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Latinos en Silicon Valley, de los servicios a la tecnología

La comunidad celebra la medida, mientras aspiran a ser mano de obra cualificada

Miembros de Manos, la aceleradora de startups para latinos.
Miembros de Manos, la aceleradora de startups para latinos.

Son pocos, pero se sienten especiales. Los latinos de Silicon Valley celebran la medida con una palabra en la mente, prosperar. Quieren dejar atrás un estigma que todavía es real, son los limpiadores y cocineros del mundo de la tecnología. Barrios como East Palo Alto y una amplia zona de Redwood City son prácticamente hispanos, pero no hay mano de obra cualificada. En muchos casos su jornada comienza antes de que salga el sol, incluso antes de que abran sus puertas las empresas, ellos entran en las cocinas. Preparan desayuno, comida y cena. Los fogones de Google, Facebook o Twitter están copados por mexicanos. La competición por contar con los mejores platos es una fórmula más para retener empleados, pero a ellos, esmerados cocineros, no les llegan los dividendos de las acciones o los bonus por objetivos. Forman parte de una subcontrata que paga el salario mínimo.

Ellas, en cambio, llevan y recogen niños de la escuela, hacen la compra a los mayores y, cuando todo cierra, entran en las oficinas, ya silenciosas para quitar el polvo, aspirar moquetas y vaciar papeleras. Esta es la relación más habitual entre latinos y gigantes tecnológicos. Los latinos, según un estudio del San José Mercury News, no llegan al 5% de los trabajadores técnicos de Silicon Valley.

Gabriel Jack, nacido en Estados Unidos, de madre mexicana, hace 15 años que trabaja como abogado para este colectivo y celebra la medida del presidente Obama: “Esta reforma beneficia, sobre todo, a nosotros, los latinos. Los hay que llevan 25 años trabajando sin papeles, con casas y negocios. No se habla todo lo que se debería, pero, en general, en Silicon Valley, se ve con buenos ojos a la inmigración”. En su opinión será un alivio para los que no tienen estudios: “Muchos mexicanos tienen dos o tres trabajos para poder sacar adelante una familia y, al mismo tiempo, son clave para el bienestar de muchas otras al cuidar a pequeños y retirados. En la Bahía hay prosperidad y es justo que, aunque no sean técnicos, se beneficien de ello”.

Antonio Altamirano, ecuatoriano de 38 años, vino hace 14 años. Su caso es el opuesto, él es un trabajador cualificado. Entró en Sun Microsystems. De ahí pasó a Accenture y hace dos años fundó Interesante, con sede en Menlo Park, como Facebook. Cuenta con 17 personas, la mayoría de Argentina, Ecuador, México y Estados Unidos. Reconoce que tiene dificultades para dar con los perfiles correctos: “Comienza a haber latinos con estudios técnicos, casi siempre son ya de segunda generación , pero les falta nivel. Los latinos tenemos la capacidad para alcanzar las metas, pero nos falta apoyo”.

Altamirano forma parte de la Latino Startup Alliance, una asociación de emprendedores y trabajadores de startups orgullosos de sus raíces y con una ambición, que cambie su rol. Catherine Cuello impulsa a las mujeres latinas a ser valientes, pertenece al colectivo Latinas Think Big. Marie ha creado una app Green Hopping que ayuda a escoger los alimentos según su valor nutritivo y salubridad. Aunque, gracias a su abuela ya tiene nacionalidad, considera la reforma una prioridad: “Es una lástima que en Silicon Valley se escape tanto talento por no tener papeles. A la vez, se pierden puntos de vista. Se supone que aquí se es multicultural, hay que demostrarlo”. Cree que la escasez de latinos en tecnología, sobre todo mujeres, pronto cambiará: “En los 80 y 90 el modelo eran las celebrities, y tuvo sus consecuencias en los jóvenes. Ahora el modelo son los que hacen cosas, los que crean negocios”.

Sergio Cruz se dedica, precisamente a escoger las mejores. Forma parte de la organización de DEMO, una de las conferencias tecnológicas más reconocidas. Además de pasar por ella Steve Wozniak, cofundador de Apple, o Peter Thiel, visionario detrás de Paypal e inversor de gran calado, hay una muestra de startups latinas. Cruz cree que pronto crecerá el catálogo: “Esta ley es maravillosa para la comunidad. Va a dar confianza para emprender. El problema es que los que están formados y no tienen papeles se van tras hacer la maestría y los que se quedan no tienen dinero, deportaron a los padres.... Este cambio es fantástico para la comunidad”.

Pamela Ocampo se sabe privilegiada, tiene 25 años y se mudó a San Francisco en 2013. Es de las pocas que trabaja en tecnología, como ingeniera en ThoughtWorks. Fue la primera de su familia, que vino de Guerrero a EEUU, en ir a la Universidad. La educación cree que es la clave para el progreso: "Hay muchas cosas que se pueden hacer para educar a las personas que tienen interés en la tecnología, pero antes necesitan ser ciudadanos, para tener el mismo derecho de acceso".

Manos es el arma secreta para la conquista silenciosa del mundo tecnológico. La aceleradora radicada en San José, participada por Google, abrió sus puertas hace un año. Acoge ideas de hispanos. En 2015 entrarán nueve empresas con prototipos que ya funcionen. Seleccionan empresas relacionadas con la educación, seguridad, diseño y moda. Detrás de este proyecto está Hana Yang, argentina de origen coreano, que cree firmemente en su labor: “Solo el 1% de los emprendedores latinos tiene éxito con los inversores de capital riesgo, sin embargo, son casi la mitad de los habitantes de California. Nosotros les enseñamos a competir en igualdad de condiciones”.

