de un referéndum sobre la pertenencia a la Unión Europea, si ganan los conservadores; un sesgo contrario a las empresas si ganan los laboristas y los elevados riesgos en torno a la integridad del país si los independentistas escoceses resultan definitivos para formar gobierno”, resume desde Londres Julian Jessop, economista jefe global de Capital Economics.

Los inversores recelan de casi cualquier alianza para formar Gobierno

No hay una coalición de gobierno que tenga el respaldo mayoritario del mercado. “Tradicionalmente, los mercados se han decantado por gobiernos conservadores, por su sesgo más favorable a las empresas, pero eso se ha acabado con el apoyo tory del referéndum sobre la permanencia en la UE”, explica un analista español en la City. Ian Stannard, de Morgan Stanley, asegura a Bloomberg que la combinación de laboristas y liberales sería la “menos negativa” de las fórmulas porque alejaría el temor a una salida de la UE.

Los laboristas han hecho del rechazo al referéndum, precisamente, su fortaleza frente al mundo empresarial, aunque sus planes de subir el tipo máximo del IRPF, el impuesto de Sucesiones y el de Sociedades caminan en dirección contraria. Es ahí donde los Liberal Demócratas de Nick Clegg se presentan como el elemento de moderación: ni los ajustes de los conservadores ni el dispendio laborista. Pero para ello deberían obtener un número significativo de escaños y no es seguro. No está claro, sin embargo, que esa coalición pudiera ser suficiente para gobernar.

“Los seguros contra el impago de la deuda durante el fin de semana han apostado por una fórmula en la que los conservadores tendrían 290 escaños, los liberales 28 y los unionistas de Irlanda del Norte 8 ó 9. Ese es para nosotros el indicador más fiable del mercado, más que las encuestas. Cuando el dinero está en juego es una buena motivación para decir la verdad”, señalaban los analistas de Nomura.