La Unión Europea aprueba nuevas sanciones contra Rusia
Las medidas, que afectan por primera vez al sector petrolero, se revisarán a final de mes
Europa aplicará una nueva ronda de sanciones a la economía rusa por el papel que atribuye al Kremlin en la desestabilización de Ucrania. Tras varios días de titubeos, las medidas restrictivas entrarán en vigor el viernes 12 de septiembre —una semana después de que quedaran formalmente aprobadas por los países miembros— con la intención de causar un mayor impacto en las cuentas rusas que la ronda anterior de julio. El castigo se dirige por primera vez al sector petrolero, clave en ese país. Al igual que en ocasiones anteriores, la entrada en vigor se ha coordinado con EE UU que el viernes presentará también nuevas sanciones.
La indignación hacia Moscú por su intervención directa en la guerra de Ucrania había crecido en las últimas semanas, incluso entre los países inicialmente más partidarios de mantener la prudencia. Los embajadores de los Veintiocho ante la UE habían acordado ya un paquete incrementado que elevaba sustancialmente medidas punitivas anteriores, pero justo cuando debía aprobarse, el pasado viernes, el Ejército ucranio y los separatistas del este anunciaron una tregua. Un buen número de países consideraron entonces imprudente aplicar las sanciones por el riesgo de ruptura del proceso de paz, mientras otros abogaban por no dejar pasar más tiempo para penalizar a Rusia por su comportamiento.
Este último grupo —con Alemania a la cabeza, que ha pasado de recelar del castigo a defenderlo— ganó el jueves la partida. Las sanciones se publicarán el viernes en el boletín oficial de la UE, con una importante salvaguarda que pretende dejar una ventana abierta a la tregua. Las medidas se revisarán a finales de mes “en función de las circunstancias”, según fuentes comunitarias, con la idea de poder derogarlas o modificarlas si los países lo creen conveniente.
El debate ha sido intenso entre los partidarios de no interferir en el proceso de paz y quienes abogaban por introducir las medidas sin dilación. España se ha situado entre los que manifestaban dudas al respecto, explican fuentes diplomáticas. La decisión, en todo caso, tomó cuerpo después de una conversación telefónica mantenida el jueves entre el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy; la canciller alemana, Angela Merkel; el primer ministro británico, David Cameron; el italiano, Matteo Renzi, y el presidente francés, François Hollande, según desveló el portavoz de Cameron a la prensa, informa Reuters.
La principal novedad de este nuevo paquete radica en que se limita la financiación a un sector hasta ahora ajeno al castigo: las petroleras. El capital europeo no podrá financiar a las empresas controladas por el Kremlin al menos en un 50%, que facturen más de un billón de rublos (31.000 millones de euros) y que obtengan al menos la mitad de ese dinero de la venta de petróleo. Con esta descripción, las medidas afectan a tres de las grandes empresas del sector: la división petrolera de Gazprom, Rosneft y Transneft, gestora de oleoductos. Queda fuera, de momento, el sector del gas. Además, se extienden las limitaciones a la inyección de capital europeo en compañías y bancos y se añaden otras 24 personas a la lista de sancionados por Europa, que suma ya 119 individuos y 23 empresas, según un comunicado del Consejo Europeo.
El presidente estadounidense, Barack Obama, tiene previsto anunciar el viernes un nuevo paquete que “profundizará y ampliará las sanciones en los sectores financiero, de energía y de defensa rusos”, aseguró Obama en un comunicado difundido el jueves, informa Silvia Ayuso.
Una vez en vigor, lo más probable es que Rusia no tarde en responder. Con la amenaza sobre la mesa, diferentes voces del Kremlin han sugerido estos días que podrían limitar la entrada de las aerolíneas europeas en el espacio ruso, restringir las compras de automóviles comunitarios y dejar de adquirir aviones a los gigantes Airbus (europeo) y Boeing (estadounidense).
Las nuevas sanciones revelan un enorme escepticismo sobre la tregua que —con incidentes— vive Ucrania. A ese recelo contribuyó el jueves el enfado de Polonia, que aseguró que Gazprom le había restringido el flujo de energía un 45%, la cantidad que Polonia está bombeando a Ucrania, que tiene cerrado el grifo del gas ruso desde junio.
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