Dice que podía haber seguido más tiempo en una gran corporación, pero que quería hacer algo a medida para los latinos. Eric Osuna (Mazatlán, 1989) fue vicepresidente de Univisión, en Los Ángeles, su producto era para latinos, pero no como ellos mismos se proyectan. “Me di cuenta de que eran otros los que decidían lo que nos gusta a los latinos. Otros que no lo son y están en la costa Este. No puede ser que compremos el 30% de las entradas de cine pero solo representen al 5% de los actores, casi siempre con papeles de lavaplatos o rateros”, denuncia. Decidió crear su propio conglomerado de medios digitales LatinLife.com y se trasladó a San Francisco. “Aquí es donde florecen las empresas, hay más posibilidad de hacer contactos y tener financiación”, defiende. Osuna es uno de los niños que se hizo residente con la última gran reforma, con Reagan en 1986, pero tuvo que esperar hasta 2002 para tener la nacionalidad. Al igual que Marie cree que el cambio está cerca: “El latino que se vino de México no era el más educado, pero sí trabajador. Sus hijos y nietos sí reciben educación técnica, no van a las Ivy League, pero se forman. Son los que se van a integrar en el tejido social.

Del lado de las grandes empresas la satisfacción es alta, Mark Zuckerberg, el mayor promotor de FWD.us, el lobby que empuja por la legalización de inmigrantes cualificados, lo celebraba en su muro de Facebook: “Nos importa. América es un país de inmigrantes, tenemos que hacer un sistema que acoja a los que son más trabajadores y tienen más talento”. El empresario explica cómo se dio cuenta del calado del problema cuando dando una clase de secundaria, los más avanzados de la clase, eran niños sin papeles.

Vivek Wadhwa: “No resuelve el problema”

R. J. C.

Lo celebra, pero le sabe a poco. Vivek Wadha es uno de los rostros más conocidos de Silicon Valley, además de ejercer como profesor en Stanford y en la futurista Singularity University, es columnista habitual en el Washington Post. Llegó a EEUU en 1980 con su título de ingeniero, desde entonces no ha dejado de crear empresas en los campos de la robótica, la inteligencia artificial, impresión 3D, medicina y nanomateriales. Entre 1995 y 2005 observó que una de cada cuatro nuevas empresas la creaba un emigrante. En 2012 publicó El éxodo migratorio: ¿Por qué América está perdiendo la carrera global por capturar el talento de los emprendedores? Su voz es una de las más autorizadas a la hora de defender políticas migratorias abiertas.

Pregunta: Usted es uno de los emigrantes más célebres de Silicon Valley, ¿qué le ha aportado este país?

Respuesta: Me ha dado la oportunidad de prosperar, de dar valor, de sacar mi potencial, de crecer… Sin duda, América sigue siendo la tierra de las oportunidades.

P. ¿Cómo cree que esta reforma afecta a Silicon Valley?

R. De manera muy positiva. Además de hacer felices a personas que pueden desarrollar sus conocimientos y sentirse realizados, va a continuar el crecimiento económico y la prosperidad.

P. India es uno de los países con más representantes aquí, sin embargo, son de los que mas trabas soportan…

R. Mis compatriotas están muy formados en tecnologías de la información pero son muchos, las cuotas impiden que vengan más, son un freno. Venir con un permiso es complejo, pero conseguir la green card (permiso permanente) lleva décadas, es extremadamente largo y farragoso.

P. ¿Cómo es en el caso de los latinos?

R. Más sencillo en algunos sentidos, por los lazos familiares, pero se valora poco la contribución de los técnicos que vienen de América Latina, todavía son pocos.

P. Como profesor, ¿qué piensa cuando sus alumnos extranjeros se van?

R. Me apena, es una pérdida de inversión, por ambas partes. Muchos que son buenos, se van para siempre. Es un talento que se va.

P. Muchas empresas optan por la externalización de sus equipos de desarrollo para paliar esta carencia, ¿qué opina?

R. Que se puede hacer pero no resuelve el problema. A la larga se ve que no es la forma óptima de trabajo.

P. La cifra de cinco millones de nuevos ciudadanos, ¿le parece adecuada?

R. No, es solo una medida temporal. ¿Qué pasará cuando llegue otro presidente? ¿Una revancha? No se resuelve el problema, solo se pone un parche, una tirita.

P. Llama la atención que los inmigrantes son grandes emprendedores, pero no lo son tanto los de segunda generación.

R. Es curioso, porque suele suceder así, pero no en el caso de los latinos. Admiro la actitud que tienen hacia el riesgo.

Marissa Mayer, consejera delegada de Yahoo!, lleva tiempo apoyando la reforma. No solo con sus palabras, también con miles de dólares a FWD.us. Lo mismo sucede con Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, Eric Schmidt, presidente de Google, Mark Pincus, su homónimo en Zynga, y Jeremy Stoppelman, de Yelp. Elon Musk, fundador de Tesla, llegó a aportar 11 millones de dólares a la organización. Su industria es la más interesada de la zona. Una oleada de permisos de residencia y nacionalidad liberarían el cupo de sus deseados visados H1-B, el más común entre los trabajadores cualificados que tanto anhelan para hacer crecer sus empresas.

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