Los rebeldes prorrusos derriban dos cazas ucranios
Los separatistas reivindican el ataque contra dos SU-25 cerca de la frontera rusa
Los insurgentes independentistas de la denominada República Popular de Donetsk (RPD) aseguraron este miércoles que habían “logrado” abatir dos cazas SU-25 pertenecientes a las Fuerzas Aéreas de Ucrania en el distrito de Marínovka, en la frontera con Rusia. Se trata de una zona situada a pocos kilómetros de distancia del lugar donde fue derribado el Boeing de las líneas aéreas de Malasia el pasado jueves, una tragedia que se saldó con 298 muertos.
Según la información distribuida por los separatistas en su página web, el derribo de los cazas habría sido efectuado por “las fuerzas de defensa antiaéreas” de la RPD a las 13.30 horas (una hora menos en la España peninsular). “El piloto de uno de los aviones de combate se catapultó cerca de Snézhnoye y lo estamos buscando”, informaron los insurgentes. El otro logró aterrizar y escapar tras quitarse el paracaídas. Snézhnoye está a unos 20 kilómetros de Grabovo, donde cayó el Boeing 777 de Malaysia Airlines y el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, había prohibido mantener operaciones militares en un radio de 40 kilómetros de la zona de la tragedia.
El martes, un portavoz de la República Popular de Lugansk (RPL) había informado del derribo de otro SU-25 en la zona de las ciudades de Zorinsk y Krasnii Luch, en la región de Lugansk, donde en los últimos días hay intensos combates y las tropas gubernamentales han conquistado terreno a los separatistas. De ser cierto el derribo del avión sobre Lugansk, serían cuatro los aparatos militares derribados en la última semana. El cuarto fue un avión de carga An-26.
Los portavoces oficiales ucranios confirmaron poco después el derribo de los dos cazas en las cercanías de Snézhnoye, pero aseguraron que fueron abatidos desde territorio ruso. “Nuestros dos aviones SU-25 fueron alcanzados cuando volaban a una altura de 5.200 metros. Según datos preliminares, el disparo de los misiles se hizo desde territorio de la Federación Rusa”, dijo Andréi Lysenko, portavoz del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania.
Lysenko explicó que cuatro aviones de combate SU-25 “daban fuego de apoyo a las divisiones de las Fuerzas Armadas en la zona de la aldea de Dmítrovka, cerca de la frontera de nuestro país” y que “después de realizar con éxito su tarea fueron disparados desde un potente sistema de misiles”. Lysenko subrayó que los equipos lanzamisiles portátiles que usan los combatientes prorrusos no tienen ese alcance.
Sin embargo, el líder insurgente Alexandr Jodakovski, jefe del batallón Vostok, que es independiente de la RPD y que además mantiene relaciones tirantes con algunos de sus líderes, dijo en una entrevista a la agencia Reuters que los separatistas tenían misiles antiaéreos del tipo Buk, uno de ellos procedente de Lugansk. También dijo que estos aparatos podían haber sido escondidos para borrar la huella de su presencia.
Jodakovski afirmó no obstante que las autoridades en Kiev habían provocado el disparo del misil al lanzar ellas mismas deliberadamente ataques aéreos sobre la zona donde sabían de antemano que estaba la batería antiaérea. “Sabían que el BUK existía, que estaba yendo hacia Snézhnoye (...) Sabían que sería instalado allí y provocaron su uso al empezar un ataque antiaéreo sobre un objetivo que no necesitaban”.
[La OTAN ha detectado señales de la entrada de armas rusas en Ucrania desde el derribo del Boeing malasio, dijeron este miércoles fuentes de la Alianza, informa Reuters. “Hemos detectado un incremento en la cantidad de armas transferidas desde Rusia a Ucrania en las últimas semanas. Seguimos viendo signos del movimiento de armas hacia Ucrania desde el derribo del MH17, lo que es motivo de preocupación” para la Alianza, añadieron las fuentes.]
La situación en Donetsk sigue tensa y fuentes separatistas dijeron a esta corresponsal que las fuerzas gubernamentales ucranias están estrechando el cerco sobre la ciudad, donde hay combates intermitentes en distintas zonas, incluida la del aeropuerto.
La línea de frente entre los separatistas de Donetsk y las fuerzas gubernamentales pasa por el sur de la ciudad de Kramatorsk, situada al sur de Slaviansk. En la carretera que une ambas localidades pueden verse los carros de combate destruidos y calcinados en las refriegas que se sucedieron por controlar esta ruta estratégica, hoy en poder de las tropas leales a Kiev. En Kramatorsk la situación se ha “normalizado” oficialmente, pero el ambiente es más tenso que en Slaviansk y las autoridades municipales todavía no han regresado a sus despachos habituales. La gente en la calle es todavía escasa y muchos comercios permanecen cerrados.
De momento las autoridades de Kiev se preparan para continuar la guerra. Han decretado una nueva movilización y quieren revisar el presupuesto para destinar fondos suplementarios a la contienda.
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